SEIKYO HISPANO DIGITAL
Un espacio personal, no oficial, abierto e informal para profundizar la práctica del Budismo de Nichiren Daishonin de la Soka Gakkai. (Sitio No respaldado por la SG, SGI o SGIV)
14.4.08
Alcanzar el Estado de Buda
Tomado del Seikyo Criollo, Febrero 1998
Durante las conversaciones sobre el Sutra del Loto se le preguntó al presidente Ikeda qué significa específicamente alcanzar el estado de Buda. Esto es algo que todos deseamos saber. La respuesta que él dio es verdaderamente extraordinaria. En lugar de hablar sobre alcanzar profunda sabiduría, fuerza vital, coraje y misericordia; todas las cualidades que podemos pensar como inherentes al logro del Estado de Buda, él dijo: “... para ponerlo de manera sencilla, alcanzar el Estado de Buda, más que un asunto de llegar a un destino o lograr una meta, es internalizar el proceso de reforzar continuamente el mundo de la Budeidad en nuestras vidas”. (UK Express, Dic. 1996, Pág.26)
Internalizar el proceso se refiere a hacer del proceso parte de nuestras vidas. No es algo que se nos impone desde afuera, no es algo que hacemos para complacer a alguien, ni es algo que hacemos por cualquier otra razón que no sea nuestra propia voluntad. El proceso que internalizamos es la continua fortificación del mundo del Estado de Buda en nuestras vidas. Esto lo logramos a partir de nuestra práctica budista diaria. Esto es verdaderamente revolucionario. Siempre hemos tenido la tendencia a ver el Estado de Buda como un resultado final, algo que se alcanzará luego de muchos, muchos años; un cambio muy grande.
El presidente Ikeda continúa, diciendo que el mismo Shakyamuni, en un principio, enseñó que para alcanzar el Estado de Buda se necesitan incontables eones de práctica y también que al convertirse en Buda uno estaría “dotado de atributos majestuosos”, de hecho esto sucedería sólo al final de una vida dedicada a la enseñanza. En la segunda mitad del Sutra del Loto, Shakyamuni expresa que el proceso de buscar lograr el Estado de Buda es en si el Estado de Buda; o como dice el presidente Ikeda: “Avanzar a lo largo del camino del Buda es en si alcanzar el Estado de Buda” (Ibíd., Pág.27).
¿Qué importancia tiene esto para nosotros? Imagine por un momento cómo es Buda... seguramente una persona extraordinaria, una persona que es perfecta en todos los aspectos ¿Alguna vez hemos conocido a un Buda? ¿Es probable que alguna vez conozcamos alguno?
Malas Interpretaciones
¿Acaso no nos muestra esto que pensamos en el Buda casi como un Dios? ¿Alguien demasiado especial para ser visto caminando por allí en la vida cotidiana? El presidente Ikeda dice que esta imagen proviene de antiguas enseñanzas budistas. Imagínese que el Buda Shakyamuni se presenta a la puerta de nuestra casa o esté sentado a nuestro lado en el autobús. Entonces imagine cómo responderíamos de modo diferente a un extraño si de alguna manera pudiéramos saber que es Shakyamuni. Pero sentimos que no conocemos a ningún Buda y probablemente nunca lo haremos. Esta es una mala interpretación muy seria.
El Budismo de Nichiren Daishonin promete que usted es un Buda ahora. Pero si continuamos pensando que esto nunca ocurrirá, si seguimos sintiendo que somos desmerecedores de ser Budas, si seguimos pensando que tiene que ocurrir un cambio muy grande antes de convertirnos en Buda, entonces nunca lo seremos. Es cierto que tiene que llevarse a cabo un cambio muy grande, pero este cambio no está fuera de nuestro alcance ahora. Tiene que ver con permitirnos pensar de modo diferente sobre nosotros mismos. Dentro de cada uno de nosotros se encuentra un grandioso tesoro. Pero ocurre que tenemos el cerebro lavado por pensar en nosotros mismos como indignos, que no servimos para nada, unos desadaptados sin remedio que no podemos darnos cuenta de este tesoro. De hecho, buscaríamos el tesoro en cualquier parte, fuera de nosotros, en lugar de pensar que lo tenemos dentro. Este es el mayor obstáculo para lograr nuestro Estado de Buda: no queremos mirar dentro de nosotros mismos para encontrarlo porque tememos de que lo que hallemos sea una terrible decepción.
