6.8.05

Curso de Budismo. Principios importantes del Sutra del loto

Este material es la traducción de los artículos basados en el libro Kyogaku no Kiso (Fundamentos de estudio del budismo) del Departamento de Estudio de la Soka Gakkai y publicado en la revista mensual de la SGI de Estados Unidos Living Buddhism 2003.
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El verdadero aspecto de todos los fenómenos y la obtención de la Budeidad por las personas de los dos vehículos

Dos principios forman la esencia de la enseñanza teórica en la primera mitad del Sutra del loto: el principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos y el de la obtención de la Budeidad por las personas de los dos vehículos. Las personas de los dos vehículos, aquellas de los mundos de los que escuchan la voz (aprendizaje) y los despertados a la causa (realización), eran incapaces de alcanzar la Budeidad a través de las enseñanzas precedentes al Sutra del loto.
El capítulo “Medios hábiles” (segundo) enseña el principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos (también conocido como la verdadera entidad de todos los fenómenos o la verdadera entidad de la vida). De esa manera intenta expresar en palabras algo que escapa a cualquier descripción –la naturaleza de la iluminación del Buda. “Todos los fenómenos” se refiere a todas las cosas y actividades –todas las diversas formas y funciones que aparecen en el mundo de la realidad, o en el universo. Así, incluida en todos los fenómenos están todas las expresiones de la vida, que manifiestan los Diez Mundos, desde Infierno hasta la Budeidad, y los diversos lugares o entornos donde residen esas vidas, es decir, el universo entero.
El verdadero aspecto se refiere a la verdad suprema o realidad fundamental. No debemos pensar en este como algo especial, que existe en un reino separado y distante, en un mundo apartado de la realidad concreta de todos los fenómenos. En respuesta a una pregunta acerca del significado del verdadero aspecto de todos los fenómenos, Nichiren Daishonin dice, “Significa que todos los seres y su ambiente de los Diez Mundos, desde el infierno, el más bajo, hasta la Budeidad, el más elevado, sin excepción, son manifestaciones de Myoho-renge-kyo” (The Writings of Nichiren Daishonin, pág. 383).
Percibir que toda forma de vida de cualquiera de los Diez Mundos en todos los reinos en los que reside esa vida es, en su verdadera naturaleza, una manifestación de Myoho-renge-kyo es percibir el verdadero aspecto de todos los fenómenos. A través de esta enseñanza, se aclara, en los términos teóricos del Sutra del loto, el hecho de que todos los seres vivientes, por igual, son capaces de alcanzar la Budeidad. Explicando el hecho de que todas las personas por igual poseen el potencial para la iluminación, la enseñanza teórica enfatiza firmemente que incluso las personas de los dos vehículos pueden alcanzar la Budeidad.
La idea de que todos los seres vivientes por igual pueden alcanzar la Budeidad presenta un enfoque revolucionario, si se la compara con los sutras enseñados antes que el Sutra del loto. Los sutras anteriores consideraban los nueve mundos, desde infierno hasta bodhisattva, como estados de ilusión. Enseñaban que sólo abandonando estos estados de vida podemos convertirnos en budas; para alcanzar esto, era necesario llevar a cabo la práctica budista a lo largo de un período de eones e incontables existencias, mientras ascendíamos gradualmente a través de los diversos niveles de la práctica.
Este enfoque de que se debe buscar un mundo de la Budeidad que está separado y que es distinto a los otros nueve mundos, contradice el principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos. De acuerdo con este principio, todos los seres vivientes de los Diez Mundos son igualmente entidades de la Ley Mística (verdadero aspecto) innatamente dotados con la naturaleza de Buda; si se abre este mundo de la Budeidad interior, uno se convierte en un Buda.

