21.1.05

Buddhistlawyersonline

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Entrevista en la Escuela Nro 6 “ALFREDO PALACIOS”

Tomado de Argentina Seikyo Nro 821, 20-5-97
Enviado amablemente por: Ariel Ricci


Todo comenzó una mañana de noviembre de 1996. Ese día, los 24 alumnos del 4to grado de la Escuela Nro 6 Alfredo L. Palacios, del barrio porteño de Flores, encabezados por la maestra Aída Elena Gundín de Gómez (“Kuki”, para todos los alumnos), decidieron enviar una serie de preguntas al presidente de la SGI, Daisaku Ikeda. Ellos habían trabajado durante todo el año sobre los tres cuentos del señor Ikeda, publicados en español: La princesa y la Luna, El Cerezo, El Príncipe del País Nevado.
En marzo de este año, cuando los protagonistas de esta historia ya habían pasado a 5to grado, desde el Japón recibieron la grata noticia de que el presidente de la SGI había contestado a sus preguntas. Argentina Seikyo estuvo en el colegio con los alumnos, la maestra y el director del establecimiento, profesor Santiago Giudici, quienes nos contaron cómo había surgido esa idea:


Pamela: Estábamos leyendo los libros de cuentos de Daisaku Ikeda, y la maestra nos contó que él era un famoso escritor, que trabajaba por la paz, y muchas cosas más. Por eso, quisimos saber más de él.
Daniela: Queríamos saber sobre su vida. Kuki nos propuso que le enviásemos las preguntas que queríamos hacerle.
Emanuel: No sólo por los cuentos quisimos escribirle; también nos gustó lo que nos contaba la señorita. Así que un día nos pusimos a preparar las preguntas.

Argentina Seikyo: Y cómo eligieron las preguntas que le iban a enviar?
Mariel: Cada uno le preguntó a Daisaku Ikeda lo que quería saber de él.
Vanesa: Lo que más nos llegó al corazón fue la que decía que nuestra vida era como un árbol que crecía.
Sebastián: A mí, me gustó la que habla del “conejo que vive en la luna”, porque allí se refiere mucho a su vida.
Celeste: la que más me gustó fue la que dice que la “amistad es un tesoro que tenemos dentro del corazón”.
Daniela: Cuando cuenta que uno de sus familiares murió en la guerra, sentí que al compartir ese hecho de su vida, nos estábamos acercando mucho, como si fuéramos amigos.
Noelia: No hubo ninguna preferida, porque todas fueron lindas, y todas nos llegaron al corazón.

A.S.: Tenemos entendido que están trabajando sobre la base de las respuestas del presidente Ikeda. Nos podrían contar un poco sobre lo que están haciendo?
Haguit: Pusimos carteles en el aula con palabras de Daisaku Ikeda.
Nahuel: Primero quería aclarar que no estuve el año pasado con los chicos. Recién me uní a ellos este año. Todos empezamos a trabajar sobre el “autocontrol” [del que habla Daisaku Ikeda]: tomar conciencia de lo que uno hace, reflexionar y dialogar. Hicimos carteles para comunicarle a toda la escuela que, para lograr la paz, teníamos que hacer todas esas cosas.
Daniela: Queremos que toda la escuela nos ayude a mejorar, porque, a pesar de tener muchas virtudes, también tenemos muchos defectos. Para mejorar, tenemos que contar con la amistad de cada uno de nuestros compañeros, porque, como dijeron los chicos, la amistad es lo más valioso.
Natalia: Hacemos muchos carteles sobre la paz. Cada día hacemos un gran esfuerzo por cambiar, por no pelearnos tanto; ponemos en práctica lo que decimos.
Celeste: Gracias a Daisaku Ikeda, podemos pensar mejor, tener más paz en el corazón, ser más amigos cada día.
Mariel: Siento que ahora somos más amigos; estamos tratando de hacer todo juntos.
Maxi: Estudiamos mucho. Antes nos peleábamos, ahora hablamos. Desde que apareció Daisaku, no nos peleamos más.
Javier: La “seño” nos enseñó que hay que calmarse y contar hasta diez; y, si no te calmás, contar otra vez más.
Emanuel: Ahora, cuando nos peleamos, decimos: “pará, vamos a tratar de ser amigos y de reflexionar”.
Noelia: También fuimos a la exposición sobre las armas nucleares. Vimos cosas impresionantes. Queremos saber por qué pasan cosas así. Si pudiéramos, les hablaríamos a las personas que hicieron esas cosas, para que, aunque sea tarde, se arrepientan. Sería una buena ayuda.
Emanuel: la bomba no existe sólo en lo material. También puede estar en el corazón, cuando uno se está peleando con otro, hiriéndolo con las palabras.
Yenifer: Siento que lo que hacemos por la paz y la felicidad puede llegarles al corazón de los demás.

