7.2.05

El Budismo plantea el concepto de igualdad, entonces ¿qué es esto que oigo sobre Maestro y Discípulo?

Respuesta por Suzanne Pritchard
Tomado de Seikyo Criollo Noviembre 1998

El concepto budista al quese refiere esta pregunta se expresa en japonés como shitei funi, "la unidad de maestro y discípulo". Este término es traduc do con frecuencia y de manera incompleta, como "el concepto de maestro y discípulo" o "la relación mentor-discípulo". Estas traducciones inexactas obvian el importantísimo aspecto de la unidad (funi significa dos pero no dos). Es esta omi sión la que hace surgir la incomprensión de este crucial concepto budista. En primer lugar, para muchos en el mundo occidental, la palabra "maestro" tiene varias connotaciones negativas. Puede evocar conceptos tales como desigualdad, injusticia, explotación o autoritarismo. De ahí que haya habido un esfuerzo deliberado durante los años recientes por utilizar el término "mentor" para expresar más claramente la verdadera naturaleza del rol. En segundo lugar, al omitir el aspecto de la "unidad", el término "relación mentor-discípulo" implica inevitablemente una relación jerárquica o de diferente nivel, siendo percibido el maestro como superior y liderando al discípulo, el discípulo como inferior y siguiendo ciegamente al maestro. Tales connotaciones están muy lejos del verdadero significado de este principio, que yace en el corazón del Budismo Mahayana. En el Sutra del Loto, Sakyamuni declara: Shariputra, deberías saber que al comienzo hice un voto, esperando hacer a todas las personas iguales a mí, sin distinciones entre nosotros, y lo que anhelé por largo tiempo ahora se ha cumplido. He convertido a todos los seres vivientes y he logrado que entren en el sendero del Buda.1
La igualdad es fundamental en el Budismo. Sakyamuni declara que él desea que todas las personas disfruten exactamente de la misma captación iluminada, y experimenten la misma libertad del estado de Buda, que él llegó a dominar. Este es el deseo constante del Buda, o el maestro: lograr que los otros despierten a su propia naturaleza iluminada. El deseo misericordioso de Buda fue expresado constantemente por Nichiren Daishonin, quien reveló la esencia del Sutra del Loto, Nam Miojo Rengue Kio, e incorporó su comprensión iluminada en el Gojonzon. Al hacer eso, creó el medio para que todas las personas, incondicionalmente, revelaran su Budeidad, transformando sus propios karmas negativos así como el de la sociedad. En "Respuesta a Kyo`o" Nichiren Daishonin declara: "Yo, Nichiren, he inscrito mi vida en sumi (tinta negra), así que cree en el Gojonzon con todo tu corazón".2
Un aspecto de "unidad" ocurre cuando los deseos de los discípulos coinciden con los del maestro - los discípulos con el deseo constante de lograr desarrollarse en su propia manera y única forma y en sus campos particulares. Comprende también a los discípulos que desean despertar a otros para que puedan también entrar en el sendero de Buda. Posiblemente, debido a que vivimos dentro una cultura cuyas religiones predominantes no tienen paralelo con la igualdad expresada en la "unidad de mentor y discípulo", nos puede parecer dificil al principio darnos cuenta de las implicaciones de este concepto y responder plenamente al deseo del mentor. Aunque entendamos este principio en teoria, es fácil sucumbir a la creencia de que si solo pudiésemos manifestar aunque sea una porción de la vitalidad iluminada del Buda, esto sería suficiente. Hay, por lo tanto, una diferencia entre el camino de mentor y discípulo y la unidad de mentor y discípulo.
En este famoso párrafo del volumen diez de La Revolución Humana, el presidente Ikeda aclara esta diferencia a veces sutil, pero crucial: Es vital que la intención del maestro palpite en la vida del discípulo y que actúe espontáneamente, porque sólo entonces el vínculo maestro-discípu lo se afina hasta el punto en que maes tro y discípulo son de veras uno. La corriente vital que fluye entre maes tro y discípulo es la esencial fuerza que une a los dos. Con el objeto de alcanzar ese estado, el discípulo debe captar la fuente de la cual emana el deseo más profundo del maestro, y entonces hacerlo suyo. Este es un proceso difícil que solamente puede cumplirse a través de una fe firme. La fuente del poder para ambos, maestro y discípulo, no es otra que el Gojonzon.... sólo cuando el resultado de la seria inquietud del discípulo coincide con el pensamiento del maestro es que la corriente vital de la fe empieza a fluir en poderosos torrentes. Es bastante sencillo para un discípulo simplemente seguir mecánicamente el deseo del maestro, pero raras veces un discípulo alcanza el estado mental con el cual penetra la fuente del deseo del maestro y la comparte. Sin embargo, la unidad de maestro y discípulo depende totalmente de que se logre este difícil proceso.3
