6.8.05

Curso de Budismo. La Vida de Shakyamuni (1)

Este material es la traducción de los artículos basados en el libro Kyogaku no Kiso (Fundamentos de estudio del budismo) del Departamento de Estudio de la Soka Gakkai y publicado en la revista mensual de la SGI de Estados Unidos Living Buddhism 2003.
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El nacimiento – una nueva era
El Buda Shakyamuni, también conocido como Buda Gautama, es el fundador del budismo. Su apellido familiar fue Gautama (Mejor Vaca), y su nombre de infancia o de pila fue Siddhartha (Meta Lograda). Shakya es el nombre de la tribu a la que pertenecía su familia; “Shakyamuni” significa “sabio de los Shakyas”.
De acuerdo con las escrituras budistas, Shakyamuni nació en los Jardines Lumbini, en lo que hoy es Rummindei, al sur de Nepal, cerca de la antigua ciudad de Kapilavastu. Su padre fue Shuddhodana, el rey de los Shakyas, y su madre, Gaya.
Existen varias teorías acerca del verdadero año de su nacimiento, que las colocan en 463, 566 y 624 a.C. Durante la existencia de Nichiren Daishonin, en el Japón medieval, era generalmente aceptado, incluso el Daishonin lo hacía, que Shakyamuni nació en 1029 a.C. y murió en 949 a.C., en base al texto chino El registro de las maravillas, del Libro de Chou.

La renuncia a una vida privilegiada
Como príncipe de la tribu Shakya, Shakyamuni creció en medio de una relativa riqueza material. Se dice que era excepcionalmente dotado en el aprendizaje y las artes marciales, y que era apuesto y muy maduro para su edad. Pero en su corazón, siempre tenía una vaga sensación de descontento.
Las escrituras budistas relatan que un día, Shakyamuni salió por el portal oriental del palacio y vio a un anciano; después, en el portal del sur, vio a una persona enferma. En el portal occidental, observó un cortejo fúnebre. Estos encuentros le afectaron enormemente, haciéndole ponderar profundamente sobre la impermanencia de la vida. Cuando llegó al portal del norte, encontró a un mendigo religioso (shramana) y se sintió inmediatamente inspirado para buscar las respuestas a los sufrimientos fundamentales de la humanidad de nacer, envejecer, enfermar y morir. Esta serie de acontecimientos es conocida como “los cuatro encuentros”. Shakyamuni, entonces, renunció a su vida privilegiada y se embarcó en el camino de un mendigo religioso a los 19 años. Otras fuentes ubican esta renuncia a los 29 años de edad.

El despertar
En la India de la época de Shakyamuni, florecieron muchas escuelas religiosas y espirituales. Además del brahmanismo tradicional (o el hinduismo clásico), había otras escuelas de pensamiento nuevas, cuyos maestros llegaron a ser conocidos más adelante como los “seis maestros no budistas”. Estas nuevas escuelas estaban divididas en unas 95 facciones, que rivalizaban entre sí por la dominación.
Shakyamuni buscó a algunos de los pensadores y practicantes espirituales de estas nuevas escuelas para aprender acerca de sus enseñanzas; él también practicó diversas austeridades religiosas. Sin embargo, aún después de pasar un tiempo considerable en tales prácticas y de llegar a dominarlas, todavía no se sentía satisfecho con lo que había logrado.
Entonces se esforzó por practicar por sí mismo, en un esfuerzo por encontrar la respuesta a los cuatro sufrimientos del nacer, envejecer, enfermar y morir. A los 30 años (otras fuentes sugieren a los 35 años), Shakyamuni entró en una profunda meditación bajo un árbol pipal (después conocido como árbol bodhi). Él luchó contra sus impurezas espirituales, ilusiones y deseos mundanos propios y finalmente los conquistó, y despertó al Dharma o la verdad fundamental que hace posible que todas las personas superen sus sufrimientos. El lugar del despertar de Shakyamuni es conocido como Buddhagaya (también Bodhagaya). Habiendo comprendido la verdadera naturaleza de la vida y de todos los fenómenos, Shakyamuni se hizo conocido como el Buda o el “Iluminado”.
Después de su iluminación, sin embargo, Shakyamuni dudó para compartir la sabiduría de su iluminación con otros. Le preocupaba si las personas pudiesen entender la verdad fundamental de la vida a la cual se había iluminado. Pero, de acuerdo con la tradición budista, cuando el dios Brahma se le apareció y le suplicó que expusiera sus enseñanzas, Shakyamuni decidió hacerlo.
En la India, durante la existencia del Buda, los filósofos y líderes religiosos tradicionalmente transmitían sus enseñanzas sólo a sus estudiantes. Pero Shakyamuni rompió el velo del secreto que envolvía la práctica religiosa y la espiritualidad, y comenzó a compartir sus enseñanzas con todos los que podía. Esta apertura hacia la sociedad y hacia todas las personas es una característica distintiva de la filosofía budista.

