3.12.06

Claves para vivir en una sociedad saturada por el estress.

Jueves, Nov, 9, 2006
 
DESARROLLANDO UNA INICIATIVA MÁS AMPLIA
 
Claves para vivir en una sociedad saturada por el estress.
 
Por DAISAKU IKEDA
 
Especial para El Times de Japón.
 Vivimos en una sociedad de altos niveles de tención y estress, los síntomas de estos niveles extremos de estress pueden verse en el síndrome de "muerte por sobredosis de trabajo" y en el alto índice de suicidio.   La intimidación viciosa entre los niños es también un reflejo de este stress.  
Martin Seligman, reconocido por su investigación acerca de la psicología de la esperanza, expresa su preocupación con respecto a lo que él llama "el gran yo y el pequeño nosotros"—un dilatado ensimismamiento y un sentido de conexión con las demás personas cada vez más atenuado    Parece claro que esta tendencia debe ser confrontada si deseamos prevenir que nuestras vidas sean cada vez más estresantes.
En el pasado, la sociedad humana ofrecía estímulos y oportunidades que permitían a las personas extender una red apoyo entre todas, especialmente en situaciones altamente estresantes. Desafortunadamente, muchas de las redes que solían darnos apoyo han sido debilitadas o socavadas.   Enfrentados al estress, muchas personas sienten que no tienen a quien recurrir, que no tienen acceso al tipo de amistades o comunidades donde puedan fácil y abiertamente compartir sus problemas y preocupaciones.
El termino "estress" originalmente viene de la física y se refiere a la deformación de un cuerpo que ha sido sometido a fuerzas externas.   Luego vino a ser utilizado para referirse al efecto de diversas presiones sobre el estado de salud mental y física de las personas.  No hace falta decir, que así como diferentes materiales resisten en mayor o menor grado ante la fuerza de la presión física, así mismo nuestra habilidad para hacer frente a las situaciones estresantes varían en gran medida de persona a persona.
Un trabajo o una situación interpersonal que un individuo pueda encontrar intolerantemente estresante puede, para alguien más, no representar stress alguno.
Por esta razón, decirle a otra persona que su problema no es gran cosa, aún con la intención de ayudar y de animarlos, puede, de hecho, profundizar e intensificar su experiencia de estress.   Las reacciones del corazón humano son mecánicas y predecibles, pero infinitamente sutiles y delicadas.
Desde una perspectiva, el núcleo de la las Fuentes del stress puede encontrarse en nuestras ideas contemporáneas acerca de la naturaleza del ser.   Por otro lado, cada uno de nosotros, como "individuos libres", deberíamos ser capaces de valernos por nosotros mismos ante cualquier situación.  Al mismo tiempo, las masivas estructuras burocráticas de la sociedad tratan a la gente como piezas de engranaje para maquinarias, sin calculo del sentido de que somos impotentes para moldear nuestro destino, mucho menos de ser capaces de conducir a la sociedad humana hacia una nueva y mejor dirección.   Desgarrados entre las expectativas excesivas y los sentimientos de máxima impotencia, la gente se vuelve cada vez más susceptible a los impactos del estress.  
Aprender a lidiar con el estress exitosamente requiere que tratemos de vernos a nosotros mismos bajo una luz diferente.  Necesitamos una comprensión más profunda de nuestro verdadero potencial ilimitado así como de nuestra vulnerabilidad, de manera que podamos desarrollar nuestra fuerza como individuos a través del apoyo mutuo.
Hans Seive, quien ha sido pionero en el campo de los estudios acerca del estress, ofreció el siguiente consejo basándose en su propia experiencia batallando con el cáncer: Primero, establezca y mantenga sus propias metas de vida.   Segundo, viva de manera que su presencia sea necesaria para otros – tal manera de vivir es, en última instancia, beneficiosa para usted mismo.
Es natural para nosotros, como seres humanos, mirar hacia adelante. Nuestros ojos miran naturalmente hacia delante.   En este sentido, estamos creados para ir tras una meta.  Al mismo tiempo, extender nuestras manos a otros seres que estén sufriendo fortalece nuestra habilidad para enfrentar nuestros propios problemas y desafíos con coraje.
Los Sutras Budistas contienen esta parábola, que es muy bien conocida:
Un día, Una mujer arruinada por la pena de haber perdido a su hijo, se dirigió a  Shakyamuni.  Esta le suplicó que le devolviera la vida a su bebé.  Shakyamuni la consoló y le ofreció preparar una medicina para revivir a su hijo.   Para poder hacer esto él necesitaría unas semillas de mostaza, sin embargo, tendrían que provenir de un hogar donde nunca se hubiera experimentado la muerte de un miembro familiar.   La mujer fue de casa en casa preguntando en cada una por las semillas de mostaza.  Más no pudo en ninguna parte conseguir un hogar donde no se hubiera presentado la muerte.   A medida que continuaba su búsqueda, la mujer comenzó a darse cuenta de que su sufrimiento era algo que todo el mundo compartía.  Así que regresó a ver a Shakyamuni determinada a no dejarse vencer por el sufrimiento.
El entrenamiento físico y mental genera una transformación en nuestra experiencia de las cosas.  La misma pendiente empinada, que para el inexperto esquiador provoca sólo terror, es para el experto una fuente de gran emoción y alegría.  De la misma manera, con el estudio constante, podemos sacar conocimiento e inspiración de los más profundos y difíciles textos.
Así como el entrenamiento físico puede desarrollar las capacidades ocultas de nuestros cuerpos y así como el entrenamiento intelectual desarrolla nuestras capacidades mentales, nuestros corazones pueden ser entrenados y fortalecidos.   A través del proceso de superar el dolor, por ejemplo, se hace posible para nosotros ver más allá de nuestros sufrimientos y preocupaciones cuando desarrollamos un sentido más amplio y sano de nosotros mismos.   Esta experiencia puede inspirar actos de compasión por otros que han experimentado este mismo dolor.
Al trabajar en conjunto y por el bien de todos, es posible convertir aún las más estresantes situaciones en una oportunidad para aprender a vivir con una perspectiva elevada y con mayor energía.   Parece poco probable que las fuentes del estress que enfrentamos ahora disminuyan; es más, parece más probable que aumenten.
Ahora, más que nunca, necesitamos desarrollar las cualidades del valor, la sabiduría y la esperanza a medida que forjamos redes expansivas de apoyo.
Al final, la clave para vivir en una sociedad saturada por el estress yace en hacer propio el sufrimiento de los demás -   en liberar la capacidad humana por la empatía.  No hay necesidad de llevar en soledad la carga de un corazón pesado.
.
 
Daisaku Ikeda.
 
 
Traducción: Irene Gil Rizo
 
Tomado como copia fiel del texto original en   http://search.japantimes.co.jp/cgi-bin/eo20061109a3.html

30.11.06

Orientación a los miembros de Venezuela Dic 03 del 2006

Para que la humanidad transforme su destino
debe caminar por el humanismo del camino del medio

Dentro de pocos días se realizarán las elecciones presidenciales y la situación actual no podría ser la más propicia para mostrar con acciones qué significa ser un budista. El presidente Ikeda dice: “La fe equivale a la vida cotidiana. Y el budismo se manifiesta en la sociedad. Por eso son tan importantes nuestra conducta y nuestro serio esfuerzo día a día. El Daimoku es el combustible que alimenta ese proceso de esfuerzo denodado”.

Los miembros de la Dirección General queremos compartir con todos Uds. algunas orientaciones que consideramos claves y oportunas que nos podrán, en algunos casos, esclarecer puntos, mientras que en otros, nos pueden servir de aliento.

En esta “época de conflictos”, impregnada por los tres venenos, mantener la convicción de que cada persona es un buda y esforzarse por propagar el budismo es, sin lugar a dudas, un desafío de extrema dificultad. Pero esa es nuestra misión, “establecer la enseñanza correcta” para la “pacificación de la tierra”, tal como está establecido en el Rissho Ankoku Ron. El Daishonin indica en este tratado que para concretar el principio de “establecer la enseñanza correcta para la pacificación de la tierra” se deben  modificar los principios que uno alberga en el corazón.

Construir una sociedad realmente pacífica sólo es posible cuando su funcionamiento va acorde al bien fundamental. Para ello, la comunidad, en general, debe funcionar basada en el espíritu del humanismo del camino del medio. En el nivel social, “establecer la enseñanza correcta” significa establecer como base del funcionamiento social los principios de la dignidad humana y del respeto supremo a la vida. Para lograr esto debemos emprender, antes que nada, una “odisea espiritual”, no exenta de angustia y de conflictos internos, de reflexión y de renovación en el nivel más profundo de nuestro ser.

El presidente Ikeda en su Propuesta de Paz 2002 establece: “Las diferentes corrientes de pensamiento de la sociedad tienden a ser, por lo general, restrictivas y exclusivistas. Por ejemplo, el materialismo rechaza el espiritualismo y viceversa. En general, todos los sistemas de pensamiento tienden a imponer al individuo y a la sociedad modelos que consideran ideales. Los patrones ideológicos de pensamiento siempre entrañan cierto grado de categorización rígida. Sin embargo, la filosofía budista no impone uniformidad. Por el contrario, trata de comprender las condiciones de la época y, a partir de allí, extrapolar las mejores opciones”.

Esto no debe confundirse con un amoldamiento sin rigor ni principios, y mucho menos seguir la corriente. Estamos hablando del Camino del Medio: no intentamos mejorar a los individuos ni a la sociedad imponiéndoles modelos o ideales preexistentes… el rasgo distintivo de nuestra filosofía es que podemos abarcar entidades distintas y aun contradictorias y extraer de todas ellas sus potenciales positivos inherentes.

Debemos transformar, desde sus bases, las estructuras sociales que ponen en peligro la dignidad humana. Es una lucha sin cuartel contra el mal. Ku de kudoku (beneficio) significa extinguir el mal y doku significa extraer el bien. Por lo tanto, un aspecto del beneficio yace en eliminar las manifestaciones del mal. No hay beneficio más fundamental que erradicar las impurezas de nuestra vida y forjar un estado de vida puro. No podemos lograr la felicidad verdadera sin erradicar las impurezas y las tendencias negativas y destructivas que existen dentro de nosotros. Por eso, debemos luchar contra el mal y contra aquello que resulte destructivo. Pero cuidado, no caigamos en la tentación de poner el mal de un lado y el bien del otro. Las manifestaciones externas de estos dos términos son relativas y transmutables. Sólo parecen absolutas e inmutables cuando el corazón humano se vuelve esclavo de las palabras y de los conceptos abstractos. Desde la perspectiva budista, lo que experimentamos como bien o mal no es algo fijo, sino que depende de nuestras actitudes y reacciones. El bien y el mal no son entidades invariables; el bien contiene el mal dentro de sí y lo mismo sucede a la inversa. Esta enseñanza ha sido expresada en la teoría de los 10 mundos.

El budismo enseña que es peligroso buscar la plenitud sólo en el campo de los fenómenos transitorios, circunstancias frágiles sujetas al cambio por definición, porque uno se hace vulnerable y dependiente.

Cuando se habla de libertad en el ámbito budista, se refiere a aquel sentimiento que experimentamos cuando percibimos con toda nuestra vida que estamos unidos con lo eterno, que somos uno con la Ley del universo y frente a esta toma de conciencia no hay circunstancia alguna que pueda amenazar fundamentalmente nuestra seguridad.