El logro real de la iluminación del Buda en el remoto pasado
Un principio fundamental de la enseñanza esencial del Sutra del loto es que el Buda en realidad alcanzó la iluminación en el remoto pasado. Esto está revelado en el capítulo “Duración de la vida de El Que Así Llega” (decimosexto), en el que el buda Shakyamuni dice, “Pero, buenos hombres, han sido inmensurables, ilimitados cientos, miles, decenas de miles, millones de nayutas de kalpas desde que yo en realidad alcancé la Budeidad”. Así, Shakyamuni expresa que ha pasado un período incalculablemente vasto desde que se convirtiera en Buda por primera vez. Este inmenso espacio de tiempo, a menudo es llamado “kalpas tan innumerables como las partículas de polvo de un sistema mayor de mundos”[i], lo que se puede considerar como virtualmente ilimitado.
La verdadera identidad de Shakyamuni es la del Buda que alcanzó la iluminación realmente en el remoto pasado. Esta idea refuta como transitoria o provisional el enfoque de que Shakyamuni alcanzó la Budeidad por primera en esta vida, como resultado de una larguísima práctica budista llevada a cabo a lo largo de muchas existencias previas. Esa comprensión predicada en los sutras anteriores y en las enseñanzas teóricas de la primera mitad del Sutra del loto, asume que con su obtención de la iluminación en la vida presente, Shakyamuni había realizado los efectos de la práctica llevada a cabo a lo largo de muchas existencias en el pasado. Además, con su muerte, él pasaría a un reino completamente separado, sin nacer nunca más en este mundo físico. Desde esta perspectiva, el nirvana, o emancipación, es algo que no es de este mundo sino del siguiente. La doctrina del logro real de la iluminación del Buda en el remoto pasado que aparece en el capítulo “Duración de la vida” vuelca totalmente este modo de pensar.

La práctica de bodhisattva del Buda
El capítulo “Duración de la vida” también explica que desde el tiempo, en el remoto pasado, en el cual el Buda alcanzó la iluminación, él ha residido en diversas tierras en medio de este mundo saha[ii]. Ha tomado las formas de los budas y bodhisattvas y, de esa manera, ha venido enseñando la Ley y convirtiendo a los seres vivientes.
“Siempre, desde entonces, yo he estado constantemente en este mundo saha, predicando la Ley, enseñando y convirtiendo”.
El sutra dice que este Buda nunca ha cesado en estas actividades, ni siquiera por un momento. Esta no es una visión tradicional de un Buda –alguien que alcanza la iluminación y luego entra en un mundo separado o trascendental. El Buda del capítulo “Duración de la vida” es uno que, desde que alcanzara la iluminación mucho tiempo atrás, ha continuado sus actividades en el mundo real para salvar a todas las personas del sufrimiento.
El capítulo “Duración de la vida” enseña que la muerte o el ingreso al nirvana –un estado en el cual su forma ya no se manifiesta– del Buda, no es más que un medio hábil por el cual convierte y enseña a los seres vivientes. En el sutra el Buda dice, “Para salvar a los seres vivientes / como un medio hábil pareciera que yo entro al nirvana / pero en verdad no paso a la extinción”.
Además, es naturaleza de este Buda, que alcanzó la iluminación en el remoto pasado, continuar sus actividades para iluminar a los seres vivientes apareciendo en diversos lugares y en variadas formas. Vistos desde esta perspectiva, los muchos budas descritos en otros sutras y en la enseñanza teórica del Sutra del loto, incluyendo al buda Shakyamuni que alcanzó la iluminación en la vida presente, son simplemente medios. Ellos revelan sólo un aspecto del Buda del remoto pasado y, por consiguiente, son transitorios o provisionales. Así, el capítulo “Duración de la vida” aclara que el buda Shakyamuni que alcanzó por primera vez la Budeidad en esta existencia es sólo una identidad transitoria o provisional, y el Buda que en realidad alcanzó la iluminación en el remoto pasado es la verdadera identidad de Shakyamuni.
El gran maestro T’ien-t’ai se refiere a esta aclaración como “descartar lo transitorio y revelar lo verdadero”. Un punto clave que subyace en el principio del Buda que alcanza la iluminación en el remoto pasado es que un Buda verdadero o genuino es quien está, continua y eternamente, activo en el mundo real, adoptando formas y roles diferentes para salvar a los seres vivientes de su sufrimiento. El estado de vida real de la Budeidad funciona dentro de cualquier circunstancia que se encuentre en el mundo real. La idea de que el Buda sólo existió en este mundo mientras Shakyamuni estuvo vivo y luego pasó a la extinción con su muerte, es un concepto erróneo. Esta no es la visión de la Budeidad que el propio Shakyamuni buscó que enseñar.
Como ya hemos visto, el principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos aclara que el estado de vida de la Budeidad es innato en todos los seres vivientes. Esto forma una base para la idea de que todas las personas poseen el potencial para convertirse en budas. El principio de la iluminación del Buda en el remoto pasado –que la Budeidad es innata en todos los seres vivientes– lleva esta idea un paso adelante y aclara que el propio Shakyamuni manifestó realmente la vida eterna de la Budeidad.
El capítulo “Duración de la vida” expresa tres aspectos de la Budeidad de Shakyamuni, es decir, la verdadera causa, el verdadero efecto y la verdadera tierra, La afirmación, “Originalmente yo practiqué el camino del bodhisattva” se refiere a la “verdadera causa” por la cual Shakyamuni alcanzó la iluminación a través de su práctica de bodhisattva. El logro de la iluminación de Shakyamuni en el pasado distante revelado en el capítulo “Duración de la vida” establece el “verdadero efecto” de la Budeidad de Shakyamuni. La descripción que hace Shakyamuni de haber estado continuamente activo como un Buda en diversas tierras de todo el mundo saha es una aclaración de la “verdadera tierra” del Buda. T’ien-t’ai se refirió a estos tres aspectos como los tres principios místicos, es decir, el principio místico de la verdadera causa, el principio místico del verdadero efecto, y el principio místico de la verdadera tierra. Él también habló de ellos en los términos de un principio, como la “fusión de los tres principios místicos”.