Girando la rueda de la Ley
Resuelto a compartir su iluminación con los demás, Shakyamuni fue a Varanasi, el centro religioso y cultural de la sociedad india de ese entonces. Él predicó por primera vez en el Parque de los Ciervos cerca de Varanasi, un evento conocido como el “primer giro de la rueda de la Ley”. Los cinco ascetas que antes habían sido compañeros del Buda fueron convertidos en esa oportunidad. De allí en adelante, por el resto de su vida, Shakyamuni viajó ampliamente para predicar la verdad y la sabiduría de su iluminación; nunca se estableció en un lugar. Él también alentó a sus discípulos a seguir su ejemplo y propagar la Ley por el bien de la felicidad de las personas.
Shakyamuni tuvo muchos discípulos notables que sobresalieron en su comprensión y práctica del budismo. Los “diez discípulos principales” son representativos de ellos. Cada uno fue conocido como el primero en una habilidad o capacidad particular entre todos los discípulos del Buda. Shariputra, por ejemplo, era reconocido como el primero en sabiduría.

Las grandes ordalías
Conforme Shakyamuni y sus discípulos propagaban con avidez las enseñanzas budistas, muchas personas, incluyendo a influyentes aristócratas y comerciantes, abrazaron la fe. Pero hubo algunos que estaban envidiosos de la influencia del Buda, incluyendo a otros líderes espirituales cuyos seguidores se convirtieron al budismo. Ellos trataron de obstruir los esfuerzos de Shakyamuni, incluso atentando contra su vida. Las principales dificultades del Buda son conocidas como las “nueve grandes ordalías”.
Los detalles de estas ordalías difieren de acuerdo con diversas tradiciones budistas, pero incluyen el intento de Devadatta por asesinar a Shakyamuni. Devadatta, primo de Shakyamuni, se había convertido en discípulo del Buda pero después lo traicionó. En el Pico del Águila o Gridhrakuta, Devadatta empujó una roca desde un acantilado para matar a Shakyamuni, pero sólo pudo herir un dedo del pie del Buda. Además, el rey Ajatashatru se confabuló para tratar de matar al Buda y sus discípulos haciéndolos pisotear por elefantes ebrios. Sobrepasando todos estos obstáculos y muchos otros, Shakyamuni y la Orden Budista continuaron propagando el budismo entre la gente.

La muerte –el fin y el comienzo
Después de predicar por cincuenta años (cuarenta y cinco de acuerdo con los estudiosos modernos), Shakyamuni, sintiendo la inminencia de la muerte, declaró a su discípulo principal: “He predicado la verdad sin hacer distinción alguna entre las doctrinas exotéricas y esotéricas [entre lo que fue enseñado de manera pública y privada]; porque respecto a las verdades, Ananda, el Tathagata no tiene cosas tales como los secretos de un maestro, que se guarda las cosas” (Dialogues of the Buddha [Digha-nikaya], vol. 2, 4ª de., trad. Por Rhys David, pág. 107.) Shakyamuni transmitió a muchos toda la profundidad de su iluminación, alentando a sus discípulos a confiar en el Dharma, la Ley, y en sí mismos.
De acuerdo con sus instrucciones, los funerales de Shakyamuni fueron conducidos por creyentes laicos sin compromiso ni participación de los clérigos. Llegando a la conclusión su vida de ochenta años cerca de la ciudad de Kushinagara, las últimas palabras de Shakyamuni fueron, “¡Encuentren su salvación con diligencia!”.
Si uno cambia, cambian los demás.
Si cambian los demás, cambia el corazón de uno.
Si cambia el corazón de uno, cambia la palabra.
Si cambia la palabra, cambia la postura de uno.
Si cambia la postura de uno, cambia el ambiente.
Si cambia el ambiente, cambia la vida cotidiana.
Eso es la revolución humana.
Daisaku Ikeda.

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