Era el momento de escuchar las reflexiones de la maestra que, con gran amor, guió a estos niños; y del director del colegio, que permitió que este proyecto se desarrollara y permitiera que los chicos manifestaran su más tierna pureza y alegría.

Elena de Gómez: Realmente, es un gran gusto trabajar con estos chicos; pudieron interpretar perfectamente las palabras del presidente Ikeda. Siento que entre los niños y el señor Ikeda existe una hermosa relación. Muchos de ellos llegaron a emocionarse cuando leían que Daisaku Ikeda había perdido un familiar en la guerra. Eso demuestra que entre un ser humano y otro no existen diferencias, si están unidos por el amor. Hicieron trabajos hermosos; incluso han estado con los vecinos; les hicieron una encuesta y les mostraron las respuestas que les envió Daisaku Ikeda. Y los papás están “chochos”(contentísimos).

Santiago Giudici: Esta labor que encaró la señora Elena con los chicos empezó el año pasado y continuó este año. Gracias a ellos, aprendí un poco sobre el doctor Ikeda y sus obras.
Creo que esto representa el comienzo de algo- ese es mi deseo- que se puede trasladar a la escuela. Hoy, en una sociedad que, por naturaleza, es agresiva e individualista, cuesta bastante construir lazos de solidaridad, comprensión y tolerancia. Estos son temas muy importantes que tratar en la escuela primaria, porque aquí no sólo se viene para aprender a sumar o restar, o sobre lengua, historia o geografía; también se aprende a convivir. Eso es lo que tratamos de lograr con los chicos en esta escuela.
Agradezco a la SGIAR, y por su intermedio, al doctor Ikeda. Y, si alguna vez, viene a la Argentina, quisiéramos conocerlo personalmente.

Ya sonaba el timbre del recreo. Era el tiempo de las despedidas y de los agradecimientos.

Haguit: Noelia propuso que le mandemos una carta de agradecimiento a Daisaku Ikeda por habernos contestado.
Noelia: Sí, quiero agradecer el valor que el señor Ikeda depositó en nosotros.
Mariel: Y que nos ayudara a cambiar.
Samantha: Él nos enseñó a tomar conciencia de reflexionar antes de hacer las cosas.
Ariel: Yo también quiero agradecer lo que nos brindaron la organización y Daisaku Ikeda.
Daniela: Me gustaría que, si fuera posible, cuando venga Daisaku Ikeda, pueda ver nuestros trabajos, aunque ya no estemos en la escuela, porque siempre estarán en nuestro corazón...

En esos corazones y en el de todos los niños del mundo, es donde anida la paz del siglo XXI. Seamos conscientes de ello y apoyemos su desarrollo.

(Muchas gracias a los alumnos, maestros y autoridades de la Escuela Nro 6 “Alfredo L. Palacios”, Distrito Escolar 12 de la Ciudad de Buenos Aires, por su colaboración para la realización de esta nota)

A continuación, presentamos las respuestas del presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, a las preguntas que le formularon, epistolarmente, los alumnos de la escuela Nro 6 “Alfredo L. Palacios”, de la Capital Federal.

Respuestas a los niños de la Argentina

SIEMPRE VOY A ESTAR ESPERÁNDOLOS!!