Una de las características del budismo es su capacidad de abarcar entidades contradictorias y de extraer el potencial positivo que cada uno posee. En otras palabras, imponer a la gente una alternativa binaria y obligarla a optar entre términos aparentemente contradictorios, fomenta la discriminación allí donde no debería de haberla en absoluto.

La doctrina del origen dependiente sirve de fundamento teórico para la paz ya que postula la convivencia de todo lo que existe en el universo a través de relaciones interdependientes. Si el orden esencial es la interrelación, entonces separarse de las personas nos causa angustia.

Puede que culpemos a alguien de nuestra propia infelicidad, pero en realidad lo que determina y perpetúa nuestra infelicidad es nuestra reacción de cortar lazos, rehusarnos al diálogo, odiar, sentir celos, albergar resentimientos, etc. Esa es la labor de la oscuridad fundamental.  

Debemos comprender que aun aquello que nos genera aversión tiene cualidades que pueden contribuir a nuestra vida; aun aquello que nos desagrada representa una oportunidad para desarrollar nuestro humanismo. Esto es lo que se conoce como tolerancia activa, debemos fomentar la empatía hacia los demás y el aprecio por la diversidad  

Para modificar el curso de la historia humana hará falta que cada individuo tome una profunda determinación interior, una auténtica decisión existencial de ir en busca de su humanismo inherente y transformar su vida de raíz. La clave yace en el corazón humano, en la oración de las personas por el orden y la tranquilidad de la sociedad y en que cada uno establezca una sólida identidad mediante el proceso de la Revolución Humana.

1.9.06

Presidente de la SGI se Reúne con el Subsecretario General de la ONU, y emite Propuesta

TOKIO, 30 de agosto /PRNewswire/ --
Daisaku Ikeda, presidente de la SokaGakkai Internacional (SGI), se reunió hoy con Anwarul K. Chowdhury, subsecretario general de la ONU y alto representante de países en vías dedesarrollo, países en desarrollo sin litoral y pequeños estados insulares endesarrollo.
Después de debates sobre asuntos de desarrollo y paz, el Sr. Ikeda presentó al subsecretario general Chowdhury una propuesta denominada "Cumpliendo la Misión: Capacitando a la ONU para estar a la altura de las expectativas mundiales". La propuesta recalca que el propósito fundamental de la ONU como un foro de diálogo para prevenir la guerra es tan vital ahora como fue cuando se fundó la organización en 1945. Ikeda exhorta a la ONU a que recuerde y reanude su compromiso con su misión original. Enfatizando el desafío principal de crear una cultura de paz, un concepto que el subsecretario general Chowdhury ha defendido desde hace mucho tiempo dentro del sistema de la ONU, Chowdhury insiste que la organización continúe el desarrollo y perfeccionamiento de sus capacidades de diálogo y diplomacia de "poder blando" y evite mezclarse con métodos reactivos que intentan resolver problemas a través de fuerzas militares o "poder duro".
Ikeda hace hincapié sobre tres temas: un sentido de objetivo compartido, sentido de responsabilidad compartida, y campos de acción compartidos. Como sentido de objetivo compartido, propone la creación de una cultura de paz basada en la concientización de que la paz va mucha más allá que la simple ausencia de conflicto. Ikeda hace especial hincapié en la reducción de la pobreza y el desarme nuclear como elementos clave para la transformación de la actual "cultura de guerra". Ikeda propone una década de acción de los pueblos del mundo para la abolición de las armas nucleares. Para fomentar un sentido de responsabilidad compartida, Ikeda insiste en el establecimiento de estructuras que involucren a la gente joven en las deliberaciones de la ONU, tal como mantener una reunión de representantes jóvenes antes de la Asamblea General de la ONU cada año, el perfeccionamiento de oportunidades de voluntariado y prácticas dentro del sistema de la ONU y la apertura de una oficina para los jóvenes dentro de la ONU.
En términos de campos de acción compartidos, Ikeda propone el establecimiento de oficinas regionales de la ONU para fortalecer la cooperación entre los estados miembro y la ONU, y el desarrollo aún mayor de asociaciones entre la ONU y sociedades civiles. La propuesta insta a los ciudadanos del mundo a que participen proactivamente con la ONU: "Es esencial para crear impulso para una reforma de abajo hacia arriba ... No podemos permitirnos el lujo de esperar pasivamente una reforma de arriba hacia abajo que surja de las deliberaciones intergubernamentales". La propuesta completa se puede consultar en,
http://www.sgi.org.
El Presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, ha emitido propuestas de paz todos los años desde 1983. La SGI es una organización budista laica dedicada a la promoción de la paz, cultura y educación con 12 millones de miembros alrededor del mundo.
CONTACTO: Joan Anderson
Oficina de Información Pública
SOKA GAKKAI INTERNATIONAL
Telf.: +81-3-5360-9830
Fax:+81-3-5360-9885
FUENTE SOKA GAKKAI INTERNATIONAL

28.7.06

LA ORACION Una fuerza real para el cambio


LA ORACION: Una fuerza real para el cambio
Artículo tomado del World Tribune, en su publicación del 9 de Junio de 2000                                                                  Escrito por Matilda Buck, encargada de la DD de la SGI-USA
(Traducción: AL. Revisión: CP)

Una mujer camina a lo largo de la ribera del río, buscando la manera de cruzar hacia la otra orilla. Finalmente, ve a alguien en el lado opuesto y le grita, “ Hola, ¿ Cómo hago para llegar a la otra orilla?”.
La otra persona le responde: “¡Pero, si tú ya estás en ella!”
Perspectiva. La perspectiva en todo, especialmente en la vida, puede significar la diferencia. De hecho, un cambio en la perspectiva – especialmente hacia una más clara y elevada – es uno de los grandes beneficios de nuestra práctica Budista. En este artículo, quisiera tratar la perspectiva de la óptica de la oración. Después de todo, nuestra práctica implica orar con el mejor enfoque, dos veces al día. ¿Cómo podemos entonces hacer de esa oración una fuerza real de cambio en nuestras vidas?

He aquí un test de verdadero-falso.

“Cuando entono Nam Miojo Rengue Kio ante el Gojonzon (carta de meditación)... “
  • Siento que hay algo errado en mí

  • Dudo que pueda superar mis problemas

  • Dudo que pueda alcanzar mis metas

  • Me siento como una víctima ante la vida

  • Me identifico con los mártires y los penitentes

  • Siento que no merezco orar por mi propia felicidad

  • Quiero que el Gojonzon me recompense

  • Creo que el Gojonzon me está castigando

  • Quiero que el Gojonzon me salve

Si Ud. respondió afirmativamente a tan solo una de  las proposiciones, primero no se sienta solo o sola. Segundo, siga leyendo.
El Budismo de Nichiren Daishonin capacita y potencia a cada persona para que manifieste su Budeidad. Esta es una postura consciente que debemos asumir mientras entonamos. Repita conmigo:
“En mi esencia yo soy un Buda. Yo puedo contactar este poder a través de mi oración fuerte. Me puedo mover hacia mis deseos y puedo hacer una contribución a mi mundo.”

Suena bien, pero para muchos de nosotros, ésta es una postura difícil de sostener.
Las actitudes autolimitantes (“Hay algo errado en mí, las cosas siempre me salen mal “) parecen a menudo naturales y reales, sin embargo, la verdad – el que SÍ somos Budas – puede parecer artificial, poco natural e incluso prepotente y arrogante.
Así es como nos sentimos, aún cuando Nichiren Daishonin nos dice repetidamente en sus escritos, que nuestra verdadera identidad es la Budeidad. Aún cuando el Sutra del Loto, el cual repetimos dos veces diarias, revela que todos tenemos una identidad más profunda desde la cual podemos realizar esta oración potenciadora y capacitadora, se queda  todavía en el plano de la teoría para muchos de nosotros.

Para conmemorar definitivamente la reunión de Damas de Febrero de 2000, el Presidente Ikeda nos envió un hermoso mensaje en el que apuntaba precisamente este aspecto; nos pidió que fuéramos felices basándonos en nuestra oración fuerte y profunda. El se refería a la carta de Nichiren Daishonin, “La Única Frase Esencial “, en la cual se lee lo siguiente:



“Aún cuando uno no lea ni estudie el Sutra, repetir el solo título (Miojo Rengue Kio), es una fuente tremenda de buena fortuna. El Sutra enseña que hombres y mujeres, y todos aquellos que transitan en los ámbitos de la animalidad e infierno – de hecho, todos los seres de los diez mundos – pueden obtener la Budeidad en su forma actual. Esto es una maravilla incomparablemente mayor que el fuego producido por una piedra tomada del fondo de un río, o la de una linterna iluminando una caverna sumida en la oscuridad por cien, mil o diez mil años. Si aún las cosas más comunes del mundo son así de maravillosas, entonces, cuanto más  maravilloso es el poder de la Ley Mística.”  (Los Escritos de Nichiren Daishonin, p923).

En su mensaje,  el Presidente Ikeda se centra en la frase sobre la linterna que instantáneamente ilumina una caverna sumida en la oscuridad hasta por diez mil años. Él escribió lo siguiente:
“En el momento que nos sentamos frente al Gojonzon y ofrecemos las oraciones, el sol de la Budeidad, el estado original de iluminación inherente en nuestras vidas, se manifiesta, sacando al exterior nuestras brillantes luces. “

Pero, ¿Cuantos nos sentamos con esos sentimientos mientras estamos entonando ante el Gojonzon? Hasta hace algunos años, yo no lo hacía.
No me malinterpreten. En mis dos primeras décadas de práctica, yo había pasado de ser una persona triste y confundida, a ser otra que podía sentirse optimista la mayor parte del tiempo. Fui capaz de trasformar ciertas situaciones difíciles y agradecía haber encontrado una forma de vivir noble y llena de sentido.

También aprendí como lidiar mejor con el dolor en mi vida. Yo había mantenido ese dolor en una cueva profunda y oscura en el foso de mi vida, apartado de mi conciencia. Pero lo podía sentir a un nivel muy profundo. Así es como yo lo había custodiado cuidadosamente toda mi vida, dando vueltas a su alrededor para no tener que enfrentarlo. Se convirtió en una pequeña voz que me decía que siempre viviría en el dolor, con restricción. Yo podía acumular una cantidad enorme de causas positivas, además de sus efectos respectivos; yo podía mejorar mi situación, crecer espiritualmente, pero aquella cueva oscura parecía permanecer intacta.

Solo hasta que la linterna -es decir-  Nam-Miojo-Rengue-Kio dejó expuesta esa cueva y me dio suficiente luz, para al fin poder ver esa realidad. No obstante, no fue un proceso fácil.

“ Me pregunto “ – me decía a mí misma – ( y “pregunto” fue realmente el comienzo del proceso), “ ¿si yo realmente creo que la esencia de mi vida es Nam-Miojo-Rengue-Kio o, en cambio, tengo esta aceptación profunda del dolor, la creencia de que nunca estaré sin él? “

Lo que obtuve como respuesta fue un “shock”: “Tu siempre has vivido con este dolor”, dijo mi pequeña voz en la cueva. “No existe alternativa. Esta es la verdadera realidad de tu vida”.
Otra voz se opuso diciendo: “Nichiren Daishonin dice que la realidad fundamental de tu vida es Nam-Miojo-Rengue-Kio – La Budeidad –“  
YO PUEDO SER REALMENTE FELIZ!”

¿Cómo podía yo merecer esa clase de felicidad? . Pensé: “Bueno, si soy un Buda, debería ser feliz; pero, para ser honesta, no lo puedo imaginar. No se siente bien esto de ser feliz.” ¿Qué podía hacer?