La unidad de maestro y discípulo se caracteriza por un compromiso profundo e igual de ambos lados. De parte del maestro, esto requiere el compromiso de impartir la totalidad de su comprensión y visión. De parte del discípulo, requiere el compromiso de ir más allá de un acuerdo casual o selectivo y lealtad pasiva. Más bien, requiere ese nivel profundo de espíritu buscador y confianza en el cual uno desea convertir la fuente de la intención del maestro en la suya propia y vivir sobre esa base sin concesiones. Para los practicantes del Budismo de Nichiren Daishonin, esta fuente no es otra cosa sino que entonar Nam Miojo Rengue Kio al Gojonzon. Mientras busca constantemente la propia transformación, o Revolución Humana. Esta revolución, sencillamente pero no fácilmente, es superar nuestro egocentrismo, prejuicios y pensamientos de corto alcance y abrir nuestras vidas a la misericordia ilimitada de la Budeidad, de la cual fluyen sabiduría, fuerza vital y todas las cualidades iluminadas. A pesar de que los papeles de maestro y discípulo difieren, son iguales y de mutua importancia para cada uno.
Tal como el presidente Toda aseveró: "En el Budismo el maestro otorga el principio y el discípulo lo aplica; el maestro es el presente y el discípulo es el futuro. "En tiempos de la Segunda Guerra Mundial, el sacerdocio de la Nichiren Shoshu sucumbió a la opresión del gobierno, perdiendo el propósito de "dar la vida por el Sutra del Loto"4.
En aquel tiempo, Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda, el primer y segundo presidentes de la Soka Gakkai, se enfrentaron al gobierno, conservando la corriente vital de la Máxima Ley y manifestando el verdadero espíritu de Nichiren Daishonin. Fueron encarcelados por rehusar comprometer sus creencias. El mentor, Makiguchi, falleció en la prisión, dejando como legado su espíritu supremo de propagar la Ley aún a costa de su vida. El discípulo, Toda, sobrevivió para heredar ese espíritu y, al ser liberado de la prisión, se levantó solo al desafío de lograr el Kosen-rufu. El espíritude la Soka Gakkai se fundamentó en esta lucha unida e inseparable de mentor y discípulo, una lucha que trasciende la vida y la muerte.5
A su vez, la relación del presidente Ikeda con el presidente Toda es un magnífico ejemplo de lo que se puede lograr a través de la lucha por "penetrar la fuente del deseo del maestro y compartir esa fuente. "Explicando la necesidad de un maestro en la vida, el presidente Ikeda dijo una vez: Al aprender cualquier arte o técnica, o seguir estudios académicos, uno debe colocarse bajo la dirección de un profesor, si uno desea alcanzar un progreso genuino. Es mucho más necesario cuando uno sigue la práctica del Budismo y sus doctrinas, que pueden llamarse el arte de ser un ser humano. Nichiren Daishonin escribió con estas palabras sobre la importancia de ser un maestro: "Aunque padre y madre engendren y críen un niño que tenga ojos y oídos, si no hay un maestro para instruirlo, entonces sus ojos y oídos permanecerán como los de un simple animal".6
Si verdaderamente buscamos pulir nuestro humanismo y mantener la pureza de las enseñanzas de Nichiren Daishonin, es crucial que nos retemos a comprender y vivir con el profundo e igualitario principio de la unidad de mentor y discípulo - porque sobre ella descansa el logro de nuestra Revolución Humana y el Kosen-rufumundial.
Notas
1 El Sutra del Loto, Trad. Burton Watson (New York: Columbia University Press, 1993), pág.36.
2 Los principales escritos de Nichiren Daishonin, Vol.1,pág. 120.
3 Seikyo Times, Mayo 1978, pág.28.
4 El Sutra del Loto, pág. 230.
5 La Revolución Humana, Vol. 12,New Dawn (NuevoAmanecer). (SGI Newsletter Monthly, n° 169,pág.202)
6 La Soka Gakkai: Sus ideales y tradición, 39 ReuniónGeneral 1976

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