1) Porqué elegiste ser escritor?
Les contaré. De pequeño soñaba con ser periodista. Pensaba que era muy importante buscar la verdad y esclarecer la justicia. Yo creo que, desde entonces, vine guardando en mi corazón el gran deseo de escribir algo útil para la gente.
Hubo momentos en que no pude concurrir a la escuela, aun cuando tenía enormes ganas de ir. Pero nunca olvidé aquel sueño de la infancia. Para prepararme y aprender, leí muchas obras de la literatura universal, y estudié todo lo que cayó en mis manos. Con el tiempo, se fue afianzando en mi corazón el deseo de trabajar por la paz y la tranquilidad del mundo, la voluntad de hacer algo por la felicidad de todos los pueblos. Pero también comprendí que había muchas cosas que no podía mantener en silencio, si realmente quería concretar esos objetivos. Sentí que había tantas verdades que debíamos proclamar con valentía, con el poderoso instrumento de la palabra...
Entonces, me esmeré para llegar a ser alguien así, y creo que pude lograrlo. Por qué lo digo? No sé si alguna vez habrán cultivado la tierra, pero cuando uno planta una semilla en el suelo y la va cuidando día tras día, llega el momento en que, por fin, la ve germinar y dar preciosas flores. Hay que tener paciencia para ver un brote convertido en una gran planta florida. Y lo mismo pasa con los sueños que cultivamos en la niñez. Si los nutrimos año tras año y trabajamos con perseverancia, por fin los vemos dar flor en la vida real. Es muy lindo sentirse orgullosos de lo que uno mismo construyó con paciencia. Creo que mi actividad en la escritura y en las letras fue un sueño de la infancia que cultivé laboriosamente, sin renunciar jamás a mi ideal. Ojalá que ustedes también concreten sus sueños más hermosos! Se los deseo de todo corazón!

2) Por qué elegiste el árbol, el cisne, un conejo y la luna para trasmitir tus mensajes? Cómo se te ocurren los cuentos?
Lo más importante y entrañable está siempre a nuestro alrededor. Creo no equivocarme si digo que, para ustedes, papá y mamá son las personas más valiosas y queridas en el mundo. Yo también encuentro en el mundo circundante imágenes como las del árbol, el cisne, el conejo y la luna, que me permiten comprender importantes principios de la vida.
Qué lecciones ocultas encierra un árbol?, se estarán preguntando ustedes. Y bien, un árbol grande y robusto echa raíces poderosas, y como está bien afirmado, no hay tormenta que lo pueda derribar. Porque está bien afirmado, ofrece al mundo un derroche de flores primorosas, como las que ustedes habrán visto tantas veces en primavera. Entonces, al ver el árbol, el hombre puede preguntase: “No tendré un árbol así dentro de mi propio ser?”. Sí, algo sólido que crezca en el suelo de su vida interior y que no sea derribado ni azotado por las tempestades de la tristeza y el dolor, por tener una raíz firme. No les parece maravilloso hacer crecer un árbol así en el corazón?
Y tomemos también la imagen de la luna: desde lo alto, envuelta en la serenidad gloriosa de la noche, parece estar mirándonos con ternura. Si nuestros ojos la buscan chispeantes de felicidad, ella nos devuelve una sonrisa. Si nuestra mirada está opaca de tristeza, el astro plateado parece derramar amargas lágrimas. No creen que la Luna cumple eternamente su ronda nocturna para alentarnos sin falta, en las horas dulces y en los días ingratos?
Ah, sí...! El conejo...! Tengo que contarles algo que, estoy seguro, en la Argentina muy pocos han de conocer. Aquí en el Japón, hace muchísimos años, la gente creía que en la Luna vivía un conejo. Desde allá lejos, cuando ustedes observan la superficie lunar con concentración, no creen distinguir la silueta de un conejo en las manchas que forma el relieve?
Hay tanto para contar...Hay tantas historias por crear con las imágenes que pueblan la realidad...Siempre estoy pensando qué más puedo hacer para infundir alegría en el corazón de ustedes y de todas las personas.