Decidí intentar una nueva perspectiva. Entonar desde la perspectiva de un Buda. Por un momento lo fingí. Seguía,  repitiéndome: “ Mi vida es Nam-Miojo-Rengue-Kio. Yo soy un Buda. Estoy viviendo como un Bodisatva de la de Tierra; por tanto, puedo extraer este poder y resolver mi problema. No solo merezco ser feliz,  debo convertirme en una persona feliz; así es como demostraré la Gran Ley.”

Debido a que yo estaba tratando de entonar desde una perspectiva diferente, una perspectiva potenciadora, comencé a ver las cosas de modo distinto. Pequeños cambios, casi imperceptibles, comenzaron a aparecer. Piensen en la caverna: Nada puede ser más  inmutable que un lugar que ha estado en la oscuridad por 10.000 años. Pero, aun una pequeñita luz, continuamente vertida sobre ella, tiene un efecto inmediato, por inconspicuo que éste sea.
La vida que necesita de la oscuridad absoluta no puede continuar: evoluciona o desaparece. La vida que necesita luz, comenzará a desarrollarse. La ecología de la caverna no volverá a ser igual.

Eso fue lo que pasó en mi propia vida desde que mantuve fluyendo esa luz de mi Budeidad, esa perspectiva consciente. En un año, había transformado un problema concreto que había estado conmigo durante toda mi vida. El interior de mi cueva que se había nutrido de la oscuridad, se encogió; y lo que necesitaba luz creció, prosperó, floreció en una innegable felicidad.

Teóricamente, había conocido estos principios por largo tiempo, pero creo que la duda inconsciente de que yo pudiera cambiar alguna vez esa parte de mi vida era tan fuerte que sofocaba cualquier esperanza de intentarlo. De modo, que frecuentemente entoné como si el Gojonzon “allá afuera”  pudiera recompensarme por mi buen comportamiento, pero ciertamente yo no tenía el poder de cambiar esto , era demasiado eterno y omnipresente.
Cambiar conscientemente la perspectiva en mi oración, ubicándome en la perspectiva de que yo era un Buda y tenía el poder de la Budeidad, me ayudó a superar mi duda y a continuar hasta que vi la victoria.

En lo que respecta a la oración, vencer las dudas es algo grandioso. Orar desde la perspectiva potenciadora de la Budeidad nos ayudará a sobreponernos a la duda. El presidente Ikeda nos anima de la siguiente manera: “Hay algo innegable: el poder de creer, el poder del pensamiento, mueven la realidad en la dirección de lo que creemos y hemos concebido. Si Ud. realmente cree que puede hacer algo, en verdad puede. Esto es un hecho. Cuando Ud. puede visualizar claramente un resultado victorioso, lo graba en su corazón y está firmemente convencido de obtenerlo, su cerebro hará todo el esfuerzo para llevar a cabo la imagen mental de Ud. ha creado. Y entonces, a través de los esfuerzos incesantes, esa victoria se hará finalmente una realidad”.

Para cerrar quisiera compartir algunos puntos para desafiar la duda. El pasado año, en el “World Tribune”, el editor en jefe, Ted Morino, explicó que una fe libre de dudas no es una condición fija y que no quiere decir una fe que no cuestiona. De hecho, los cuestionamientos son buenos; nos conducen a ahondar con profundidad en la fe y a fortalecer nuestro estado de vida. A medida que luchamos con la duda, construimos una convicción propia y más profunda.



Cuando tomamos la decisión: “Voy a mirar esto desde la perspectiva de la Budeidad”, no solo las puertas de mis propios temores, o de mi cinismo, o de lo que sea, se abren.
Ted describe el proceso de superar la duda y ganar ambas, confianza en uno mismo y una práctica más fuerte, basándonos en las nueve conciencias:

  • Primero, usando la sexta conciencia, elija entonar con confianza en el Gojonzon y en la Budeidad inherente en nuestras propias vidas. Haga esto con el esfuerzo del 100%. Esto es: Oración más acción, para ganar día a día. (Esto se refiere a las primeras seis de las nueve conciencias: los cinco sentidos –vista, oído, olfato, gusto, tacto- y el pensamiento conciente)

  • Segundo, persevere en este tipo de esfuerzo. De esta manera estamos incrementando la confianza en nosotros mismos inconscientemente (la séptima conciencia).

  • Tercero, mientras continuamos en este sentido, desde la perspectiva de la Budeidad, “confiar en nosotros mismos se convertirá en nuestra tendencia”, escribe Ted Morino, “lo cual es llamado karma” (la octava conciencia).

  • Cuarto, a medida que practicamos el Budismo con sentimientos positivos, nuestra alegría y autoconfianza aumentan, disfrutando verdaderamente el hecho de vivir, experimentando la plenitud de la Ley. Esta es la prueba de que podemos fortalecer nuestra Budeidad (la novena conciencia). En ésta condición de vida, la autoconfianza –nuestra confianza en la Budeidad- es inamovible.

Como las dos personas que se veían cara a cara desde la riberas del río, la felicidad es una cuestión de perspectiva. Depende de donde escoge Ud. pararse. Para alcanzar nuestra propia gran felicidad, para tener la misericordia y  el vigor de servir a la humanidad, necesitamos el poder de la perspectiva de la Budeidad.

Nosotros ya estamos, todos, en la otra orilla.
A través de una oración llena de poder podremos comenzar a conocer esta verdad.











3.6.06

¿Bodhisattva o codependiente?

¿Bodhisattva o codependiente?



MATILDA BUCK
Vice-Responsable de Damas
de la SGI de Norte América
El viaje de Matilda desde la codependencia hacia la senda del verdadero bodhisattva


En una reunión de responsables a la cual asistí en cierta ocasión, varios dirigentes de grupo exclamaron desconcertados: «¿Cómo puedo ayudar a otras personas, si no puedo cuidar de mi mismo?»
«¡Somos simplemente un montón de codependientes!» Se escuchó una voz decir, «Pensé que éramos bodhisattvas».
No me fue difícil comprender la preocupación estos bodhisattvas quienes sentían que sus esfuerzos nunca parecían ser suficientes.
Poco tiempo después me vi forzada a examinar mi vida. Me di cuenta que no creía en la posibilidad ser feliz y llevar una vida tranquila. Tampoco creía que la budeidad existía en mi vida y que era posible activar el poder de la iluminación mediante la invocación de Nam-myoho-renge-kyo en beneficio de otra persona. Cómo podría alguien transformar su situación, si yo misma no creía que podría cambiar mi vida. Así inicié la jornada para capacitarme y ayudar a otras personas.
Descubrí que las experiencias de mi niñez me habían inculcado creencias negativas acerca de mi misma. Desperté a mi codependencia y a la forma en que ésta había sido incorporada a mi práctica budista. Veía las circunstancias negativas como pruebas de mi  carencia de méritos y a mi práctica como la forma de febrilmente salir de ellas. El mito que albergaba era que cuando hubiese logrado hacer mucho o suficiente, entonces las cosas marcharían bien.
¿Qué es la codependencia?
Podemos encontrar muchas definiciones de la codependencia. En general, todas se refieren a los codependientes en sus papeles de cuidar y rescatar a los demás, colocando las necesidades, las vidas y sentimientos de otros antes que los suyos, en síntesis, viviendo a través de otros, en vez de vivir sus propias vidas.
Esto podría parecer definir a un bodhisattva, aquél que antepone la vida de otra persona antes que la suya. Sin embargo, el ingrediente que falta es que usted debe ser dueño de su  vida, a fin de poder hacer esto. Los codependientes permiten que la conducta de otros les controlen y a su vez, ellos tratan de controlar a otros con su comportamiento.
Una diferencia sustancial entre la conducta del codependiente y la del bodhisattva yace en la motivación. Las acciones del codependiente son dirigidas por la necesidad de controlar o sentirse nece- sario, en otras palabras, para sentirse mejor acerca de sí mismo. La motivación del bodhisattva nace de la convicción acerca del valor de la vida y de la certeza en la budeidad inherente en cada persona.
Melody Beattie, autora de varias destacadas obras sobre el tema, ha dicho al respecto: «Desde el momento que han existido personas, sus conductas han sido lo que calificaríamos como ‘codependientes’…Han dicho si, queriendo decir no…Han intentado que los demás vean las cosas a su manera…Han hecho lo imposible por no herir a los demás y en el proceso se han herido a sí mismas…Han creído mentiras y se han sentido traicionadas…Han luchado por sus derechos, en tanto los demás negaban los mismos» (No a la codependencia, pág. 37).
Por naturaleza, los codependientes son benévolos. Thomas Wright en su obra, Codependencia y sus implicaciones, nos dice: «Es mi impresión que históricamente, los codependientes han combatido la injusticia social y han luchado por los derechos de los oprimidos. Los codependientes desean ayudar y pienso que, en efecto, lo han hecho. Sin embargo, es probable que hayan fallecido sintiéndose culpables de no haber hecho lo suficiente» (citado en No a la codependencia, pág. 37).
Beattie señala, sin embargo, «Algunas de las características de la personalidad del codependiente podrían considerarse como los elementos incipientes a partir de los cuales surgen nuestras cualidades de excelencia. Nuestro sentido de responsabilidad nos califica para asumir posiciones de liderazgo…o nuestra capacidad para enfrentar privaciones nos permite alcanzar logros extraordinarios. Ello no sería posible sino fuésemos capaces de postergar gratificaciones. Podríamos agregar que el ser capaces de recuperarnos del sufrimiento nos permite ayudar a otros a hacer lo mismo» (Más allá de la codependencia, pág. 244).
Esto ciertamente me atañe y creo que, de igual forma, a otras personas, también.
Muchos de nosotros crecimos en familias con problemas. En una familia armoniosa los padres tienen la función de responder a las necesidades de los hijos. En el caso contrario, los hijos asumen el rol que corresponde a los padres y llenan las necesidades de estos.
Durante nuestra niñez era importante que sintiésemos la protección del adulto, y aún cuando instintivamente percibíamos que algo en la conducta de los padres no era correcto, teníamos la necesidad de validarla. Ello, en consecuencia, nos llevó a concluir que los “equivocados” éramos nosotros. Para muchos, esto se convirtió en un patrón de conducta, cuidábamos de nuestros padres, a fin de ser amados o evitar ser lastimados. Esto nos llevó a desarrollar una conexión más profunda hacia las necesidades emocionales de los demás que hacia las nuestras. Esta pérdida de la conexión con el yo es la base de la codependencia.
¿Cómo se manifiestan estas características en nuestra práctica budista? Nuestro daimoku podría ser un daimoku de penitente. Por ejemplo, podríamos pensar que nuestros problemas reflejan que somos malas personas y si realizamos suficientes buenas causas algún día seremos felices. Obsesionados, el Gohonzon podría convertirse en una herramienta para manipular o controlar a otras personas o situaciones. Podríamos estar invocando daimoku febrilmente para que esto o aquello ocurra, convencidos de que somos infelices debido a que tal persona o tal organización, o la sociedad en general no cambian.
Al intentar ayudar a otros en su práctica, podríamos tratar de resolverles sus problemas, en vez de permitirles encontrar sus propias soluciones (Nichiren Daishonin promete que este proceso nos conducirá a la iluminación).
La codependencia se expresa como una actitud reactiva. Nos sentimos felices o abatidos de acuerdo con el estado de ánimo de la otra persona. No parece posible mantener nuestros propios sentimientos, ellos cambian constantemente en respuesta a los sentimientos de otras personas. Algunas veces nos agotamos, ya que, según nuestro punto de vista, debemos que asegurarnos que todo marche bien. Sólo cuando hemos logrado completar esta abrumadora tarea, nos permitimos el lujo de sentirnos bien acerca de nosotros mismos.
Podríamos albergar un concepto exageradamente distorsionado acerca de nuestro poder y de la medida en que somos necesarios como dirigentes. Podríamos estar usando a las personas y sus problemas para mantenernos ocupados, de manera que, no dispongamos de tiempo para examinar nuestras vidas. Cuando expe- rimentamos con mucha frecuencia este estado reactivo, lentamente nos damos por vencidos y perdemos por completo nuestro poder.
El objetivo imperioso del bodhisattva es salvar a los demás.
¿Cómo es posible lograr esto, si en la práctica, debilitamos nuestras vidas?
Como nos dice el presidente Ikeda, «Nadie tiene la capacidad de hacernos felices. Sólo mediante nuestros propios esfuerzos podemos alcanzar la felicidad. Por lo tanto, no es necesario sentir envidia de los demás. No hace falta guardar resentimientos contra alguien o depender de otra persona para ser felices. Todo se reduce a nuestra condición de vida. Está dentro de nuestra potestad darle a nuestras vidas la dirección que deseemos» (Aprendamos del Gosho, pág. 237).
Motivación generada desde el interior versus motivación desde el exterior
Examinemos el mundo del bodhisattva. El Diccionario del términos budistas de la Soka Gakkai explica que, en términos de los diez mundos, esta condición es descrita como “un estado caracterizado por la misericordia, en el cual se busca la iluminación propia y la de los demás” (pág. 49). La misericordia es la piedra angular de este mundo. En tanto que, la codependencia es motivada desde el exterior y de naturaleza reactiva, el bodhisattva es motivado desde el interior. ¡Esta es una diferencia importante! Un bodhisattva al dedicarse a guiar a otros hacia su propia budeidad no espera recompensa externa por sus acciones.
La mayoría de nosotros cuando comenzamos nuestra práctica, no hicimos una decisión consciente de ser bodhisattvas. A medida que invocábamos y compartíamos nuestras experiencias, de forma natural surgió el deseo de ayudar a otros a practicar. Esta es la necesidad imperiosa del bodhisattva en el sentido más puro. Para algunos de nosotros, esta visión se vio empañada cuando nuestros patrones de codependencia entraron en juego. La motivación interna cedió lugar a la necesidad de buscar validación en el exterior.
En la tradición Mahayana, el bodhisattva hace “cuatro votos universales” desde lo más profundo de su vida, la “tierra” de su budeidad:

Salvar a innumerables seres vivientes.
Erradicar incontables deseos terrenales.
Alcanzar el dominio de
innumerables enseñanzas budistas.
Lograr la iluminación suprema.

Shakyamuni y Nichiren Daishonin pusieron en juego sus vidas en aras del gran voto que hcieron de abrir la senda de la iluminación a “innumerables seres vivientes”. Al recitar el sutra de mañana y noche, en cierta forma, recordamos nuestras promesas.
Es de gran importancia el hecho de que de los cuatro votos, tres de ellos se refieren al desarrollo personal y uno a ayudar a los demás. La promesa del bodhisattva no es una decisión reactiva. No es una obligación que nos ha sido impuesta. No conlleva la búsqueda de la validación. Es el gran júbilo que hemos experimentado, una y otra vez, al conectarnos con los demás y el sentido de sentido misión que nos llevó a apoyar el potencial de buda en ellos, y con mayor razón cuando esta conexión se hace extensiva a todos los seres vivientes. Nuestro potencial de buda se pone de manifiesto cuando expresamos esta promesa y vivimos de acuerdo a ella.
El presidente Ikeda describe al bodhisattva en su poema “El sol de jiyu sobre la Nueva Tierra” de la siguiente manera:

He aquí el hogar y morada
donde la humanidad
encuentra
su existencia original
más allá de todas las
fronteras,
trasciende las diferencias de género y raza.
He aquí un mundo que ofrece la auténtica prueba
de nuestra humanidad.

—Cantos de América, pág. 38

Encontrar este hogar, nuestra identidad como Bodhisattvas de la Tierra es un asunto vital. En la edición de abril del 2002 de la revista Living Buddhism, encontramos lo siguiente: “En una era donde tanto la sociedad como el mundo religioso se encuentran plagados de conflicto y confusión, únicamente una enseñanza que pueda proveer al individuo la capacidad de extraer su naturaleza de buda, puede conducir al mundo a la felicidad y transformar el tenor de los valores de los tiempos. En otras palabras, la única forma para alcanzar la felicidad y la paz de las gentes del Ultimo Día de la Ley es mediante el desarrollo de nuestro gran potencial humano» (pág. 10). Este estado de desarrollo es el que nos permite encontrar nuestra verdadera identidad, ayudar a los demás y contribuir a la paz mundial.
Gran parte de nuestra práctica de bodhiattvas es ayudar a otros a practicar. ¿Cuál es el punto de vista de Nichiren? En sus escritos, encontramos que él agradece los esfuerzos de práctica que hace cada persona. Podemos ver aquí una expresión de empatía, casi podríamos decir de identificación con sus seguidores, en lugar de simpatía o lástima, que son las emociones de los que cuidan de los demás. En vez de ello, él les capacita recordándoles el gran potencial que poseen en sus vidas. Según escribe Nichiren, “Shakyamuni, el Buda Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones representan el mundo de la budeidad que existe dentro de nuestras vidas. Cuando los buscamos en nuestro interior, recibimos los beneficios de todos estos budas” (El Objeto de Devoción para observar la mente” Los Escritos de Nichiren Daishonin, pág. 365).
Nichiren comparte las aflicciones de sus seguidores. El les explica el funcionamiento de la Ley. A veces, les envia cartas o mensajeros. Les permite resolver sus propios problemas. «Si su oración recibe respuesta o no, ello depende su fe; de no ocurrir, no hay razón para quejarse… La fe débil es como el agua fangosa, en tanto que la fe valiente es como el agua clara» (“Respuesta a la monja laica Nichigon”, WND, pág. 1079).
¿Cómo podemos ampliar la influencia del estado de bodhisattva en nuestras vidas?
La “tierra” desde la cual emerge el bodhisattva es nuestra budeidad.
Nichiren escribe, «Entonces, cuando invoque la Ley mística y recite el Sutra del loto, tiene que llegar a sentir la profunda convicción de que Myoho-renge-kyo es su propia vida…; lo que quiere decir que nuestra práctica se convertirá en una interminable y penosa austeridad, a menos que percibamos la naturaleza de nuestra vida» (“Sobre el logro de la budeidad”, Escritos de Nichiren Daishonin, pág. 4). Aquéllos cuyas experiencias les han llevado a una conducta de codependencia, podrían pensar que ver la naturaleza de su vida significa ver aquellas cosas que hemos hecho mal o aceptar la culpabilidad o creer que no merecemos ser felices.
La verdadera naturaleza de nuestra vida es la budeidad. Parece un asunto muy simple. ¿Pero cuál es el método para percibir esta naturaleza de buda? Ello comienza con la invocación de Nam-myoho-renge-kyo con la confianza o quizás la expectativa, por pequeña que ésta sea, de que poseemos la semilla indestructible de la genuina felicidad dormida en nuestro interior.
Podemos invocar para abrir el mundo de la budeidad en nuestra vida. Podemos invocar hasta sentirnos motivados, creativos y hayamos establecido conexión con los demás. También podemos estudiar los escritos de Nichiren y las orientaciones del presidente Ikeda, a fin de profundizar nuestra convicción en nuestra identidad y poder para tomar acciones que ayuden a otros a practicar. El bodhisattva se define por sus acciones.
Encontremos nuestra dignidad y poder
Ya que la codependencia es, en gran medida la falta de valoración de uno mismo, existen formas de alimentar la auto estima. Con una oración fuerte, podemos invocar para hacer surgir el yo verdadero que ha existido eternamente, desde lo profundo de nuestra vida, el cual no ha sido empañado o deformado por experiencias pasadas. La budeidad es la expresión sublime de la auto estima.
Todos nuestros sentimientos son valiosos. Podemos llevarlos con honestidad frente al Gohonzon y lograr comprenderlos. Tenemos la posibilidad de invocar para percibir la interconexión y dispersar las nubes que cubren la budeidad.
“En el Último Día de la Ley”, escribe Nichiren, «no hay otra Torre de los Tesoros más que las figuras de los hombres y mujeres que abrazan el Sutra del loto. Por lo tanto, se infiere que aquéllos que invocan Nam-myoho-renge-kyo, sea cual fuere su condición social, son la Torre de los Tesoros en sí mismos y, de igual modo, también son el buda Taho» (Sobre la Torre de los Tesoros, Escritos de Nichiren Daishonin, pág. 30). En otras palabras, es posible fortalecer nuestros recursos internos. Es factible emplear las fortalezas para resolver nuestros problemas de raíz.
Dejar de controlar o manipular a los demás
El presidente Ikeda dijo: «Las oraciones basadas en la Ley mística no son abstractas. Ellas constituyen realidades concretas en nuestras vidas. Ofrecer oraciones es entablar un diálogo, un intercambio con el universo…. De allí que, la oración no sea un lánguido consuelo; es una poderosa e inamovible convicción» (Aprendamos del Gosho, pág. 92). Por otro lado, sabemos que las estrategias no conducen a ninguna parte y simplemente ocasionan dificultades para todo el mundo.
Invocar incondicionalmente por la felicidad de otra persona es la acción más loable que podemos acometer. Ya poseemos el deseo inherente de que los demás sean felices. A medida que progresa nuestro desarrollo, en forma natural extendemos nuestra influencia sobre los demás.
El presidente Ikeda nos dice: «Quienes durante prolongados períodos se acostumbran a la desventura, con el tiempo adquieren la tendencia a darse por vencidos. Pero con la Ley mística no es necesario que jamás nos lancemos al abandono y la derrota.
«Despreciarnos es denigrar el mundo de la budeidad que existe en nuestras vidas. Equivale a calumniar al Gohonzon. Lo mismo ocurre cuando fijamos en nuestra mente el pensamiento de que nada se puede hacer al respecto de un determinado sufrimiento o problema.
«Igualmente, no debemos decidir a priori que una persona o área en particular es una causa perdida. Es precisamente, cuando nos enfrentamos a retos que es preciso orar. La clave es oraciones concretas y acciones hasta tanto los resultados se logren» (Aprendamos del Gosho, pág. 92).
Nuestra oración intensa, es decir, la invocación de Nam-myoho-renge-kyo, tendrá como resultado la sabiduría. Ello nos permitirá actuar desde una perspectiva elevada.
Establezca límites saludables
En la medida que honramos nuestra vida y la de los demás, debemos ser capaces de distinguir lo que podemos y lo que no podemos hacer. Debemos reconocer que es el derecho de cada persona resolver sus problemas y que nosotros podemos ser aliados, hombro con hombro en este proceso. A medida que invocamos para mantener la esperanza y las posibilidades, las personas a quienes tratamos de ayudar harán lo mismo.
El presidente Ikeda dice: “La nuestra no es el tipo de fe en la cual buscamos ser ayudados por los demás…Si usted depende de los demás, con seguridad perderá…El requisito de la felicidad es la determinación de no ser derrotados, la habilidad de ponerse de pie y luchar, sin importar las dificultades o las posibilidades de éxito”. (La Nueva Revolución Humana, vol. 6, págs. 246-7). Si vivimos de acuerdo a estas palabras, jamás nos sentiremos encajonados o vapuleados por las circunstancias.
Mi jornada hacia la capacitación comenzó en el momento que descubrí el mito al cual me había asido hasta entonces, el que cuando hubiese hecho lo suficiente, entonces sería feliz. Ha sido un largo recorrido, y es una jornada de toda una vida. La jornada es diferente para cada persona, pero les ofrezco estas sugerencias con absoluta y profunda convicción.
Miren todas las situaciones en forma positiva y encuentren el valor que las mismas tienen. Todas las cosas, ya sean buenas o malas, juegan un papel importante en nuestro crecimiento como seres humanos. Cada situación nos brinda la oportunidad de avanzar hacia nuestra felicidad. La clave está en continuar orando hasta ver resultados positivos.
La jornada puede parecer incómoda y desconocida por momentos. Pero les prometo lo siguiente: Cada paso entraña un profundo significado, por pequeño que pudiese parecer. Ello nos llevará a descubrir nuestra identidad fundamental y nuestra misión como Bodhisattvas de la Tierra.

