7.8.05

Curso de Budismo. La vida de Nichiren Daishonin (3)

Este material es la traducción de los artículos basados en el libro Kyogaku no Kiso (Fundamentos de estudio del budismo) del Departamento de Estudio de la Soka Gakkai y publicado en la revista mensual de la SGI de Estados Unidos Living Buddhism 2003.
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El devoto del Sutra del Loto en el Último Día de la Ley
Nichiren Daishonin dedicó su vida entera al establecimiento de un “Budismo del pueblo” que perdure mucho en el futuro –una enseñanza capaz de conducir a toda la humanidad de la desesperanza y la miseria a una genuina felicidad.
El Daishonin sostuvo la filosofía del Sutra del Loto, que enseña que dentro de la vida de todas las personas existe el estado de vida más valioso y más digno de respeto llamado Budeidad. Con un considerable riesgo de su propia vida, él continuó insistiendo en que cada persona alcanzaría este estado que se compara al Buda.
Además, estableció el medio por el cual todas las personas comunes acceden a su estado de vida de la Budeidad inherente, revelando la enseñanza por la cual se iluminan todos los budas. Esa enseñanza es la Ley Mística, la verdadera fuente de todos los fenómenos del universo, que el Daishonin manifestó como Nam-myoho-renge-kyo de las Tres Grandes Leyes Secretas.
El Budismo ha predicho desde hace mucho tiempo que los conflictos y la confusión surgirían dentro de sus propias filas durante la era en la que vivió el Daishonin. Nichiren Daishonin citó a menudo al Buda en un pasaje del sutra de la Gran Colección respecto a este período: “Las riñas y las disputas surgirán entre los adherentes a mis enseñanzas, y la Ley Pura caerá en la oscuridad y se perderá” (“La selección del tiempo, The Writings of Nichiren Daishonin [WND], págs. 540-41). Por este y otros pasajes, para el Daishonin era evidente que, por la época de su nacimiento, el Budismo de Shakyamuni ya no podía aliviar el sufrimiento de las personas.
Con esta convicción, el Daishonin comenzó su práctica de shakubuku. Él utilizó este término para describir la propagación de su enseñanza con el propósito de atravesar las ilusiones profundamente sostenidas por las personas y posibilitarles creer en la Ley Mística como el más fundamental de los principios. Sus esfuerzos para propagar su enseñanza provocó una intensa reacción. El Daishonin fue calumniado y difamado por el pueblo, y severamente perseguido por las autoridades políticas, que lo exiliaron y casi lo ejecutan. Tales persecuciones y dificultades no podían ser evitadas; eran el resultado natural de los esfuerzos del Daishonin por establecer y propagar su “Budismo de la siembra” para la salvación de todas las personas del Último Día de la Ley.
Nichiren Daishonin perseveró frente a estas persecuciones por su inmensa misericordia y su promesa de remover el sufrimiento de toda la humanidad en el futuro.
A continuación, discutiremos la relación entre el Sutra del Loto y el Budismo de Nichiren Daishonin.