3) Se estudia para ser un gran escritor?
No creo haber estudiado nada especial. Aunque, eso sí, procuré poner más seriedad y empeño que nadie en lo que hacía, incluso en las actividades más elementales. A veces –a ustedes también les ocurrirá-, cuando estaba realizando alguna tarea y se me iban las ganas, me decía a mí mismo: “Ahora, cinco minutos más”, “Un paso más antes de dar por cerrado el trabajo de hoy”, “Una página más antes de guardar las hojas”...En esa clase de actitud ha consistido mi esfuerzo.
Pero quisiera hacer una aclaración: para mí, escribir no es una actividad separada de la vida misma. No se puede escribir bien si no se vive intensamente. Por esta razón, también volqué en mi vida cotidiana una cuota extraordinaria de empeño, para hacer realidad los grandes ideales con que soñaba. Pensé, trabajé con ahínco y le puse el pecho a tantas dificultades y problemas...leí mucho y, también, escribí sin descanso. Todo ello me sirvió para ampliar la frontera de ese universo interior que llevamos dentro y que se llama, sencillamente, “corazón”. Allí palpitan todos mis sueños, esperanzas, anhelos y oraciones. Y allí anida también, el material de mi obra literaria: todo cuanto he escrito, cada línea que ansío escribir y compartir con los demás, rebosa del cosmos inagotable de mi corazón.

4) Se te murió algún ser querido en la guerra?
Ah..., la guerra! Lamentablemente, sí. A mi hermano mayor lo reclutaron para el combate en plena Segunda Guerra y murió en un país extranjero, lejos de su tierra natal. Nos llevábamos bastantes años de diferencia, pero en los afectos nada nos separaba; como yo era menor, él siempre tenía un mimo para mí..., y, si me permiten confesar mis sentimientos, lo cierto es que lo quería muchísimo.
Nos enteramos de su muerte poco después de que terminase la guerra. Lo que yo sentí cuando recibimos la noticia fue un dolor cegador, una punzada en el centro mismo del alma. Ya pasaron más de cincuenta largos años desde aquél día, pero nunca, ni un sólo instante, pude apartar de la mente la imagen de mi madre doblada de pena, al recibir el duro impacto de la comunicación oficial.
Nada hay tan cruel como la guerra. Nada conlleva tanta infelicidad. Quiero que sepan que, cuando hablo de la guerra y exhorto a que nunca más se repita otra tragedia así en la historia, lo hago basado en estos principios, que son los que mantienen con vida ardiente mis más hondas convicciones.

5) Qué sentiste cuando tu país entró en guerra?
De niño me enseñaron en la escuela que los combates en que participaba el Japón eran “guerras justas”. Pero yo veía la realidad de mi familia... Mis cuatro hermanos mayores fueron llamados a cumplir su deber como soldados, mientras mi hogar pasaba por una situación calamitosa. A la guerra, nada le importa el dolor de la gente.
Cierta vez, el mayor estaba prestando servicio en la China y consiguió una breve licencia para pasar unos días en casa. En esas pocas horas que pasó con nosotros, lo escuchamos bramar, con ira incontenible: “No imaginan lo atroz que es el ejército japonés! Cuánto me apena el sufrimiento que estamos haciendo padecer al pueblo chino con nuestros horrendos excesos!...”. Sus palabras, la dureza de su semblante fueron más que suficientes para que yo comprendiera todo el mal y la crueldad que entraña una guerra armada.

6) Daisaku Ikeda es tu verdadero nombre o un seudónimo? Qué quiere decir?
Me llamo Daisaku Ikeda. Ése es mi nombre de verdad. Ahora bien, ustedes sabrán que la escritura japonesa es diferente de la occidental. Nosotros no usamos letras sino ideogramas, que tienen origen chino y se llaman “kanji”.
Mi apellido, Ikeda, se compone de dos ideogramas: ike (fuente, laguna) y da (arrozal, plantación). En conjunto, Ikeda significa “arrozal con una fuente” o bien “plantación donde hay una laguna”. Representa el arrozal porque, justamente, los campos donde se cultiva este cereal deben estar inundados.
En cuanto a mi nombre, Daisaku, también se compone de dos caracteres. Dai quiere decir “grande; saku significa “construir, crear”. Así que, juntos, vendrían a expresar la idea de crear algo grandioso. Cada ser humano es un “autor”. Un creador de cosas tan diversas como una granja, una novela, un hogar, una vida feliz, una trayectoria respetable y ejemplar. Qué iba a crear yo, con semejante nombre? Y bien, para ser digno de él decidí consagrar mi vida entera a edificar el gran ideal de la paz mundial.