Los Bodhisattvas de la Tierra
El término Bodhisattvas de la Tierra se refiere a los incontables bodhisattvas que irrumpieron del espacio debajo de la tierra en respuesta al llamado de Shakyamuni para propagar el Sutra del loto después de su muerte. Ellos son descritos en el capítulo “Irrumpir de la Tierra” (decimoquinto) del Sutra del loto. Se dice que estos bodhisattvas son “tan numerosos como las arenas de 60.000 ríos Ganges”, y cada uno de ellos está acompañado por incontables seguidores y partidarios.
De acuerdo con la descripción del sutra, su apariencia y espíritu son más brillantes y magníficos que los del mismo buda Shakyamuni. Además, los Bodhisattvas de la Tierra son identificados como discípulos de Shakyamuni, que habían sido convertidos y enseñados desde el tiempo del logro real de su iluminación en el distante pasado. Esto significa que son discípulos que comparten una relación de unidad de mentor y discípulo con el eterno buda Shakyamuni. Como el Buda ha estado luchando continuamente en este mundo para salvar a los seres humanos desde su iluminación innumerables eones atrás, ellos también han venido aprendiendo y captando profundamente el mismo camino de vida de su maestro. Por lo tanto, no son bodhisattvas que simplemente aspiren sólo al logro de su propia Budeidad como objetivo último; más bien, su objetivo supremo es continuar luchando por la felicidad de las personas en medio de las duras realidades de este mundo, tal como lo hizo su mentor.
Los Bodhisattvas de la Tierra son encabezados por los cuatro líderes: Prácticas Superiores, Prácticas Ilimitadas, Prácticas Puras, y Prácticas Pacíficas. Cada uno de sus nombres sugiere un aspecto o cualidad de la manera en que un Buda lleva a cabo la práctica en el mundo real para salvar del sufrimiento a los seres vivientes.
En el capítulo “Los poderes sobrenaturales de El Que Así Llega” (vigesimoprimero), Shakyamuni transfiere todas sus enseñanzas, sus poderes sobrenaturales, y sus prácticas como El Que Así Llega (Tathagata, uno de los títulos del Buda) al bodhisattva Prácticas Superiores, que representa a todos los Bodhisattvas de la Tierra, y le confía la propagación del Sutra del loto después de su muerte. La transferencia de sus enseñanzas, por parte de Shakyamuni, a los Bodhisattvas de la Tierra en el capítulo “Poderes sobrenaturales” es conocida como la “transmisión específica”. Luego, en el capítulo “La transferencia” (vigesimosegundo), Shakyamuni confía sus enseñanzas a todos los bodhisattvas y seres celestiales presentes en la asamblea. Esta transferencia de sus enseñanzas a todos los bodhisattvas es conocida como la “transmisión general”.
Esta forma de transferencia indica que, después de la muerte de Shakyamuni, particularmente en la malvada era llamada el Último Día de la Ley, son los Bodhisattvas de la Tierra conducidos por el bodhisattva Prácticas Superiores quienes desempeñan el rol principal en la propagación del Sutra del loto. Además, fue Nichiren Daishonin quien, de acuerdo con esta transferencia, tomó el liderazgo en la propagación del Sutra del loto en el Último Día. En “El verdadero aspecto de todos los fenómenos” Nichiren Daishonin escribe, “Sea como fuere, esfuércese en la fe y sea conocido como un devoto del Sutra del loto, y manténgase como mi discípulo por el resto de su vida. Si usted comparte el mismo espíritu que Nichiren, debe ser un Bodhisattva de la Tierra. Y si es un Bodhisattva de la Tierra, no hay la más mínima duda de que ha sido un discípulo del buda Shakyamuni desde el remoto pasado. El sutra dice, “Desde el pasado distante he venido enseñando y convirtiendo a esta multitud”. (The Writings of Nichiren Daishonin, pág. 385).
Así, desde la perspectiva del Budismo de Nichiren, cada persona que tiene fe en esa enseñanza y que se esfuerza con el mismo espíritu que el Daishonin en la práctica para propagar la Ley Mística por la paz y la felicidad de la humanidad es un Bodhisattva de la Tierra.