Living Buddhism
Mayo/junio 2006
Págs. 49-55

1.5.06

Ecomuseo inaugura "Un legado para la construcción de la paz"

27 de abril 2006
Exposición de SGI llega a Ciudad Guayana luego de recorrer cinco continentes
Las figuras de Martín Luther King, Mahatma Gandhi y Diasaku Ikeda son promovidas para demostrar la importancia de la no violencia.

Aileen Nieto Ramírez
Foto Anibal Barreto

La organización no gubernamental Soka Gakkai Internacional (SGI), la cual agrupa a 12 millones de miembros alrededor del mundo, ha traído a Ciudad Guayana, con el apoyo de CVG Edelca y el Ecomuseo Caroní, la exposición itinerante mundial "Ghandi, King, Ikeda: Un Legado para la Construcción de la Paz", una muestra de imágenes, textos y vídeos que ha sido observada ya por 20 mil venezolanos, y que busca promover, bajo los ideales de estos importantes personajes de la historia, el ideal de que la paz sólo se construye con el poder humano, siempre y cuando este fin esté dentro de los corazones de cada quien.
Lidia Salas, directora general de SGI en Venezuela, acompañada de la coordinadora de la región Guayana, Cecilia de Maza, y Rosa Tapia, representante de la gerencia de asuntos públicos de Edelca, explicó que esta exposición que ya ha recorrido cinco continentes, fue creada por el Decano de la capilla de la Universidad Morehouse de Atlanta, para mostrar el trabajo y la lucha de Mahatma Gandhi y Martín Luther King.
Debido a que luego se incluyó al gran humanista Daisaku Ikeda, director de SGI, esta organización comenzó a auspiciar la muestra. La idea es mostrar que a pesar de haber vivido en épocas distintas y luchar por los derechos de países completamente diferentes, estos personajes tienen muchas cosas en común, sobre todo el ideal del respeto a la dignidad de la vida, los derechos humanos y la no violencia.
"Tenemos actividades en todo el país, con exposiciones de diversos temas como el medio ambiente y las armas nucleares, talleres y conferencias que se apegan a la columna vertebral de SGI que es el campo de la educación. Esta exposición la iniciamos en Caracas, y como está principalmente dirigida a los jóvenes, la mostramos en varias universidades y en el Ministerio de Educación. Luego la llevamos a Carabobo, Táchira, Puerto Cabello, Aragua, Ciudad Bolívar y ahora a Ciudad Guayana, gracias a Edelca", indicó Salas.
Evento internacional Esta exposición ha estado en 25 países, y Salas resaltó que ha sido de gran agrado para SGI Venezuela que muchas universidades la han usado como parte de sus estudios, e incluso se dieron casos como la Universidad de Carabobo, la cual incluyó a una gran cantidad de sus estudiantes en este evento a través de la realización de ensayos sobre la propuesta para la paz que Ikeda publicó en el 2005.
La apertura de la muestra será este jueves 27 de abril, a las siete de la noche, en el sótano 3 del Ecomuseo Caroní, y se iniciará con palabras de Salas sobre la organización, la difusión de un video que muestra el legado de estos personajes, y el corte de la cinta acompañado de la presentación de la Orquesta Sinfónica de Guayana. Si bien hasta este momento el evento es de carácter privado, al culminar la inauguración la exposición estará abierta al público, el cual podrá disfrutar de este documento histórico hasta el próximo 31 de mayo, en horario corrido de nueve de la mañana a nueve de la noche.
Así mismo, la Cámara de Comercio e Industrias del municipio Caroní estará presente para realizar un reconocimiento a SGI, una obra del escultor Hugo Carradini, llamada "Orbis Paz". La organización hace una invitación abierta a toda la ciudadanía, e informó a las universidades y liceos que se pueden llevar a cabo visitas guiadas de la muestra.
Cabe destacar que el conocimiento del legado de estos tres personajes es de suma importancia para comprender la filosofía de la no violencia y la necesidad de la paz. Martín Luther King fue un religioso y activista estadounidense que luchó por la igualdad racial y la convivencia y que ganó el premio Nobel de la Paz en 1964, luego de pronunciar en 1963 el universalmente famoso discurso "Yo tengo un Sueño".
Por su parte, Mahatma Gandhi luchó por la independencia de la India de Gran Bretaña, promoviendo la no violencia y la desobediencia civil como las herramientas más eficaces para alcanzar fines políticos. Con su movimiento de resistencia pasiva, se hicieron famosos sus largos ayunos para impresionar al pueblo hindú y alentarlos a no realizar acciones violentas.
Soka Gakkai por la paz Uno de los personajes promovido en la exposición es Daisaku Ikeda, filósofo budista y humanista, que creó esta organización con sede en 165 países y que trabaja junto a la Organización de las Naciones Unidas, para contribuir con el objetivo de lograr la paz mundial mediante la promoción de la cultura y la educación. Su vida estuvo marcada por la guerra y la posguerra en Japón. Heredó esta organización de manos de Tsunesaburo Makiguchi y Jesei Toda, quienes fueron encarcelados durante la II Guerra Mundial por oponerse al militarismo japonés.

Nuevo Libro de Daisaku Ikeda presentado en Argentina

Presentan libro del filósofo japonés Daisaku Ikeda.
Tomado del sitio web GenteBA de Buenos Aires Argentina.
El próximo martes 2 de mayo, en el marco de la 32 Feria Internacional del Libro de Buenos Aires 'El libro - del autor al lector', se presentará en la Sala Bioy Casares de la Sociedad Rural, el libro "Develando los Misterios del Nacimiento y la Muerte", del filósofo, poeta y educador japonés, Daisaku Ikeda.La presentación tendrá lugar a las 15:00, con la participación del Director de la Editorial EMECE, Alberto Díaz, el rector de la Universidad Nacional de Flores, Roberto Kartesz y el Jefe de Gabinete de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, Pedro Tomás, quienes serán oradores en la ocasión.
El doctor Daisaku Ikeda, presidente de la organización Soka Gakkai Internacional, es poeta, ensayista, fotógrafo, educador y diplomático de la paz y autor de libros clásicos traducidos a decenas de idiomas, como Elige la Vida o Un Nuevo Humanismo.Su accionar se ha centrado en mostrar la eficacia del diálogo como instrumento para construir respeto y amistad entre los pueblos y para tal fin ha mantenido encuentros con personalidades como Nelson Mandela, Mijail Gorbachov, Adolfo Pérez Esquivel, Waangari Maathai e Indira Ghandi, entre otros líderes mundiales.Fundador de la Universidad Soka en Tokio, Japón y en los Estados Unidos y del Centro Bostoniano de Investigaciones para el Siglo XXI, ha sido reconocido con el Premio de la Paz de las Naciones Unidas y galardonado con el título de Doctor Honoris Causa de las principales universidades del mundo, entre las que se cuenta la Universidad Nacional de Buenos Aires, la de Lomas de Zamora, de Córdoba, del Nordeste y del Comahue.
En su libro Ikeda explora los grandes interrogantes de la existencia por medio del acervo filosófico del budismo de Nichiren Daishonin, una de las corrientes más difundidas y practicadas en el mundo de hoy.Sin detenerse en los aspectos teóricos, analiza las distintas fases de la vida y es capaz de infundir esperanza y aliento aún frente a temas tan complejos como la enfermedad, la vejez y la muerte.Develando los Misterios del Nacimiento y la Muerta, conjuga rigor filosófico, empatía humana y penetración sicológica con un enfoque rotundo y transformador, orientado a la victoria del ser humano sobre sus circunstancias.
(Télam) 30/04/06

Un Legado para la construcción de la Paz


29 de abril 2006
En las instalaciones del Ecomuseo del Caroní
Fotografías, frases célebres y textos formativos comprenden la exposición que permanecerá de martes a sábado hasta el 30 de mayo en el Ecomuseo.


Por Juan Manuel Carvajal del sitio web Correo del Caroni- Venezuela

La exposición "Un legado para la construcción de la paz" organizada por la Capilla Internacional Martin Luther King (hijo) de la Universidad de Morehouse, CVG Edelca y Soka Gakkai Internacional Venezuela, fue inaugurada el jueves en el Ecomuseo del Caroní.
Todo inició con la proyección de un video referente a la vida de tres grandes figuras en torno a las cuales gira la muestra: Martin Luther King, Mahatma Ghandi y Daisaku Ikeda. De igual modo se realizó la entrega de reconocimientos a los organizadores y la Orquesta Sinfónica de Ciudad Guayana tuvo una actuación especial en la cual ejecutó tres hermosas piezas musicales.
La exposición que estará abierta al público hasta el 30 de mayo, está dividida en cinco áreas temáticas cuyos nombres ofrecen un recorrido por la doctrina particular de cada uno de los grandes luchadores de la paz, llevando a los visitantes a reflexionar acerca de la búsqueda de la paz interna para lograr la armonía externa.
Cecilia de Maza, coordinadora de SGIV Capítulo Guayana, explicó que las personas que visiten la muestra recibirán la orientación de un guía acerca de la muestra. Aseveró que iniciarán campañas con las universidades y colegios de la zona para hacer del conocimiento de los jóvenes la importancia de la lucha por la paz.
Por su parte, Lidia Salas presidenta de SGI Venezuela exhortó a los interesados a acercarse a la muestra que "actualmente se realiza de forma itinerante en 140 países del mundo", e indicó que "la paz está en reconocer que todos los seres humanos somos iguales. Esa es parte de la filosofía del maestro Ikeda, que es con la que venimos trabajando en 22 estados de Venezuela".
Dentro de las frases más resaltantes que pueden encontrarse en los parabanes de la muestra destaca la del maestro Mahatma Ghandi, la cual reza "En los momentos de prueba y en los momentos de triunfo, ésta es mi convicción, creo en el amor hacia mis enemigos".
La exposición establece un debate para rectificar sobre las acciones que se han tomado en el mundo para mantener la paz, para ubicarnos en el plano actual y proyectar acciones que coloquen en rumbo armonioso a los países del mundo.

28.4.06

Fotoblog de la Re-apertura del Kaikan Venezuela

Grupo Musical Ensamble Soka

Entrega de Gohonzon

Un aspecto de la reunión

Panorámica de una de las Areas

Angulo del Butsudan

Vista interna del Salón

Fachada del Nuevo Kaikan. Abril 2006

Reapertura Centro Cultural Venezuela

Las puertas del Castillo de la Paz en Venezuela se abrieron nuevamente.