¿Dónde yace el poder?
Hay otro obstáculo para alcanzar nuestro Estado de Buda y que es igualmente muy poderoso: es nuestra tendencia a pensar que lo que queremos lograr en realidad no es el Estado de Buda sino los beneficios materiales y las soluciones a todos nuestros problemas. A esto se une una mala interpretación sobre el Gojonzon. Luego de pensarlo mucho me he dado cuenta de que tendemos a pensar en el Gojonzon como un Dios, pensamos que si practicamos con mucho ahínco, el Gojonzon nos mirará favorablemente y nos quitará el problema o nos dará un beneficio. Pero esa no es la función del Gojonzon. Con razón estamos confundidos, ya que el pensamiento religioso que predomina es que Dios está fuera de nosotros y que al final tiene el control del rumbo de nuestras vidas. Pero no deberíamos pensar así sobre el Gojonzon. El Gojonzon no nos da cosas ni nos quita problemas. La función del Gojonzon es permitirnos ver el poder y magnitud de nuestras propias vidas y de ser capaces de usar este poder.
Constante Énfasis
Nichiren Daishonin nos dice que el Gojonzon es un espejo, no el espejo del baño que nos muestra una cara feliz o triste, sino un espejo que nos permite ver nuestro Estado de Buda. Nam Myojo Rengue Kyo, inscrito en el centro del Gojonzon, es nuestro Estado de Buda. Cuando nos sentamos frente al Gojonzon todos los días y nos conectamos con él a través de la invocación de Daimoku surge en nosotros el Estado de Buda. Cambiamos de opinión respecto a ‘cuán terrible’ o ‘cuán atemorizante’ es la vida; comenzamos a ser más positivos y más esperanzados. ¿Cuántas veces hemos empezado a cantar en un estado de desesperación para luego hallar que aparece la esperanza? Esta es la función de nuestro Estado de Buda. A esto se refiere el presidente Ikeda cuando dice que el Estado de Buda no es un destino final sino un camino que transitamos continuamente.
El Estado de Buda es la perspectiva de la vida que dice: “No, el mundo, la vida misma, no es deprimente, no es razón para la desesperación y el pesimismo. La vida es creativa, esperanzadora, misericordiosa y positiva.” El Estado de Buda es el camino para reconocer esta manera positiva de ver la vida, para luego enfatizar esta perspectiva positiva cada vez más. Finalmente, el camino de la Budeidad se convierte en nuestra propia capacidad para enfrentar los problemas. Es la capacidad para dirigir nuestras vidas nosotros mismos, además, es la capacidad de compartir esto con otras personas y apoyarlas en esta perspectiva.
Las Relaciones Dependientes
Nosotros venimos a la vida como seres dependientes y parecemos tener una gran necesidad interna de permanecer dependientes. El Budismo sostiene que esta dependencia es muy natural; que hay una especie de red en constante formación de relaciones dependientes desde el inicio hasta el final de nuestras vidas. En este sentido nunca podemos ser independientes. Nos causa sufrimiento el no reconocer esta red de relaciones, no sólo con otros seres humanos, sino con la vida como un todo. Para ser realmente felices, nuestro papel en esta red de relaciones dependientes debe ser muy diferente al que teníamos cuando éramos bebés dependientes. Esto se debe a que necesitamos desarrollar la capacidad de dar, al igual que recibir, de las muchas relaciones que tenemos. Para dar, necesitamos ser capaces de sentir que tenemos algo que otros necesitan y que estamos felices de darlo. Este ‘algo’ que podemos dar no es tanto los bienes materiales ni siquiera nuestro tiempo y esfuerzo, más bien, lo que podemos brindar es nuestro espíritu positivo, fuerte y alegre, siempre extrayendo lo positivo de cada situación y enfatizando esto en lugar de la desesperación y la desesperanza. Este espíritu alegre no está fuera de nuestro alcance actualmente. Sin embargo, tendemos a no ver que la razón crucial por la cual practicamos Budismo es el desarrollo de este espíritu. En otras palabras, debido a que constantemente buscamos los beneficios y las soluciones a los problemas fuera de nosotros mismos: en el Gojonzon y en otras personas, seguimos dependiendo del medio externo en lugar de darnos cuenta de que llevamos esta gran alegría y esperanza dentro de nosotros. También dejamos de darnos cuenta que, por sobre todo, nuestra práctica budista nos permite captar este espíritu y ampliarlo. Es este espíritu positivo y alegre el que nos habilita para resolver nuestros problemas y para atraer beneficios.