Bodhisattva Jamás Despreciar
La historia del bodhisattva Jamás Despreciar aparece en el capítulo “Bodhisattva Jamás Despreciar” (vigésimo) del Sutra del loto. Él es descrito como una encarnación previa del buda Shakyamuni, y es citado como un ejemplo de la práctica de bodhisattva realizada por el Buda en el distante pasado. El bodhisattva Jamás Despreciar apareció durante el final del Día Medio de la Ley de un buda llamado Rey del Sonido Imponente. Él se inclinaba con respeto y reverencia ante todas las personas que encontraba mientras pronunciaba las palabras: “Tengo una profunda reverencia por ustedes; nunca me atrevería a despreciarlos con arrogancia. ¿Por qué? Porque todos ustedes están practicando el camino del bodhisattva y con seguridad alcanzarán la Budeidad”.
Estas palabras compendian el propósito del Sutra del loto, que es el de afirmar que todos los seres vivientes poseen la naturaleza de Buda. En el texto chino del sutra, esta declaración consiste de veinticuatro caracteres y por esa razón, a veces es referido como el Sutra del loto de veinticuatro caracteres.
El bodhisattva Jamás Despreciar deriva su nombre del hecho de que sus palabras expresan un juramento de jamás despreciar o faltarle el respeto a otros. Conforme él realizaba esta práctica de respetar a los demás, el bodhisattva Jamás Despreciar era calumniado y vilipendiado por las personas cuyas mentes estaban teñidas por el veneno de la ira[iii]. Él enfrentó persecuciones, incluyendo el ser atacado con varas, tejas y piedras. Impertérrito ante esto, sin embargo, él continuaba repitiendo sus palabras de respeto y alabanza por la Budeidad innata de las personas. Como resultado, el capítulo dice, que él pudo “ponerle fin a sus ofensas”, significando que a través de esta práctica, el bodhisattva Jamás Despreciar pudo expiar todas sus pasadas ofensas y karma negativo.
Después, conforme la vida del bodhisattva Jamás Despreciar se acercaba a su fin, él escuchó proveniente del cielo, y en su totalidad, el Sutra del loto que había predicado el buda Rey del Sonido Imponente. Así, él obtuvo la purificación de sus seis órganos de los sentidos, y la duración de su vida se incrementó por “doscientos diez mil millones de nayutas de años”. Él continuó predicando el Sutra del loto. Posteriormente, después de que muriera, encontró una incalculable cantidad de budas, y continuó enseñando el Sutra del loto a las cuatro clases de creyentes (monjes, monjas, hombres laicos y mujeres laicas) y a través del beneficio resultante, alcanzó la Budeidad.
Las personas que habían perseguido al bodhisattva Jamás Despreciar hasta esa época llegaron a creer en él y a seguirlo, pero la ofensa de haber perseguido a un bodhisattva, sin embargo, les hizo caer en el infierno del sufrimiento incesante por miles de kalpas. Cuando hubieron pagado por sus ofensas, sin embargo, a través del beneficio de haber formado una relación con el Sutra del loto, pudieron estar presentes entre la asamblea de aquellos que escucharon la prédica de Shakyamuni del Sutra del loto.
La descripción que hace el sutra de la práctica del bodhisattva Jamás Despreciar aclara la causa para el logro de la Budeidad de Shakyamuni. También se presenta como un ejemplo de cómo deben poner en práctica el Sutra del loto los bodhisattvas en la época posterior a la muerte de Shakyamuni. Esa forma de práctica puede resumirse como sigue: primero, mantener siempre firme la convicción de que todas las personas pueden alcanzar la Budeidad y tener un profundo respeto por todas las personas; segundo, propagar la enseñanza esencial del sutra con el mismo espíritu del bodhisattva Jamás Despreciar; tercero, estar preparados para encontrar y soportar las persecuciones que surjan como resultado de perseverar en nuestras creencias; y cuarto, mientras nos esforzamos por realizar nuestras convicciones en una época contaminada por la maldad, nunca corromperse con esa maldad sino, más bien, continuar esforzándonos por transformar nuestro karma. Nichiren Daishonin señaló que su lucha personal por establecer y propagar la Ley Mística constituía su continuación del legado del bodhisattva Jamás Despreciar.