7) De todos los libros que escribiste, cuál es el que más te gusta?
Me resulta muy difícil escoger, porque en cada uno creo haber puesto mi máximo empeño y mi corazón entero. Por eso, los valoro a todos. Si a ustedes les agrada alguno en particular, uno que consideren el más lindo y el mejor, y lo atesoran en la biblioteca de su corazón junto a sus obras favoritas, entonces ese será, para mí también, mi libro favorito.

8) Siempre te gustó leer, desde chiquito? Te gustan las plantas y los animales?
La verdad es que sí, leer me fascinó desde pequeño. Pero mientras yo asistía a la escuela primaria, el Japón se hallaba en plena guerra. Como mi familia era pobre, en casa nadie podía permitirse muchas horas de ocio. Tenía que estudiar, pero también ayudar en los muchos quehaceres hogareños de todo hogar pobre y colaborar con el oficio de mi padre.
Cuando llegué a cuarto grado, comencé a trabajar de “canillita”, es decir, repartiendo periódicos en mi pueblo, para apoyar económicamente a la familia. En esos años, un libro era un artículo de gran valor; pocos podían darse el lujo de comprar literatura. No se imaginan la emoción que sentía al tener un libro en las manos!... cada obra iba circulando entre los amigos hasta que la leían todos! Aún recuerdo cuánto esperaba que alguien me prestase un libro nuevo para enfrascarme en el paraíso de la lectura, con el corazón desbocado de emoción. En cuanto pude ahorrar un poco de dinero para usos personales, comencé a juntar laboriosamente cada moneda, para comprar mis títulos preferidos, de a uno por vez. Y, con los años, casi sin darme cuenta, fui armando una biblioteca que, hoy, constituye un orgullo y un tesoro irremplazable para mí. Ésta es la historia de mi relación con los libros...
Para terminar de responderles, me gustan mucho las planta y los animales. Todo ser vivo, sea animal o vegetal, da lo mejor de sí para vivir plenamente su existencia. Esto es lo que brinda hermosura y, también, lo que nos enseña cuán prodigiosa es la vida.
Por ejemplo, todos los pájaros tienen una gracia única, que nos cautiva. Las plantas ofrecen un deleite incomparable a la vista y al olfato... Y cada estación brilla a su manera, se han fijado? Las especies de árboles y plantas que se van dando en distintos meses del año expresan la fuerza vital única de la naturaleza, y nos llenan de alegría con tanto derroche de hermosura. Ya que han mencionado este tema, les cuento que me agrada tomar fotografías de la naturaleza justamente para capturar y dejar grabada esa explosión incontenible de júbilo natural.

9) A qué edad comenzaste a luchar por la paz? Tuviste que enfrentar muchos problemas?
A los diecinueve años, viví un inolvidable encuentro con un hombre extraordinario llamado Josei Toda, a quien, desde entonces, respeté y seguí como maestro y mentor de mi vida. Él me enseñó cuán noble podía ser la existencia, si uno se dedica a hacer el bien a la humanidad.
Aquel encuentro fue tan impresionante, que me dije: “Bien! Voy a tomar a este hombre como ejemplo, para marchar siguiendo sus pasos. Lucharé junto a él con toda la energía de mi juventud!” A partir de ese día, empezó mi contienda por la paz. Y este año, 1997, va a ser muy significativo para mí, porque se cumplirán exactamente 50 años desde la fecha en que conocí a mi maestro.
Cuando un barco intenta avanzar sobre las aguas del mar, indefectiblemente debe toparse con la resistencia de las olas. De la misma manera, cuando uno intenta obrar correctamente, aparecen vientos y mareas de todos los flancos, con el único propósito de obstruir su buena decisión. Las críticas y las persecuciones se convierten en compañeros de ruta.
Y, si quieren saber cómo veo yo las cosas, me atrevería a decir que la incomprensión y las dificultades no me han dado un solo día de tregua desde que comencé a trabajar por la paz del mundo. Sin embargo, esto no ha sido nunca un pretexto para hacerme bajar los brazos y desistir. Yo seguiré adelante en mi empeño, luchando más y más, para abrir una ruta luminosa hacia el siglo XXI, que conduzca directamente hacia un mundo seguro y en paz. Esa ruta que los lleve a ustedes, sin tropiezos, hacia el escenario donde reinarán como excelentes protagonistas.