Abriendo Nuestras Vidas
En una reciente conversación, el presidente Ikeda aclara que la fe en el Gojonzon no es una fe en una entidad suprema o algo superior a nosotros. Él dice: “El Budismo no enseña la negación de si mismo. Nuestras vidas individuales son cada una castillos de tesoros infinitos... Todas las cosas de valor emanan desde nuestro propio ser. La fe en el Budismo significa establecer nuestra verdadera entidad”. (Conv. Sobre el Sutra del Loto. Vol., 2, Pág.138).
Esto no significa que nos centremos en nosotros mismos y nos olvidemos del resto de la vida. Nos concentramos en nosotros mismos para hallar algo en nuestro interior y brindárselo al resto de la vida. Es así como establecemos una relación armoniosa y recíproca con la vida en vez de una relación dependiente semejante a la de los bebés. Una vez que comenzamos a hacer esto, cuando cantamos, ocurre algo muy misterioso: en lugar de volvernos más egocéntricos y egoístas: “Nuestra vida se abre al cosmos y es envuelta en este, al mismo tiempo, nuestra vida abarca todo el cosmos. Estamos en constante intercambio y comunicación con el cosmos, nuestras vidas resonando junto a él como una entidad viviente (...)” Esto puede ser un concepto muy difícil de captar. En esencia, el presidente Ikeda está diciendo que mientras más sintamos el valor de nuestras propias vidas, más sentiremos que no estamos solos. Nos haremos conscientes de un ‘constante intercambio y comunicación con el cosmos’. Él dice que la fe es el ‘trampolín’ para alcanzar esta conciencia.
En lugar de buscar nuestra seguridad fuera de nosotros o de depender de algo externo para nuestra felicidad y realización; al cantar para dar realidad a estas cualidades en nosotros establecemos un camino que sin falta nos conduce a nuestra verdadera entidad y nuestra naturaleza de Buda. Esta verdadera entidad es individual e independiente, sin embargo, al mismo tiempo es la fuerza vital del universo, que es compartida por toda la vida. Al realizarla dentro de nosotros cantando Nam Myojo Rengue Kyo, nos damos cuenta de su existencia en todos los aspectos de la vida en todo el cosmos.
Miedo y Alienación
Esto puede parecer una cosa mística y no estar terriblemente conectada la vida diaria. Sin embargo, hay realmente una sola cosa fundamental que está garantizada para estropearnos las cosas y provocar todo tipo de problemas en nuestras vidas, incluyendo serias enfermedades, incapacidad para actuar inclusive incapacidad para vivir. Esto es el miedo. Miedo al abandono, aislamiento, rechazo, violencia, abuso, indiferencia, miedo a no servir para nada. La lista es inmensa. Creo que la mayoría de los miedos están arraigados en un miedo a la alienación. Miedo a ser extraño, de no ser lo que se espera, o miedo a ser ‘otro’.
Tenemos un profundo miedo a volvernos independientes porque pensamos que esto nos convierte en ‘otra’ persona. Sentimos que la independencia significa no formar parte de la vida. Aun así, aquí está el presidente Ikeda diciéndonos que por medio de crear nuestra independencia y establecer que podemos depender de nosotros mismos, podemos determinar nuestra verdadera entidad, nuestro Estado de Buda. Místicamente, el establecer nuestra verdadera entidad es lo que nos permite crear conciencia de la profunda conexión que compartimos con toda la vida. El miedo corta esta conciencia. Aun si alguien nos habla sobre esta conexión, aun si leemos sobre ella, no podemos crearla en nosotros a menos que trabajemos para alcanzar nuestra verdadera independencia, nuestra verdadera entidad. Es esta verdadera entidad la que se da cuenta ‘no estoy solo, no necesito tener miedo, la vida como un todo me envuelve y yo abrazo toda la vida sin miedo’. La naturaleza recíproca, tolerante de la vida no es aparente para la mayoría de nosotros.
