22.1.05

El espíritu buscador: cómo cultivarlo

Por Ross Dreiblatt corresponsal de Los Angeles
Tomado de Seikyo Criollo. Mayo 1997

A través de la vida de Sakyamuni podemos ver claramente que la búsqueda es fundamental al Budismo. Para comprender el misterio y la belleza de la vida debemos buscarlos. Como nos
lo recuerda constantemente el presidente Ikeda, todo gran filósofo, artista o persona humanitaria se ha hecho una pregunta y después ha buscado una respuesta. La clave de la grandeza, la clave de elevar la sociedad, yace en el deseo del individuo de encontrar respuestas.
“Descartar lo superficial y buscar lo profundo requiere valentía”. (Principales Escritos de Nichiren Daishonin, MW3- 125)

Cuántos de nosotros comenzamos a practicar Budismo después de escuchar el gancho de venta: “Entona Daimoku por lo que desees y lo conseguirás”. Y, para nuestra sorpresa a lo mejor obtuvimos “aquello” por lo que oramos. Sin embargo, tarde o temprano nos topamos con una tranca. Oramos aquí, allá y más allá, pero no podemos “alcanzar” aquello por lo que entonamos Daimoku. Nichiren Daishonin nos enseña que éste es el punto donde los valientes se preguntan por qué. Cuando comenzamos a comprender el funcionamiento de nuestra propia vida, a extraer la sabiduría desde nuestras vidas y comenzamos a tomar acción basada en esa sabiduría, podemos comenzar a asumir el control de nuestra vida.

¿Qué hacer cuando perdemos éste espíritu buscador? Esto puede ser un obstáculo muy sutil y poderoso en contra de nuestra iluminación. Muchas veces ni siquiera estamos conscientes de que está ocurriendo. Empezamos a sentirnos cómodos y hasta conformistas con nuestras vidas. Nuestra práctica se convierte en una formalidad. Dejamos de preguntarnos por qué. “El sentido de eternidad es un regalo de nuestra niñez. Las ansias por lo nuevo con seguridad nos hará sabios”. -Chinghiz Aitmatov, autor ruso y activista por la paz, en “Tiempo para aprender”.

Si somos afortunados, confrontaremos una tranca o un problema que nos obligará a reexaminar nuestras vidas. El presidente Ikeda nos ha estimulado a que usemos nuestros problemas como el combustible para nuestro crecimiento y nuestra Revolución Humana. Pero, si perdemos la esperanza, si aceptamos la derrota antes de comenzar ¿Qué podemos hacer?. Como cualquier problema, lo mejor es confrontarlo y admitir, que se tiene un problema. Admitir que nuestras vidas no son lo que queremos que sean. Reconocer que debido a que somos Bodisatvas de la Tierra y practicamos esta filosofía la vida tiene que ser mejor.

Entonces podemos comenzar a buscar y a encontrar las respuestas que probablemente han estado en nuestras narices todo el tiempo. “Encontraremos lo que busquemos y a lo que le huyamos, huirá de nosotros. Como somos, así actuamos y como actuamos, manifestamos lo
que sentimos. Somos los constructores de nuestras propias fortunas”. -Ralph Waldo Emerson, Padre del Renacimiento Norteamericano, autor y filósofo, tomado de “La Conducta de la vida” (1860).


Podemos superar una barrera y rejuvenecer nuestras vidas cuando refrescamos nuestro enfoque ante los elementos básicos de nuestra práctica. El estudiar tiene una importancia especial. Estudiar con la intención de encontrar una respuesta, no sólo para obtener
conocimiento sino para transformar ese conocimiento en sabiduría, nos ayuda a romper barreras. Comprender el método del buda nos permite ver nuestras vidas y preguntarnos cómo el buda lucharía con ese problema en particular.


Sin el estudio no tenemos idea de cuál es el método del buda y dependemos únicamente de nuestro propio razonamiento (que probablemente fue lo que inicialmente nos metió en problemas). Tan pronto comprendemos nuestras acciones, o sea, nuestro comportamiento
desde una perspectiva más profunda, podemos comenzar a dar los pasos para cambiar.
En esencia, todos los grandes avances, desde el descubrimiento de la rueda hasta la invención de la electricidad comienzan con una pregunta: ¿cómo?


Al buscar una respuesta, toda imposibilidad se convierte en realidad. A través de nuestra practica podemos obtener la valentía y la esperanza de hacer las preguntas importantes para nuestra vida. Entonces podemos encontrar las respuestas, corregir nuestros pensamientos
y triunfar. “El propósito de la vida es la felicidad. Si no eres feliz, has cometido algún error en el recorrido. Regresa, examina dónde está el error y corrígelo”. -León Tolstoy


Como escribe el presidente Ikeda en “La Revolución Humana”: “Si un hombre cree en algo que está errado, no importa lo que sea, esto lo arrastrará hasta las profundidades de la infelicidad...
La mayoría de las personas no se cuestionan ni siquiera si la sustancia de sus creencias es absolutamente correcta. Buena o mala, justa o dañina, la ignoran y siguen de lo más campantes
por el camino. Ahí, ahí mismo está la raíz de la infelicidad”.


Cuestionar esa infelicidad, rehusar aceptarla, buscar la solución dentro de uno mismo, es el principio de la Iluminación. “Una gran revolución en el carácter de una sola persona ayudará a
cambiar el destino de una nación y, aún más, efectuará un cambio en el destino de toda la humanidad”. - Josei Toda, “La Revolución Humana”

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