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Notas
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[i] “Kalpas tan innumerables como las partículas de polvo de un sistema mayor de mundos” – Descrito en el Sutra del loto como: “Supóngase que una persona tomara quinientos, mil, diez mil, un millón de nayutas de asamkhyas mil millones de mundos y los pulverizara. Luego, viajando hacia el este, cada vez que pasa por quinientos, mil, diez mil, un millón de nayutas de asamkhyas mundos dejase caer una partícula de polvo. Él continúa hacia el este de esta manera hasta que termina de hacer caer todas las partículas. Buenos hombres, ¿cuál es su opinión? ¿Se puede imaginar o calcular la cantidad total de todos estos mundos?”.
“Supóngase que todos estos mundos, sea que hayan recibido una partícula de polvo o no, son, una vez más, reducidos a polvo. Supongamos que una partícula representa un kalpa. El tiempo que ha pasado desde que alcancé la Budeidad sobrepasa esto por cien, mil, diez mil, un millón de nayutas de asamkhyas de kalpas.
[ii] Mundo saha – Este mundo, que está lleno de sufrimientos. A menudo traducido como el mundo de la resistencia. Saha significa la tierra; deriva del significado esencial “resistir” o “soportar”. Por esta razón, en las versiones chinas de las escrituras budistas, saha es traducido como “resistencia”. En este contexto, el mundo saha indica un mundo en el que la gente debe resistir los sufrimientos. También es definido como una tierra impura, una tierra contaminada con los deseos mundanos y las ilusiones, en contraste con una tierra pura. El mundo saha describe la tierra donde el buda Shakyamuni hace su aparición e instruye a los seres vivientes.
[iii] El veneno de la ira – uno de los ‘tres venenos’, tres males fundamentales inherentes en la vida, que dan lugar al sufrimiento. Los otros dos son la avaricia y la estupidez. El veneno de la ira se refiere, particularmente, al odio y la malicia profundamente asentados, y es considerado como un gran obstáculo para la práctica budista.

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