10) Cómo es tu vida, todos los días?
Si tuviese que darles una respuesta muy breve y concreta, diría que mi vida cotidiana consiste en infundir valor y fortaleza a los demás.
Naturalmente, no puedo encontrarme personalmente con todas las personas: hay gente que vive cerca, y hay otros que residen en lugares muy distantes (como el país de ustedes, por ejemplo). Sin fijarme en ello, los trescientos sesenta y cinco días del año, día y noche, mi mente no deja de pensar un instante cómo puedo alentar a esta y aquella persona, para que pueda ser realmente feliz. Y procuro llevar este deseo a la práctica, después de dedicarle una profunda y seria oración. Diría que este afán sincero ha sido el eje alrededor del cual vine construyendo mi vida en las últimas décadas. Así que el hecho de escribir tiene mucho que ver con lo que acabo de contarles. Cuando escribo, me impulsa el único deseo de que alguien, en cualquier rincón del mundo, reviva su espíritu al leerlo y decida concretar sus más nobles ideales.
La esencia de la paz reside en la felicidad de cada persona. Si lo vemos así, alentar a cada individuo sería el primer paso hacia el logro de un mundo pacífico. Sé lo que están pensando: es una lucha ardua. Pero cuando siento flaquear mis fuerzas busco al Sol con la mirada. Asoma por el horizonte todos los días, sin fallar ni una sola vez. Podrá llover, podrá haber un tupido manto de nubes, pero en lo alto de la bóveda celeste, el Astro Rey mantiene su soberbio resplandor con decisión imperturbable.
Y lo cierto es que, cuando pienso en la tenacidad y la paciencia del Sol, cobro fuerzas para perseverar en mi propio esfuerzo, cada día que comienza.

11) Cuál es tu comida favorita? Y el color que más te gusta?
Ah, me han hecho pensar en cosas ricas! Sin duda, hay un plato típico japonés que me parece delicioso. Se llama sushi, y como imagino que no debe ser común en la Argentina, voy a contarles de qué se trata: son unos bollos de arroz cocido, con sabrosas lonjas de pescado y frutos de mar que van dispuestos por encima. Me encanta el sushi!
Mis colores predilectos son el rojo, el amarillo y el azul, que son los que forman la bandera tricolor de la Soka Gakkai. El rojo simboliza la victoria; el amarillo, la gloria; el azul, la paz.

12) Tenés hijos? Cómo se llaman?
He sido padre de tres hijos. El mayor se llama Hiromasa, que, según los ideogramas chinos que forman este nombre significa “corazón amplio, justo y correcto”. El nombre del segundo, Shirohisa, quiere decir “palacio de la eternidad”. El tercero se llama Takehiro, que significa “valorar la nobleza del corazón y llevar una existencia amplia y grandiosa”.
Mi segundo hijo falleció hace unos años a causa de una enfermedad, pero los otros dos, que gozan de una salud inmejorable, me acompañan continuamente en mis actividades por la paz.

13) Tu esposa te ayuda a escribir?
Muchas veces me ayuda sentándose a leer los cuentos que escribo para ustedes, el público infantil. En ocasiones, me sugiere: “No les agradaría más a los chicos si lo dices de tal o cual forma?”. Cuando ella se decide a hacerme un comentario, suele estar en lo cierto... Es que las madres saben captar y comprender muy bien la mente y el corazón de los niños, en toda su profundidad. Sus consejos, además de ser acertados, tienen tanta ternura y calidez, que es maravilloso trabajar en su compañía; ella sabe crear una atmósfera dulce y envolvente, que tranquiliza y serena.

14) A lo largo de tus giras, cuál fue el país que más te gustó y por qué?
Hasta el momento, tuve la suerte de conocer cincuenta y cuatro países del mundo. Pero tengo amigos en ciento treinta naciones, aproximadamente. Cada lugar tiene sus atractivos y características, sin excepción. Cada región tiene bellezas que la diferencian del resto. Y también está la gente, que es lo más maravilloso: en cada sitio hay amigos esperándolo a uno. Por eso quiero tanto a este planeta Tierra y siento por él un cariño casi imposible de describir con palabras. Adoro a los seres humanos, por eso, - disculpen si los desilusiono-, no podría elegir un orden de preferencia y poner un país sobre otro.
Precisamente porque quiero tanto al mundo, mi mayor anhelo es que en él reine la paz y que todos sus habitantes disfruten de una plena felicidad.