La promesa del Daishonin de salvar a todas las personas del Último Día
El Budismo de Nichiren Daishonin comenzó con su promesa de salvar a todas las personas de su sufrimiento. Su juvenil oración para convertirse en “la persona más sabia de todo el Japón” (“El maestro Tripitaka Shan-wu-wei”, WND, 175) expresaba su intención de dominar las enseñanzas budistas para aliviar la miseria de su sociedad. Basado en este firme deseo y oración, el Daishonin en efecto obtuvo gran sabiduría. Después de viajar por todas partes para estudiar las escrituras budistas, él concluyó que el Sutra del Loto era supremo entre todos los sutras budistas y afirmó su misión para propagar el principio esencial de ese sutra, la Ley Mística. En su corazón, él estaba consciente de que su misión era la del bodhisattva Prácticas Superiores, el líder de los Bodhisattvas de la Tierra. Él también estaba preparado para las grandes persecuciones que, con seguridad, acompañarían la realización de esa misión y, con esa determinación, emprendió su práctica como el devoto, o el verdadero practicante, del Sutra del Loto.
En 1253, en el vigesimoctavo día del cuarto mes, Nichiren Daishonin refutó las enseñanzas del Nembutsu, o Tierra Pura, e invocó vigorosamente Nam-myoho-renge-kyo, declarando públicamente y por primera vez la enseñanza correcta para la felicidad de las personas del Último Día de la Ley. En lugar de ver este evento, que tuvo lugar en el templo Seicho-ji, como el establecimiento de una nueva orden budista, más exacto sería considerarlo como el establecimiento de un principio religioso –la esencial Ley de Nam-myoho-renge-kyo. Asimismo, esta fue la ocasión en que el Daishonin prometió, como el devoto del Sutra del Loto, dedicar su vida a la salvación de las personas del Último Día, sin retroceder jamás ante los grandes obstáculos y persecuciones.
Él cambió su nombre de Rencho a Nichiren en ese momento, explicando “el darme a mí mismo el nombre Nichiren (Sol Loto) deriva de mi propia iluminación respecto al vehículo del Buda” (“Carta a Jakunichi-bo, WND, 993). Esto significa que por sí mismo, el Daishonin se hizo consciente de la Ley de la iluminación del Buda. Su nombre es una expresión de su profundo despertar.
El carácter nichi de Nichiren indica el sol, que disipa la oscuridad de la noche y posibilita que todos los seres vivientes vean. La Ley Mística brilla como el sol dentro de la vida de una persona que ha despertado a esa Ley. Su brillantez se manifiesta en el carácter, la forma de hablar y el comportamiento de una persona que, a su vez, disipa la oscuridad del sufrimiento que pende sobre la vida de las personas.
Ren indica la flor de loto blanca, que florece bellamente aun cuando crece en un estanque fangoso. Esta es una metáfora para la Ley Mística, la condición de vida de la Budeidad, y su correspondiente poder para florecer de manera pura dentro de la vida de los seres humanos comunes, independientemente de lo impuros o imperfectos que puedan ser. Ren, el loto, expresa así la dignidad inherente y lo precioso de la vida humana.
El Sutra del Loto enseña que el bodhisattva Prácticas Superiores, a quien se confió la propagación del sutra en el Último Día, funciona como el sol para iluminar la oscuridad de los seres vivientes. También indica que la flor de loto representa el florecimiento de la pura flor de la iluminación desde el interior del fangoso estanque de la sociedad humana.
Adoptando el nombre de Nichiren, el Daishonin transmitió su resolución para cumplir la misión del bodhisattva Prácticas Superiores.

Las grandes persecuciones del Daishonin y la lectura del Sutra del Loto con su vida
Nichiren Daishonin enfrentó persecuciones religiosas desde el día que declaró el establecimiento de sus enseñanzas, en 1253. Con su entrega de “Sobre establecer la enseñanza correcta para construir la paz sobre la Tierra” en 1260, la oposición se incrementó y fue confrontado con una gran persecución tras otra. El Daishonin escribió, “Las molestias y hostilidades menores han sido incontables, pero las persecuciones principales suman cuatro” (Los principales escritos de Nichiren Daishonin [PE], vol. 2, pág. 203). Estas cuatro persecuciones mayores son: 1) la persecución de Matsubagayatsu, 2) el exilio en Izu, 3) la persecución de Komatsubara, y 4) la persecución de Tatsunokuchi y su subsecuente exilio en la isla de Sado. El Daishonin fue despreciado y calumniado por las personas de diversos los niveles de la sociedad. Fue exiliado dos veces por las autoridades gubernamentales y casi muerto en más de una ocasión, incluyendo un ataque por guerreros armados y un intento por decapitarlo.
El Sutra del Loto enseña que el devoto del sutra en el Último Día de la Ley enfrentará oposición en la forma de los “tres enemigos poderosos”. Además, el sutra describe al devoto, o el practicante genuino, como alguien que tiene que enfrentar otros diversos tipos de dificultades. Estas incluyen ataques con “espadas y varas” y “piedras y lajas”, ser desterrado “una y otra vez”, así como ser injuriado con “maldiciones e improperios”.
Las persecuciones y dificultades que afrontó el Daishonin concordaron exactamente con estos pasajes del Sutra del Loto. Debido a que el Daishonin experimentó tan evidentemente las enseñanzas del Sutra del Loto con su vida misma, se dice que él “leyó el Sutra del Loto con su cuerpo”, o que lo leyó con su vida. Leyendo el Sutra del Loto con su vida, el Daishonin pudo demostrar que las palabras del sutra concordaban con la realidad. Esa realidad lo revelaba a él como el devoto del Sutra del Loto –el bodhisattva Prácticas Superiores– a quien el buda Shakyamuni confió la propagación del Sutra del Loto en el Último Día. Ese encargo se refiere a la transmisión que hizo el Buda de sus enseñanzas y la misión para propagar esas enseñanzas después de su muerte.