Tendemos a concentrarnos en las cosas que van "mal". Con frecuencia cantamos por estas cosas ‘malas’, buscando lo que hay que cambiar desde afuera. En lugar de hacer esto, vamos a comenzar a cantar para encontrar nuestro propio ánimo, nuestra propia facultad. Más que ser egoístas este hecho nos conecta fuertemente al apoyo externo que siempre hemos querido. Ese apoyo está allí ahora. En vez de mirar los problemas, necesitamos buscar nuestra verdadera entidad. Luego seremos capaces de ver y aceptar el apoyo que existe a nuestro alrededor.
Desarrollarse Uno Mismo
El deseo de percibir nuestro Estado de Buda no es un proceso analítico ¿yo soy un Buda? ¿Cómo puedo ser un Buda? ¿Qué hay con respecto a mis fallas? En lugar de esto, simplemente necesitamos confiar sinceramente que al cantar Nam Myojo Rengue Kyo al Gojonzon con el deseo de percibir el Estado de Buda, nos haremos conscientes de nuestro Estado de Buda. No es la función del Gojonzon darnos cosas como un trabajo nuevo o casa nueva. La función del Gojonzon es permitirnos despertar a nuestra Budeidad. Es nuestro Estado de Buda el que nos cambia significativamente. Esto es lo que nos habilita para obtener el trabajo o la casa nosotros mismos.
El Gojonzon está allí para que desarrollemos la capacidad. Así que, ¿Cómo es el Estado de Buda? Es un camino. A medida que caminamos a lo largo de él, nos damos cuenta de varias verdades bellas. Nos hacemos conscientes de que no tenemos que temer a la vida, de que estamos tan firmemente conectados y que formamos parte de ella como siempre hubiéramos querido. Esta conexión es nuestra vida interna, nuestro Estado de Buda y nos damos cuenta que existe en otras persona también. El factor clave es nuestro deseo, nuestra intención de darnos cuenta y creer en esta increíble grandeza en nuestras propias vidas. Esto es el eje de todas las enseñanzas de Nichiren Daishonin.
Integración
¿Cómo seguimos este camino? El presidente Ikeda dice: “Para ser concreto, las acciones del Buda y la postura en la sociedad consiste en la práctica de Bodhisattva. Aun después de lograr la Iluminación el Buda continúa en el camino de la práctica de Bodhisattva. Esto, dicho de otro modo, es el ‘hábito del Buda’” (UK Exp., Dic. 1996. Pág. 27). Así como tendemos a pensar en el Gojonzon como un Dios, también tendemos a pensar en el bodhisattva como un ‘hacedor del bien’. Sin embargo, lo importante de nuestro movimiento budista es que tenemos una práctica para nosotros mismos: cantamos Nam Myojo Rengue Kyo al Gojonzon. La naturaleza esencial de nuestra práctica es cambiar nosotros, este cambio está basado en nuestro desarrollo propio. Esto es muy diferente a ser un ‘hacedor de bien’. Sin la práctica para nosotros no tendríamos manera de cambiar en nuestros corazones, y es por este cambio que cambiamos el modo en que nos sentimos hacia otras personas. Vamos a estar claros, a ninguno de nosotros automáticamente le agrada y respeta a cada persona que conoce. Con frecuencia estamos llenos de sospechas, de miedo, de avaricia o del deseo de dominar.
Esto es natural, pero no nos está haciendo felices. Sin la práctica para otros, probablemente nunca trataríamos de cambiar estos aspectos en nosotros. Al desempeñar el papel de bodhisattvas nos colocamos en un escenario donde nos enfrentamos a situaciones y a gente que hallamos difíciles. El cantar por esto es lo que nos permite traspasar las limitaciones del desagrado, de juzgar o de calumniar a otras personas que nos las impone nuestro karma.