“Envueltos de esperanza y dicha” 865 personas pudieron disfrutar y apreciar los nuevos espacios del Centro Cultural de la SGIV en las cinco reuniones de reapertura que se realizaron entre el 18 y el 23 de abril en Caracas.

El Salón de la Paz Ikeda recibió con calidez y estrenando nuevo diseño tanto en el altar, luces y mobiliario a todos los miembros, nuevos practicantes y amigos soka que asistieron a las respectivas reuniones.
Además, las diferentes áreas y zonas geográficas de la ciudad capital realizaron ceremonias de 38 entregas de Gojonzon e ingresos de nuevos miembros cargadas de emotividad. Cabe destacar que por primera vez en los últimos años, fueron más jóvenes que adultos.
Quienes acudieron estaban motivados por la dicha y gratitud de estar nuevamente en el Castillo de la Paz y se sintieron muy alentados por el mensaje tan significativo que para esta ocasión envió nuestro mentor. Los rostros de las personas al escuchar la frase inicial “ustedes que son mi orgullo” se iluminaban de forma indescriptibles. En cada pasaje se conmovían más y más con las palabras y el corazón de nuestro mentor. Quedaron muy impresionados por su gran aliento y consideración al decirnos que él estaba orando y que oraría durante toda su vida por nosotros. Así como su mención del propósito esencial del kaikan, las citas del gosho, del poder del daimoku y su petición de que nos mantuviéramos unidos la SGIV.
Los responsables de área transmitieron en sus intervenciones un nuevo impulso en la concreción de las metas trazadas para respaldar el lema de la SGIV “Año de la Propagación y Forja de valores” y recalcaron la importancia de las mismas.
Las palabras de la Directora General Lydia Salas hicieron énfasis en el agradecimiento a Ikeda Sensei, por permitirnos remodelar y ampliar la sede de la SGIV y a todas las personas que apoyaron para hacer posible este hecho. También reseñó la historia de los centros culturales del país y recalcó el significado de los “castillos de la paz” y la postura de fe ante ellos, dando mucho aliento y entusiasmo a los presentes.
Cada reunión contó con experiencias impactantes y una anécdota inolvidable fueron las palabras de una señora octogenaria que recibió Gojonzon, quien compartió en su experiencia que en este momento cuando cualquiera podría pensar que ella estaba en el final de su vida, apenas estaba comenzando. Con su bastón, se paro muy dignamente y agradeció la oportunidad de propagar con su ejemplo.
En los segmentos culturales de las reuniones participaron grupos como el “Ensamble Soka” interpretando canciones del folclore venezolano y de otros países quienes transmitieron alegría con su música y “Danzas Brillantes”, formado por damas del oeste de la ciudad, quienes pusieron el ritmo en bailes típicos del país.
De esta manera, los miembros y amigos de la SGIV de toda Venezuela, ya cuentan con un nuevo Salón de la Paz Ikeda remodelado y con capacidad para más de 230 personas.

¡Sigamos avanzando firmemente en el avance del Kosen-rufu de Venezuela!

26.4.06

La Sociedad Venezolana de Historia de la Educación honra al Presidente de la SGI

El doctor Mora (izquierda) entrega las distinciones a la señora Salas (centro)
Publicación del Seikyo Shimbum del día 22 de abril

Recientemente, la Sociedad Venezolana de Historia de la Educación, situada en la República Bolivariana de Venezuela, confirió una distinción al presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, en reconocimiento a sus actividades en bien de la paz del mundo y el desarrollo de la no violencia. La Universidad de Los Andes, con sede en Táchira, entregó al presidente Ikeda una placa que reconoce el gran ejemplo que representa para los jóvenes. La ceremonia se llevó a cabo el 21 de marzo en la ciudad de San Cristóbal, en la sede de la Universidad Nacional del Táchira, durante la inauguración de la muestra "Gandhi, King, Ikeda: Un legado para la construcción de la paz". El presidente de la Sociedad Venezolana de Historia de la Educación, doctor José Pascual Mora, entregó las distinciones a la directora general de la SGI de Venezuela, Lydia Salas, quien las aceptó en nombre del presidente Ikeda.

31.3.06

Convertir nuestra mente en aliado

“Temas para comentar...”(14)

“CONVERTIR A NUESTRA MENTE EN NUESTRO MEJOR ALIADO”
“Quien sin haberlo siquiera intentado, piensa en fracasar, ya fracaso. Somos lo que creemos ser.”

     Para nosotros los seres humanos, los pensamientos, motivaciones o anhelos son los impulsores que guían nuestras acciones en cada una de las situaciones que enfrentamos diariamente. También se podría decir que en nuestra mente se “almacenan” recuerdos, interpretaciones, emociones, y miedos. Por otro lado, no podemos ver a nuestra mente, y ella tampoco habla y sin embargo allí se “construyen” todas nuestras alegrías y nuestros sufrimientos. En un sentido estricto, podemos ser sus esclavos y aceptar pasivamente su poder, o podemos convertirla en nuestro mejor aliado, influenciándola con nuestra naturaleza esencial, la Budeidad.
     En consecuencia, dependerá de nuestra condición de vida, el poder transformar nuestra mente nublada por las ilusiones y convertirla en una poderosa fuerza de auto-motivación que nos guíe hacia un constante desarrollo enfrentando las adversidades, o por el contrario dejarnos arrastrar por el sentimiento de la derrota, en muchos casos aún sin haber empezado la batalla contra nuestras propias creencias negativas o pesimistas.
     En cierta oportunidad el Presidente de la SGI, Daisaku Ikeda mencionó: La calidad de nuestra existencia depende, en última instancia, de nuestro estado de vida. El Budismo lo expone desde varios puntos de vista, a partir de un concepto que se denomina ‘función mística de la mente’. El Budismo plantea una psicología de la esperanza, y esperanza es mi palabra favorita”.
     Permítanme utilizar el siguiente ejemplo: “En un congreso, un médico se dirige a la audiencia para demostrar una investigación acerca de los efectos del alcohol y dice: ‘Hoy realizaremos una experiencia para demostrar los efectos del alcohol’. Luego, levanta una copa y dice: ‘Aquí dentro hay alcohol’. Enseguida, utilizando una pinza levanta a un gusano, y mostrándolo a la audiencia lo introduce dentro de la copa. Inmediatamente el gusano se deshizo, causando impacto entre los presentes. Enseguida, él levantó otra copa y dijo: ‘Aquí dentro hay agua’. Nuevamente introduce a otro gusano en dicha copa. El pequeño gusano se movió ágilmente mostrando su energía. En ese momento, un individuo de la audiencia, un poco embriagado, levantó la mano y con voz pastosa dice: “Entendí bien lo que el doctor quiere demostrar y concuerdo con él enteramente. Su mensaje, es sensacional”. Feliz, el médico le pide: ‘Por favor diga en voz alta, para que todos escuchen, ¿cuál es mi mensaje?”. Sin vacilar demasiado, el individuo responde: “Doctor, Usted acaba de demostrar con esa experiencia que: ¡quien bebe no tiene gusanos en el organismo!”.
     El anterior cuento fue enviado por el Profesor Amaral Vieira, pianista y amigo Soka de la BSGI y aunque por supuesto es un relato jocoso, y que se podría aplicar a innumerables circunstancias, nos muestra cuan frágil puede ser nuestra manera de percibir las cosas a nuestro alrededor y emitir juicios de valor ilusorios que nuestra mente procesa a cada instante.
     Hablando en serio; si nos adentramos en el tema, podríamos decir que nuestra mente contiene las cosas que los ojos pueden mirar, las imágenes que allí se construyen, las expectativas de cambio, los recuerdos de dolor y angustia y los de esperanza también. También está el placer de sonreír, o el sufrimiento de llorar por algo que nos entristece. Está la vida, la muerte, la vejez, la enfermedad. Está el tiempo que pasa y las cosas que van cambiando. Nuestra la mente está sujeta al ciclo de nacer, envejecer, enfermarse y morir. Así como nuestro cuerpo, y como sucede con cada fenómeno; los pensamientos nacen, envejecen, se enferman y mueren. Los pensamientos también sufren, pueden llegar a hacer la guerra, amar u odiar. En conclusión los pensamientos también tienen un karma. De allí la importancia de la función de nuestra mente.
     El Budismo de Nichiren Daishonin explica que los seres humanos estamos constituidos por la unión temporal de los “cinco componentes”: Existe la forma, es decir el cuerpo, la materia; la percepción, es decir la capacidad de observar, oler, tocar; la conceptualización, es decir la posibilidad de hacerse una idea de lo que se ve o se toca; la voluntad, que es la capacidad de decidir, actuar; y en fin la conciencia que distingue, analiza, organiza percepciones, ideas y voluntad. Sin embargo, con tan solo intentar comprender teóricamente estos conceptos no nos capacitan para manifestar la felicidad o liberarnos del sufrimiento.
     En el Gosho: “Sobre la Obtención de la Budeidad” se expresa: “No existen una tierra pura y otra tierra impura  por sí solas. La diferencia esta únicamente en la bondad o maldad de nuestra mente”. Lo que el Daishonin afirma, es que tanto la felicidad como la infelicidad residen en la mente. Además demuestra nuestra capacidad real de poder transformar una tierra “pura o impura”, es decir llena de dicha o de dolor. El Daishonin explica que la “tierra y nosotros”, somos inseparables. Por lo tanto si mi ambiente es negativo, y yo lo generé, entonces también yo puedo cambiarlo.
     De manera que podemos decir que, no sólo nuestra vida depende de nuestro ambiente, si no que de paso la dicha y el dolor de nuestro ambiente son a su vez el reflejo de nuestra felicidad o de nuestro sufrimiento. Y aún hay más. Nuestra mente tiene el poder de influenciar el ambiente, ya que en cada instante de nuestra vida, los “cinco componentes” de los cuales estamos constituidos, nos brindan la posibilidad de escoger cómo influenciar el ambiente, es decir,  actuando como lo que soy, percibiendo, pensando, juzgando, actuando de la manera usual, de la manera en la cual “me reconozco como el efecto de mi karma”, o experimentando diferentes posibilidades, nuevos pensamientos, una nueva manera de mirar la vida en toda sus manifestaciones. Una manera que nos enseñe a reconocer en nuestra propia mente un universo de posibilidades que debo explorar con mi vida basada en el más noble ideal, que es luchar por el Kosen-rufu, manifestando día a día mi propia condición de Budeidad.
     Por todo esto nuestra mente es tan importante. Nichiren Daishonin escribió en el Gosho: “Carta a Gijo-bo”: “...el Sutra Rokujaramitsu afirma que uno debe volverse maestro de su mente y no dejar que la mente sea su maestro”. Podríamos decir que cuando nuestra mente es el “maestro de nuestra vida”, todas las emociones, pensamientos, convicciones, juicios, etc., están siendo manipulados por nuestro propio karma y por lo tanto nos estará dominando, por muy positivo o negativo que éste sea.
     Por el contrario, “volverse maestros de la propia mente” significa ante todo aprender a pensar que tanto la dicha como el sufrimiento dependen de los pensamientos que producimos, de las acciones que le siguen, y de los efectos que producen. Debemos reeducar nuestra vida y nuestra mente y observar cómo cada pensamiento y las acciones que se derivan de ellas, crean valor y se refleja en el ambiente, y lo modifica para nuestra propia felicidad y la de los demás. Debemos aprender a distinguir, a escoger entre los pensamientos: entre aquellos que hacen bien y aquellos que hacen daño, entre aquellos que crean felicidad o generan sufrimiento.
     Sin embargo, todos sabemos que durante todo un día cualquiera, surgen situaciones que influencian nuestra condición de vida como producto de la manifestación de nuestra propia oscuridad innata. Es por ello que el Presidente Ikeda nos habla de la importancia de desarrollar una actitud optimista hacia la vida, y así desarrollar una esperanza, capaz de transformar todo aquello que nos lleva a sufrir y así crear mejores condiciones para nuestra vida y la de los demás.
     En cierta oportunidad, el Presidente Ikeda, refiriéndose al filósofo francés, Emile Alain (1868-1951), expresó que: “el pesimismo es un producto del humor, del estado de ánimo, mientras que el optimismo es producto de la voluntad, de la determinación”. Por otro lado, dentro de los innumerables encuentros del Presidente Ikeda, en cierta ocasión, se entrevistó con el Dr. Martín Seligman, ex presidente de la Asociación Psicológica de los Estados Unidos, en cuya oportunidad analizaron los rasgos característicos de las personas pesimistas y en donde Ikeda Sensei destacó que: “sin perder de vista la realidad ni caer en el exceso de optimismo, el aspecto negativo del pesimismo es que nos inflige una innecesaria denigración y una mortificación excesiva”.
De acuerdo con el doctor Seligman, las personas optimistas tienen más posibilidades de triunfar en su trabajo y en las relaciones humanas, tienden a ser más sanas y a vivir más. La actitud mental tiene una influencia particularmente crítica en la salud a partir de los cuarenta años, manifestó el académico. Y agregaba que deberíamos crear la actitud de “poner en duda” nuestras propias creencias negativas. Para el doctor Seligman, hay que prestar atención a las explicaciones que damos frente a los hechos cotidianos, y al diálogo inconsciente que mantenemos con nosotros mismos cuando nos vemos ante un problema. Los mecanismos sutiles de nuestro pensamiento están tan automatizados, que terminamos por no advertir cómo funcionan. Un método que sugiere el doctor Seligman para tomar conciencia de estos patrones habituales, es anotar las cosas que pensamos cuando nos encontramos ante una situación frustrante. Si vemos que nuestra reacción es pesimista, podemos hacer el ejercicio de “cuestionar” o “poner en duda” nuestras propias ideas negativas, así revertir esa tendencia. Además, cuando uno aprende a pensar en forma optimista, no se lo olvida jamás; es como aprender a nadar o a andar en bicicleta.      
     Vale la pena destacar que el Presidente Ikeda concluyó este diálogo diciendo:

“Creo que el Budismo expone un enfoque psicológico de suprema esperanza; es una filosofía de vida de esperanza incomparable. Un buda es alguien que comprende y capta en forma completa las facultades asombrosas de la mente. Los seres humanos poseen una capacidad infinita de cambio, que está en función de su estado interior. Es más, dentro del Budismo hay un principio llamado ichinen sanzen (cada instante de la vida abarca tres mil aspectos). Esta formulación, expuesta en el Sutra del Loto, revela que la transformación en el estado de vida de un sujeto puede modificar la sociedad y el ambiente circundante en que habita esa persona. ¡Cuánto más fácil es, entonces, transformar nuestra pequeña vida individual de acuerdo con nuestra voluntad y encauzarla en la dirección que queramos. No hay ningún motivo para bajar los brazos. “Abandonemos las expresiones negativas y pesimistas; no pensemos más “Es imposible”, “No servirá de nada”. Sean cuales fueren las circunstancias en que nos veamos, digámonos a nosotros mismos: “¡Sé que, al final, lo lograré sin falta!”, “¡Mi familia es la mejor del mundo!”, “¡Soy la persona más feliz que haya conocido!”.

Me despido de Uds.

Luis Del Alcázar La Rosa

Caracas, 31 de marzo de 2006      
Fuente:      Amaral Vieira. “No será que estoy interpretando a mi conveniencia” Manual Alborada, BSGI, 2003
     Manuela Vigorita. “El Poder de la Mente” Revista No 74 – Mayo - Junio 1999 –SGI de Italia.
     Daisaku Ikeda- N.L. No 3545. Encuentros Extraordinarios con el Dr. Martin Seligman – Ex presidente de la Asociación Psicológica de los Estados Unidos (APA).
     Daisaku Ikeda NL- 3535 “¡Brindemos coraje, alegría y convicción a la gente!”

4.3.06

JAVA Una Experiencia que tumba esquemas


Por Emile Svitzer
(Utilizado con permiso del autor)
Traducción David Silva de SGIV
Tomado por Ricardo Del Río de la comunidad de MSN de SGI Soka Gakkai Groups

Mientras estaba haciendo gonguio y entonando daimoku esta mañana, de pronto me encontré a mi mismo orando por las personas de los países del sur de Asia que habían sufrido con la reciente devastación. Aún cuando estaba preocupado por todas las vidas en aquel lugar, no podía evitar pensar en una persona en particular: un miembro de la División de Caballeros de la India llamado Java.

Conocí a Java en una conferencia de la División de Caballeros en el Centro Cultural de la Naturaleza de Florida (FNCC por sus siglas en inglés) en agosto del 2003. El encuentro con Java y lo que compartió conmigo ha impactado profundamente mi vida, así como la de otros con quienes he compartido la experiencia de haberlo conocido.

El primer día de la conferencia, noté que algunos caballeros, quizás menos extrovertidos que los demás, se sentaban solos a la hora de las comidas. Tomé la determinación de que en cada comida buscaría a uno de estos caballeros para sentarme con el y escuchar su historia. En la siguiente comida, ubiqué a un caballero indio oriental de cierta edad, que daba la impresión de tener sesenta y tantos años de edad, que estaba sentado solo en una mesa, así que fui y me presenté. Nunca olvidaré la forma en que se iluminó su cara de emoción mientras yo me presentaba y le pedía permiso para unírmele.

Luego de decirme su nombre completo, el cual traté infructuosamente de pronunciar, él misericordiosamente me dijo que todos lo llamaban simplemente Java y que vivía en la India. Cuando le expresé que me impresionaba mucho que hubiese viajado tanto para asistir a la conferencia, Java confesó que en realidad cuando escuchó sobre la conferencia se encontraba en el Estado de Washington y había decidido venir.

Había ido allí a visitar a un miembro que estaba enfrentando un obstáculo y necesitaba aliento. De alguna manera, yo estaba aún más impresionado por este hecho que por la idea de que hubiese viajado desde la India para la conferencia del FNCC y así se lo dije. Entonces fue cuando se rió de mí (en un modo muy agradable) y me contó sobre su primera experiencia de haberse encontrado con el presidente Ikeda.

Al comienzo de su práctica, unos treinta años antes, Java viajó al Japón, donde tuvo la gran fortuna de recibir orientación personal del presidente Ikeda. En aquel entonces, Java era muy pobre y había gastado sus últimos ahorros en el viaje. Consecuentemente, de inmediato comenzó a quejarse con el presidente Ikeda diciendo que su terrible karma de pobreza era el gran problema de su vida que él quería superar.

Sentándose junto a él, el presidente Ikeda dijo: “De manera que usted quiere mucho dinero, ¿no?

“Si”, contestó Java.

“Y si lo obtiene, ¿Qué hará con todo ese dinero?”

Desde luego que Java tenía una larga lista de cosas que pretendía hacer con el dinero, pero percatándose que la pregunta del presidente Ikeda era más profunda, decidió no responder inmediatamente. Sensei continuó hablando: “Java, puedes pedirme un cuchillo, y puede ser que yo te lo dé. Pero, ¿Qué harás con él? ¿Lo utilizarás para hacerle daño a alguien…o a ti mismo? ¿O lo utilizarás para tallar una imagen del Buda a partir de un simple pedazo de madera?

“Desde la perspectiva budista, todo en la vida tiene dos propósitos, su propósito básico y su propósito verdadero.

”El propósito básico de este edificio en el que estamos sentados ahora, por ejemplo, es el de protegerme del sol y la lluvia mientras estoy sentado aquí. Pero el propósito verdadero del edificio es el de protegerme del sol y la lluvia mientras estoy sentado aquí… para alentar a una persona.

“El propósito básico de un carro es permitirnos viajar una larga distancia. Pero el propósito verdadero del carro es permitirnos viajar una larga distancia…para alentar a una persona.

“El propósito básico de poseer dinero es comprar la gasolina para echarle al carro, y así poder viajar una larga distancia. Pero el propósito verdadero de poseer dinero es comprar la gasolina para echarle al carro, y así poder viajar una larga distancia… para alentar a una persona.

“¿Por qué razón oramos cada mañana, durante el gonguio, por la protección de los dioses budistas? Oramos por la protección de los dioses budistas para poder estar seguros mientras manejamos nuestro carro y viajamos una larga distancia…para alentar a una persona.

”Si posees algo, como un carro, pero no haces que cumpla su propósito verdadero, entonces bien podrías botarlo. Pero si oras por tus deseos con una determinación sincera de que cumplan su propósito verdadero, entonces siempre tendrás lo que necesites.”

Caray.

Java me dijo que regresó a casa desde Japón con los esquemas rotos, y con una nueva determinación. A partir de ese momento, comenzó a entontar daimoku basándose en esta nueva perspectiva budista, tal como le indicó el presidente Ikeda. Al poco tiempo, su hijo logró un éxito y riqueza extremos en sus negocios y retiró a Java del trabajo. Java nunca ha tenido que preocuparse por el dinero desde entonces. Su hijo le provee de todo el dinero que necesita para poder ir a cualquier lugar del mundo, en cualquier momento…para alentar a una persona. Es lo que estaba haciendo en el Estado de Washington en ese momento.

Durante la comida, Java continuo compartiendo otras orientaciones que había recibido de sensei, pero para entonces a mí también se me habían roto todos mis esquemas como para poder absorberlas todas. Desafortunadamente, ese fue el único momento que tuve para dialogar en privado con Java en el FNCC, ya que yo estaba decidido a cumplir mi plan de sentarme con alguien nuevo en cada comida. De modo que fui diciéndole a todo el mundo que si tenían la oportunidad de hablar con este compañero, Java, que lo buscasen…”les romperá los esquemas”. A partir de entonces, durante las comidas, había siempre un gentío en la mesa de Java y todo lo que alcanzábamos a hacer era saludarnos desde la distancia.

Desde esa conferencia en el FNCC, he compartido la historia de Java con docenas de personas en varias reuniones, con la esperanza de alentar al menos a una persona. Decidí que durante el 2005, haría mía la determinación de Java, poniendo en práctica la profunda orientación del presidente Ikeda en mis oraciones y acciones.

La orientación diaria del presidente Ikeda (Para Hoy y Mañana, diciembre 29) dice: “¿Quién es realmente grande? Espero que puedan desarrollar la habilidad de discernir la verdadera grandeza humana. Una gran persona es aquella que forja la unidad entre los seres humanos mediante el diálogo sincero, armado con una profunda filosofía, con sus pies firmemente plantados sobre la tierra. Una persona de grandeza es aquella que vive entre la gente y se gana su respeto inamovible. La caprichosa popularidad y las modas pasajeras son sólo cosas ilusorias.”

Cuando leí esto, pensé de Nuevo en Java. Lamento que no hayamos intercambiado direcciones de correo electrónico. Si cualquier persona que llegue a leer esto sabe cómo contactarlo, por favor avíseme. Me gustaría saber que se encuentra bien. Estoy orando por ello. Y si se encuentra bien, entonces ya sé exactamente lo que debe estar haciendo.