La esencia del Sutra del Loto: El Buda es un mortal común, y el mortal común es el Buda
En “La apertura de los ojos”, el Daishonin escribió: “En lo que concierne a comprender el Sutra del Loto, mi capacidad es sólo una mínima parte de la inmensa erudición que tuvieron T’ien-t’ai y Dengyo. Pero, en lo que respecta a mi capacidad de soportar la persecución y a la inmensidad de mis profundos sentimientos hacia el pueblo, sé que ellos mismos se quedarían mudos de asombro y de respeto ante mí” (PE, vol. 1, pág. 107). De aquí, podemos suponer que su condición de vida de gran misericordia le posibilitó soportar tan severa opresión. En la misma escritura, él declaró: “Que las deidades me abandonen. Que todas las persecuciones se abatan sobre mí. Así y todo, daré mi vida por la Ley... Seré el pilar del Japón. Seré los ojos del Japón. Seré el gran navío de este pueblo. ¡He aquí mi juramento, y jamás lo abandonaré!” (PE, vol. 2, págs. 188 – 89).
Este pasaje puede ser considerado como el “rugido de león” del Daishonin, que expresa su resolución para superar todas las persecuciones para salvar del sufrimiento a todos los seres vivientes del Último Día. Además, diciendo, “Yo, Nichiren, soy el soberano, el maestro, el padre y la madre de todo el pueblo del Japón” (PE, vol. 2, pág. 199), él declaró que es el Buda del Último Día de la Ley.
En resumen, debido a su gran misericordia, el Daishonin luchó para salvar del sufrimiento a todas las personas a lo largo del Último Día, y eso hizo que encontrara y tuviera que soportar grandes persecuciones. El hecho de enfrentarlos le posibilitó, como un mortal común, manifestar el estado de la Budeidad. Al continuar encontrando persecuciones como estaba predicho en el Sutra del Loto y emerger victorioso cada vez, él ejemplificó la esencia misma del Sutra del Loto –que una persona común puede hacer emerger el inmenso poder de la Budeidad fundamental para la vida humana; que una persona común es un Buda, y que el Buda es una persona común.
En consecuencia, el Daishonin dijo: “De no haber sido por el advenimiento de Nichiren en el Último Día de la Ley, el Buda habría sido un gran mentiroso, y el testimonio ofrecido por el buda Taho y los demás budas habría sido falso. En los más de dos mil doscientos treinta años transcurridos desde la muerte del Buda, yo, Nichiren, soy la única persona en todo el mundo que ayudó a demostrar la veracidad de sus palabras” (“Sobre las persecuciones acaecidas al Buda”, PE, vol. 1, pág. 245). En el Sutra del Loto, Shakyamuni confía el núcleo y la esencia del sutra –Nam-myoho-renge-kyo– al bodhisattva Prácticas Superiores y le encarga la propagación de esa enseñanza en el Último Día. Plenamente autorizado para propagar la esencia de la enseñanza del Buda, Prácticas Superiores puede ser considerado como el “Señor de las Enseñanzas” (un título dado a Shakyamuni en los sutras), o el verdadero maestro del Último Día de la Ley.
Nichiren Daishonin, quien demostró a través de sus acciones que era el “Señor de las Enseñanzas” del Último Día, comenzó su lucha en esta capacidad para salvar a las personas.