Un Movimiento Perpetuo
Nuestra práctica budista para nosotros y para otros es un movimiento constante hacia adentro y hacia fuera. Este movimiento se detiene tan pronto lo dirigimos todo en un solo sentido. El movimiento hacia fuera nos muestra nuestro Estado de Buda y también qué aspectos necesitamos trabajar dentro de nosotros y debido a que el movimiento hacia adentro está bien establecido en nuestras vidas (nuestra práctica regular de Gongyo y abundante Daimoku), tenemos los medios para llevar esto a cabo. Esperar de nosotros mismos que nos agrade alguien o respetarlo sin tener los medios para cambiar en nuestros corazones es esperar lo imposible. El Gongyo y Daimoku nos proporcionan los medios para establecer este cambio interno profundo, si nosotros buscamos y esperamos ese cambio. A este cambio se le llama Revolución Humana, también se le llama Estado de Buda. El factor más importante para realizar este cambio es nuestra intención.
Así que vamos a desarrollar la intención para hallar este magnífico estado dentro y fuera de nuestras vidas. La única cosa que ocurre sin proponérnoslo es el programa que nuestro karma nos ha arreglado. Si en realidad vamos a liberarnos del sufrimiento que nos impone nuestro karma, tenemos que proponernos llevarlo a cabo. Yo no estoy diciendo que no debemos proponernos conseguir un trabajo o un novio. ¿Por qué, si esto es lo que en realidad queremos? Pero nuestra intención debe ser lograr estos beneficios a través de efectuar una transformación en nuestras vidas. Si le pedimos cualquier cosa al Gojonzon, esto debe ser para nuestro propio desarrollo. Eso es lo que en esencia es el Estado de Buda: nuestro propio desarrollo. Si siempre enfocamos nuestro Daimoku hacia la manifestación de los beneficios materiales como prueba real de la grandeza de nuestra práctica budista, estaremos omitiendo la prueba más valiosa que jamás podríamos dar a otras personas. Sin embargo, es esto lo que todos anhelan: la prueba del desarrollo de nuestra positividad, esperanza, alegría y misericordia.
En otras palabras, es mostrarles a otros el espíritu de la Budeidad en el cual estamos constantemente trabajando. Los medios para realizar este espíritu es la cosa más valiosa que alguna vez podríamos darle a otra persona. Desde el punto de vista de la enseñanza esencial, lograr el Estado de Buda, más que ser una ‘meta’ o un ‘estado’ especial, es un camino. Podríamos hasta llegar a decir que la única diferencia en la condición de alguien antes y después de lograr el Estado de Buda tiene que ver con lo firmemente que esté establecido este camino en la vida de la persona. ‘Establecer firmemente este camino’ significa solidificar en nuestras vidas el espíritu de anhelar la felicidad para nosotros y para los demás y continuamente tomar acción constructiva con este espíritu (...)
El establecer firmemente este camino es lo que permite que aflore nuestra capacidad, nuestro Estado de Buda. Debemos proponernos esto, o de lo contrario nunca ocurrirá. Necesitamos también intentar y restablecer nuestra naturaleza protectora de Bodhisattva todo el tiempo. Necesitamos, en otras palabras, usar nuestra capacidad para la felicidad de otros.
11.6.07
LA MÁXIMA RESPONSABILIDAD SE ENCUENTRA EN EL DISCÍPULO
Shakyamuni respondió a esa pregunta de una forma muy clara:
Amigo mío, supongamos que una persona le pregunte el camino hacia la capital. Usted le ofrece la dirección detallada. Ahora, una persona puede llegar a la capital sin problemas; otra puede perderse o desviarse tomando la dirección equivocada. Porqué sucede eso?
-Oh, Honrado por el Mundo, ¿que puedo hacer en cuanto a eso cuando soy simplemente aquel que explica el camino? –replicó el discípulo.
-Es justamente por eso, amigo mío. Existe un camino que conduce a la suprema iluminación. La existencia de ese camino es incuestionable. Yo enseño el camino. Aunque algunos de mis discípulos lo sigan correctamente, están también entre ellos los que se desvían de su curso. No hay nada que yo pueda hacer con respecto a eso. A penas yo puedo enseñarles el camino. (Extraído del Sutra Chu-Agon.)
A menos que la persona siga al maestro (su maestro), ella perderá su camino. La máxima responsabilidad se encuentra en aquel que esta siendo enseñado (el discípulo).
En el Gosho “La Selección del Tiempo”, Nichiren Daishonin escribió:
“Si un hombre construyó un camino para otros y algunos se perdieran en ese camino, ¿Que culpa tiene el constructor del camino?”.