15) Alguna vez te peleaste?
Sí, es muy probable que sí. Pero les confieso que no me acuerdo muy bien, porque han sido peleas de niño, hace ya varias décadas.
Lo que, sí, puedo decirles es que, cuando se peleen con algún amigo o amiga, no le guarden rencor ni piensen: “Nunca más voy a juntarme con esa persona!”. En cambio, qué les parece si proceden con optimismo, en el verdadero sentido de la palabra? En realidad, uno se pelea con alguien justamente porque se lleva bien: quién se va a pelear con alguien que no le interesa o con quien no tiene ningún trato, no les parece?
En ciertos casos, aunque no nos guste reconocerlo, uno es el responsable de la pelea. A veces, el enfrentamiento es causa del otro... Pero sea como fuere, uno tiene que reflexionar sobre el propio comportamiento, armarse de valor y tomar la iniciativa de dirigirle la palabra. Y si uno fue el que provocó la pelea, tiene que disculparse como es debido. De este modo, hasta la peor pelea se convierte en una oportunidad para construir una relación más armoniosa con esa persona.

16) Qué es lo más importante para vos?
Considero que lo más importante es la amistad. Ésta es la conclusión a la que llegué en los sesenta y nueve años que he vivido. Ya que soy más veterano que ustedes en esto de vivir, permítanme decirles algo con todo respeto: valoren la amistad! Tener amigos es un tesoro, es la felicidad. La amistad es la flor que embellece la condición humana. Nuestra vida se vuelve más inmensa, más profunda, en la misma medida que agrandamos nuestro círculo de amistades y cultivamos la capacidad de brindar amistad a los demás.
Tener amigos multiplica la alegría y reduce las tristezas a la mitad. Y perdonen si insisto, pero voy a decirles desde lo más hondo de mi corazón: atesoren la amistad!

17) Te gusta el tango?
Claro, el tango me encanta! Siento que en su ritmo palpita el corazón del pueblo; en sus acordes percibo la energía exultante de un pueblo que vive con tenacidad de espíritu. Lamentablemente, tengo la impresión de que no soy muy bueno para bailarlo...
El maestro Mariano Mores y el fallecido “rey del tango” Osvaldo Pugliese –que ustedes conocerán muy bien allí en su país- son amigos del alma, a quienes aprecio y valoro con orgullo y sinceridad.

18) Vas a venir a la Argentina? Si venís, cuándo pensás hacerlo?
Hace cuatro años, en febrero de 1993, visité por primera vez la Argentina, el país del Plata. Me parece un sitio realmente espléndido y de vibrante hermosura. Allí mantuve encuentros imborrables, que me han hecho muy feliz. Diría que, para mí, el país de ustedes es una tierra de ensueños, donde viven los niños a quienes escribo con tanto amor cada uno de mis cuentos.
Cómo no voy a soñar con volver a la Argentina? Pero, por el momento, no puedo aventurar una fecha concreta, porque hay infinitos compromisos y trabajos que me mantienen ocupado todos los días. Pese a ello, estoy esperando con mucha expectativa la hora de regresar al suelo argentino, para encontrarme por fin con ustedes.