Descartando lo transitorio y revelando lo verdadero
La persecución de Tatsunokuchi fue un evento sumamente importante en los esfuerzos de toda la vida del Daishonin para propagar sus enseñanzas. En “La apertura de los ojos”, que escribiera en Sado al año siguiente, él explicó el significado de este incidente: “En el duodécimo día del noveno mes del año pasado, entre las horas de la rata y el buey (entre las 23 y las 3), esta persona llamada Nichiren fue decapitada. Lo que ha llegado a la isla de Sado es su alma, y es ella la que, en el segundo mes de este año, aislada por la nieve, se encuentra escribiendo estas palabras destinadas a sus discípulos cercanos” (PE, vol. 2, pág. 166).
Aquí, podemos interpretar el término alma con el significado de la realidad interior de la verdadera iluminación –la condición del “Buda de la absoluta libertad iluminado desde el tiempo sin comienzo” que el Daishonin manifestó en su vida. Este es “El Que Así llega” o Buda eterno, que concuerda con la eterna Ley Mística, la esencia y la fuente de todas las cosas y fenómenos del universo.
Durante la persecución de Tatsunokuchi, Nichiren Daishonin descartó su identidad transitoria –o temporal– como una persona común “en la etapa de escuchar el nombre y las palabras de la verdad”. Permaneciendo como un mortal común, él reveló su verdadera naturaleza e identidad, su condición de vida fundamental como el “Buda de la absoluta libertad iluminado desde el tiempo sin comienzo”. Este proceso es conocido como “descartar lo transitorio y revelar lo verdadero”.
Respecto a la identidad transitoria del Daishonin –“una persona común en la etapa de escuchar el nombre y las palabras de la verdad”– “el nombre y las palabras de la verdad” se refiere a las palabras de las enseñanzas del Buda. Este término es una referencia a una persona que acepta y entiende las palabras del Buda, y que está en la etapa de dar el primer paso en la práctica budista sin recibir todavía ninguno de los frutos de esa práctica. Esto describe a un principiante, una persona común que desea practicar las enseñanzas del Budismo.
“Tiempo sin comienzo” es una traducción del término japonés kuon ganjo, que literalmente significa “comienzo original muy lejano”. Sin embargo, este término no significa simplemente un punto primordial en el tiempo, ni el punto que señala el origen del universo –como un evento singular como el “big bang”, por ejemplo. Más bien, se refiere a la naturaleza eterna de la vida que no tiene comienzo ni fin. En otras palabras, “tiempo sin comienzo” se refiere a la fuente de la vida, original y eterna. “El Buda de la alegría ilimitada” también es traducido como “el Buda del cuerpo de la recompensa libremente utilizada”, o “el Buda de la absoluta libertad”. Esta es una referencia al Buda que ha abierto el ilimitado poder del mundo de la Budeidad dentro de su propia vida, despertando a la realidad de que la vida misma es la vida de la Budeidad desde el “tiempo sin comienzo”.
Después de descartar su identidad transitoria y revelar su verdadera identidad, el Daishonin manifestó su vida como el Buda de la ilimitada alegría iluminado desde el tiempo sin comienzo, en la forma gráfica de un mandala llamado Gohonzon. Él inscribió el Gohonzon para que todas las personas lo veneren como su objeto de devoción, la corporificación de la Ley que es la fuente fundamental de sus vidas.
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Notas:
1. Tres enemigos poderosos: Tres tipos de personas arrogantes, hostiles a los practicantes del Sutra del Loto. Descritos por Miao-lo (711 – 782) basado en pasajes del capítulo El aliento a la devoción (decimotercero) del sutra, ellos son personas laicas arrogantes, sacerdotes arrogantes, y falsos sabios arrogantes.

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