4.2.06

LO QUE EL AMOR NO ES

LO QUE EL AMOR NO ES

EL BUDISMO DESDE UN NUEVO ENFOQUE
EL ESPIRITU SOKA: Diálogo para el Distrito

Por SHIN YATOMI
Sub-Jefe del Departamento de Estudio
De la SGI-USA

“Amor no es amor...” Como ha dicho Shakespeare (Soneto 116), lo que parece amor algunas veces puede no ser amor. En tanto que el tema del amor ocupa un lugar preponderante en las inquietudes de las personas (y probablemente mucho de su tiempo y dinero), su principal preocupación generalmente se limita a encontrar el amor o ser amados a los ojos de los demás, en tanto que, descuidan e ignoran el significado del amor o de la capacidad de amar. La presunción que yace tras tal actitud podría muy bien ser la estimulada por un objeto externo. Por consiguiente, el remedio o solución de una vida sin amor, serìa encontrar tal objeto----alguien nuevo y mejor.
Erich From, psicoanalista y filósofo social, considera el amor como un “arte” que “requiere conocimiento y esfuerzo”; él define el amor como “la acción de cuidar la vida y el crecimiento de aquellos que amamos” (el arte de amar, pp 1, 25). Si el amor es nuestra capacidad de sentir y actuar en bien de la felicidad y libertad de otra persona, la solución al problema de los sufrimientos derivados del amor, en el plano más fundamental sería, por lo tanto, una búsqueda no exterior , sino interior con miras al desarrollo de aquellas cualidades del carácter necesarias para tal fin y de la fortaleza interior que nos capaciten para amar genuinamente.

DOMINAR EL ARTE DE AMAR ES SOBREPONERSE A LOS DESEOS DE CONTROLAR O DEPENDER DE OTROS.-

Uno de los mayores obstáculos que nos impiden disfrutar el júbilo de amar es nuestra necesidad y deseo de controlar. Muchas veces confundimos nuestro deseo de controlar a “amor” puede ser el disfraz del deseo de manipular a los demás para nuestra propia satisfacción. En sus escritos, Nichiren Daishonin emplea a menudo la metáfora de una figura mítica llamada “el rey demonio del sexto cielo”, para representar el deseo profundamente enraizado en el ser humano de controlar a los demás. Cabe notar que, otro nombre empleado para referirse a este rey demonio significa literalmente: “aquel ser celestial que hace uso a su antojo de los demás” (jpn takejizaiten)). Mediante sus vividas descripciones de este “demonio”, el Daishonin parece querer indicarnos la importancia que tiene el que estemos conscientes y vigilantes respecto de nuestros deseos de usar a los demás como medios para nuestros fines egoístas.
Habida cuenta que la dependencia es esencial al control, el rey demonio emplea diversos ardides para hacer a la gente dependiente de él. Una de sus armas principales para estimular la dependencia es el falso afecto. A pesar de la idea generalizada de la apariencia del rey demonio como un fiero monstruo, a él le encanta mostrarse afectuoso, a fin de atraer a las personas y mantenerlas bajo su control. Se dice que el rey demonio se hace pasar por un buda o un padre.
Por ejemplo, el Daishonin afirma, “El demonio del sexto cielo está dotado de las treinta y dos características del Buda y manifiesta el cuerpo del Buda” (Gosho Zenshu, p. 114). El Daishonin también cita un texto budista que dice: “En tanto la persona no intente liberarse de los sufrimientos del nacimiento y la muerte y aspirar al vehículo de la Budeidad, el demonio cuidará de ella como un padre” (Los principales escritos de Nichiren Daishonin, p. 770). En verdad, hay en la tradición Budista un demonio llamado el “demonio de la misericordia” (Gosho Zenshu, p. 526).
Aquellos deseosos de controlar a los demás pueden a menudo aparecer como personas afectuosas--- “cuidándoles” o “siendo amables con ellos” ---con la finalidad de mantenerlos dependientes material y emocionalmente. En la obra teatral de Ibsen, “Casa de Muñecas”, él en, apariencias flamante esposo, Torlvard Helmer, pero en realidad persona dominante, le recuerda a su esposa Nora su “amor” expresado como manutención y sustento financiero en las siguientes palabras: “Mi hermosa mascota es muy dulce, pero escapa con impresionantes cantidades de dinero. Es increíble cuan costoso resulta para un hombre mantener ese tipo de mascota” (Acto I, trad. De James McFarlane y Jens Arup).

EL VERDADERO AMOR SE ENCUENTRA EN NUESTRAS SINCERAS ACCIONES EN PRO DEL BIENESTAR, FELICIDAD Y LIBERTAD DE LOS DEMAS

Es fácil confundir el control y dependencia con amor. En apariencia el amor egoísta, al igual que el amor del rey demonio, es engañoso, ya que en ambos casos están condicionados a la sumisión. Tal como indica el Daishonin, el rey demonio es afectuoso “en tanto y cuanto la persona no trate de alejarse de” su control (WND, 770). Algunas personas estarían dispuestas a darle cualquier cosa a sus “seres amados” solo con la finalidad de mantenerlos dependientes. Aquellos obsesionados con el control, a menudo les resulta difícil desear genuinamente la felicidad e independencia de los demás. Por el contrario, esperan ver a los demás desposeídos de una forma u otra, a fin de conservar su sentido de superioridad.
La prueba de nuestro amor, en ese sentido, estriba en la sinceridad al alentar y apoyar la autosuficiencia y libertad de quienes amamos. Como afirma el Daishonin: “La naturaleza del rey demonio es regocijarse de aquellos que forman karma en los tres senderos del mal y sufrir como consecuencia de aquellos que forman karma en los tres vehículos” (WND, 42). Aquellos con tendencia a dominar a los demás podrían fácilmente mostrar lastima por el sufrimiento de los demás, en tanto que interiormente se regocijan de su sufrimiento. El sufrimiento de los demás le da a quienes son dominantes la oportunidad de mostrar su superioridad y de esta forma recordarle a quienes sufren de su necesidad de dependencia.
En la esencia de una relación construida sobre el dominio y la sumisión se encuentra un profundo sentido de inseguridad e incapacidad de ambos lados. Aquellos poseídos por el deseo dominar no pueden encontrar sentido a sus propias existencias, por lo tanto, necesitan derivar la sensación de poder, subyugando a los demás. De forma similar, quienes se someten a una autoridad externa no pueden ver su propio valor. De allí que se sienten impulsados a convertirse en parte de alguien “mejor” y “más fuerte”, abandonando de esta forma su propia identidad e integridad. Para estas personas sumisas, el control significa protección contra su propia inseguridad. Los sometidos al control de una autoridad externa no pueden ver sus vidas como algo que vale la pena de ser vivido, si embargo, no pueden tolerar el vacío de no tener alguien por quien vivir. De allí que deben buscar un objeto externo con el cual fundir su identidad, de forma que, no tengan que enfrentar la debilidad y el vacío de sus propias vidas.
La relación simbiótica entre el que domina y sojuzgado se altera cuando el dominado descubre el valor de su propia vida y desarrolla fortaleza interior para volverse independiente. Entonces, la inseguridad de la parte dominante aflora como frustración y enojo. La siguiente descripción que hace el Daishonin del rey demonio ilustra su intenso miedo y ansiedad relacionadas con este tema: <<< Cuando nos acercamos al logro de la Budeidad... el rey demonio del sexto cielo, señor del mundo tripartita, hace el siguiente razonamiento: “Si estas personas se convirtiesen en Budas, sufriré graves perdidas en dos diferentes instancias”.”En primer lugar, si se liberan del mundo tripartita, se escaparan de mi control. Segundo, si se convierten en Budas, sus padres e hijos también abandonarán el mundo saha. ¿Cómo puedo impedir que esto ocurra?” (WND, 1094). “Cuando un mortal común durante el último día de la Ley está próximo a la Budeidad... este dominio es sorprendido”. “Y se dice a sí mismo: esto es de lo más molesto”. “Si permito que esta persona abandone mi dominio, él no solo se liberará a sí mismo de los sufrimientos del nacimiento y la muerte, sino que, igualmente, conducirá a otros a la iluminación”. “Más aún, se apoderará de mi reino y lo convertirá en una tierra pura. ¿Qué puedo hacer? (WND, 894-95). >>>

PARA AMAR VERDADERAMENTE, PRIMERO DEBEMOS LIBERARNOS DE LA “OSCURIDAD FUNDAMENTAL” DENTRO DE NOSOTROS

El rey demonio no desea que nadie logre la iluminación y se libere, ya que ello constituye un doloroso recordatorio de su propia incapacidad y dependencia. La paradoja de éste rey demonio, quién habita en “la cima del mundo del deseo y gobierna mundo tripartita” (WND, 508), es que él se encuentra dominado por su propio deseo de controlar. El rey demonio es un gobernante que no pude regirse a sí mismo. En la medida en que posee mayor control aumenta su necesidad del mismo. Perpetuamente movido por su debilidad e inseguridad interna, jamás se siente satisfecho. Es prisionero de la cárcel por él  creada.
Aún cuando se dice que él usa a su antojo a los demás, en verdad nunca es libre de la realidad interna de su vida. El rey demonio, por lo tanto, es incapaz de amar.
El rey demonio se dice que habita en el sexto y màs alto reino del mundo del deseo, pero su “amor”, si se le pudiese denominar como tal, tiene como resultado una profunda insatisfacción y sufrimiento bajo su aparente placer celestial. Como William Blake expresa en su poema, respecto de ese amor egoísta: “El amor que busca satisfacer el yo/Atar al otro a su deleite: /Se regocija en la incertidumbre del otro, /Construye un Infierno en el Paraíso “ (El Terrón y el Guijarro” de Canciones de Experiencia, ed. D. V. Erdman).
A fin de, amar genuinamente, debemos ser libres. Ser libre conlleva entonces, descubrir nuestro valor intrínseco. En el soneto citado anteriormente, Shakespeare dice: “Que nada impida la unión de mentes en perfecta armonía / Presenten los impedimentos”. Uno de los grandes impedimentos a nuestra capacidad de amar es la ilusión respecto de la verdadera naturaleza de nuestro ser---la Budeidad. Ese tipo de ilusión conduce a una ausencia de capacidad y a la dependencia. La figura mítica del rey demonio es simbólica de esta ilusión, que como dice el Daishonin: “La oscuridad fundamental se manifiesta como el demonio rey del sexto cielo” (WND     , 1113). Arrojar luz sobre esta “oscuridad fundamental” interior mediante el fortalecimiento de la confianza en la Budeidad dentro de nuestras vidas, es por lo tanto, una practica esencial para el arte de amar.

IDEAS PARA LA REFLEXION

¿Ve usted señales en su vida del “amor del rey demonio” (en otras palabras, control disfrazado de amor?). ¿Còmo maneja sus problemas de inseguridad y necesidad de controlar a los demás en el mundo de sus relaciones?.
Al amor que se remonta sobre las diferencias entre el ser y los demás se le puede considerar como una de las piedras angulares de la ética universal humana. (Por ejemplo, podemos ponderar la Regla Dorada de la tradición Judeo-Cristiana y el ideal Budista de la misericordia hacia todos los seres humanos). ¿De qué forma nuestra capacidad de amar a los demás resulta importante para erradicar la violencia y crear la paz?. ¿Cómo puede el Budismo del Daishonin y su practica ayudarnos en este sentido?.


Traducción por: Miriam Pinilla, Florida
29 de Noviembre de 2001.
World Tribune (notas enviadas por email).