19) Sabemos que para evitar la violencia tenemos que reflexionar, saber dialogar, ser sinceros y esforzarnos para ver las virtudes de nuestros compañeros y los defectos nuestros. Vos qué otro consejo nos darías?
Con sólo leer a pregunta de ustedes, me doy cuenta de que su actitud es la de no emplear nunca la violencia. Quiero decirles que eso, justamente, es lo que ennoblece a una persona y la hace digna de respeto. Qué grandes son las personas que albergan en su corazón estos sentimientos! Miren, les voy a decir algo con toda sinceridad: muchos adultos deberían aprender de ustedes!
Además de todo lo que ya dijeron, me piden que agregue algo... Veamos... Diría que, a lo largo de toda la vida, sean fuertes y busquen siempre la integridad espiritual. Si construyen una verdadera identidad, tendrán tal fortaleza que no se verán afectados ni vacilarán, aún cuando, por ejemplo, los demás hablen mal de ustedes o intenten atormentarlos. Quien sale perdiendo es, paradójicamente, el que habla mal de los demás. Sólo los cobardes emplean la violencia; su misma cobardía, su falta de entereza auténtica, los conduce a la agresión física y a la injuria verbal. Por el contrario, las personas verdaderamente fuertes son las que se dicen, en su fuero interno: “No voy a caer en la tentación de utilizar la violencia”. El que decide actuar así es una persona de coraje genuino. Lo importante es que construyan un temple como el acero, un corazón tan sólido como una fortaleza inexpugnable.

20) Si venís a la Argentina, podremos conocernos personalmente?
Nos encontraremos sin falta! No veo la hora de que podamos hacer realidad este deseo. Y, cuando sean un poco más grandes, por favor, vengan ustedes también a visitarme al Japón. Siempre voy a estar esperándolos!

Minicuento EL ARBOL CONFUNDIDO

Autor: DAISAKU IKEDA
Enviado por Marce (Argentina SGI)

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos. Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: "No sabía quién era." "Lo que te falta es concentración", le decía el manzano, "sirealmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas. ¿Ve que fáciles?" No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y "¿Ves que bellas son?" Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado. Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: - No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución. No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tu mismo, conócete, y para lograrlo, escucha tu voz interior. Y dicho esto, el búho desapareció. ¿Mi voz interior...? ¿Ser yo mismo...? ¿Conocerme...?, se preguntaba el árbol desesperado, cuándo de pronto, comprendió. Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar su voz interior diciéndole: - Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión "Cúmplela". Y el árbol se sintió fuerte y seguro de sí mismo y se dispuso a ser todo aquello para lo cual estaba destinado. Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos. Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz. Y tu... ¿dejas crecer el roble que hay en ti? En la vida, todos tienen un destino que cumplir, un espacio quellenar. No permitas que nada ni nadie te impida conocer y compartir la maravillosa esencia de tu ser.

La parábola de la joya escondida en la túnica

Por Seikyo Junior

Érase una vez dos amigos, uno pobre y otro muy rico. Un día el pobre va a la casa del rico para pedirle ayuda. Este lo recibe con una gran mesa repleta de comida y de jarras de vino. El pobre, luego de comer y de beber, ya completamente embriagado, se queda dormido. El rico precisa resolver un negocio urgente, pero antes de salir, coloca una joya preciosa en el forro de la túnica de su amigo y lo cose para que él no la pierda. Al despertar, el hombre pobre se da cuenta de la ausencia de su amigo rico, pero ni se imagina la gran piedra preciosa que le ha dejado. Así continúa su vida deambulando por varios lugares y atravesando penosas dificultades. Algunas veces, consigue realizar trabajos bastante arduos, pero de cualquier manera, nunca logra salir de su extrema pobreza. Tiempo después, se reencuentra con su gran amigo rico que, muy sorprendido, le pregunta: —¿Por qué aún continúas pobre? ¿Qué has hecho de la piedra que te di? Yo la coloqué dentro de tu túnica para que no se perdiese y pudieras tener una vida confortable. Igualmente sorprendido, el pobre busca en la túnica, y tal como su amigo le había dicho, descubre la joya, que todo el tiempo había estado junto a él. A pesar de avergonzarse por su ignorancia, se siente extremadamente feliz por haber encontrado esa invalorable joya. Esta parábola nos dice que el hombre, generalmente, desconoce el tesoro que su vida posee y se conforma, o se da por vencido ante el sufrimiento. Ignora que su vida posee la fuerza y el poder para transformar el destino y para construir su felicidad. Para el Budismo de Nichiren Daishonin, esa joya invalorable que todos poseemos es la Budeidad. El amigo pobre representa a aquellos que no comprenden el poder ilimitado de esa joya o no creen en él. Para encontrarla dentro de nosotros, el buda Nichiren Daishonin dejó el Gohonzon para toda la humanidad (al igual que el amigo rico cosió la joya en la túnica del amigo pobre).