El factor más importante es alcanzar el destino de la felicidad, llegar a la capital misma de la felicidad que se encuentra en medio de un extraordinario jardín. Con ese propósito, el discípulo debe avanzar ciertamente hacia ese fin último por el camino enseñado por su maestro
EL CAMINO DE MASTRO Y DISCIPULO
PUNTOS SOBRE LA RELACION DE MAESTRO Y DISCIPULO
#. Un discípulo es aquel que protege a su maestro y enaltece su lucha y sus logros, y al mismo tiempo comprueba su honradez y corrección.
Ningún emprendimiento épico puede ser alcanzado en una sola generación, solamente cuando el espíritu del maestro es heredado por los discípulos y trasmitido continuamente a las futuras generaciones de discípulos, este emprendimiento es alcanzado.
LAS FUNCIONES DEL MAL
Sensei comenta “En nuestra revolución humana tenemos también “un mal fundamental “….una falla básica – que impide nuestro crecimiento personal. Algunos de ustedes pueden pensar que tienen muchas fallas, pero en muchos casos todas esas fallas se originan de una falla fundamental,-por ejemplo, cobardía, grosería, sentimentalismo, temperamento irascible etc..
Debemos tomar conciencia de esa falla fundamental o mal de nuestra vida, orar con toda sinceridad y luchar para superarla. Esta es la practica de la revolución humana .No conseguiremos ningún avance en tanto llevemos una vida sin objetivos. La práctica es lo que importa. Si podemos superar nuestra falla fundamental, todo se abrirá dramáticamente. Nuestra vida brillará. Y hasta las tendencias que antes considerábamos como debilidades serán iluminadas como fortalezas.
¿Cada uno de ustedes sabe cual es ese mal fundamental que le impide ser feliz? Ese es, como el presidente Ikeda advierte, un punto fundamental para realizar la propia revolución humana.
Existen muchas perversidades que “nos atacan”y ni siquiera lo percibimos. Conozca a continuación, las diez fuerzas que intentan impedir nuestra práctica de la fe. Para vencer al enemigo, primero es preciso conocerlo.
LAS 10 FUERZAS QUE INTENTAN IMPEDIR LA PRÁCTICA DE LA FE
En “Carta a No Ama Gozen” (Gosho Zenshu, pág. 1.224) Nichiren Daishonin dice que el Demonio del Sexto Cielo irá a utilizar diez fuerzas para intentar apartar a los practicante del Budismo de Nichiren Daishonin.
1 Yakubou: Corresponde a los deseos mundanos. Ella hace que las personas se apeguen a esos deseos al punto de apartarse de la práctica de la fe. “No voy a hacer esa práctica porque preciso ganar dinero y para mí, eso es lo más importante”
por medio de pensamientos de ese tipo es que actúa esa fuerza, obstruyendo la práctica.
2 Ushuu: Ella provoca en las personas un fuerte desánimo, sin que exista una causa aparente para eso. Esas personas son tomadas por pensamientos como “Antes recitaba de dos o tres horas de Daimoku, mas ahora ni siquiera tengo voluntad de recitar cinco minutos.”
Son dominadas por la melancolía y acaban por dejar la práctica por completo.
3 Kikatsu: Es una fuerza que actúa sobre el cuerpo de las personas causando dolores, incómodos o deficiencias físicas, impidiéndoles recitar Daimoku o participar en las actividades.
4 Katsuai: Es una fuerza que actúa sobre las personas más próximas o de mayor influencia en el practicante, como la madre, esposa, el marido o los hijos que se oponen insistentemente a la práctica de la fe.
5 Suimin: Puede ser interpretada como el sueño, el que surge en el momento de la oración. El objetivo del Demonio del Sexto Cielo es apartar a los practicantes de la fe y eliminarlos de una vez. Entonces, esa fuerza actúa causando, por ejemplo, el desgano o agotamiento físico; la necesidad de dormir más o simplemente la falta de atención que provoca accidentes. Podemos decir que las muertes causadas por descuidos o por la falta de atención son acciones de esa fuerza. Es por ese motivo que el presidente Ikeda siempre nos orienta para tomarnos el máximo cuidado con respecto a la falta de descanso y el agotamiento.
6 Fui: El miedo. Influenciados por esa fuerza, a pesar de saber que es necesario luchar contra estas perversidades, las personas no tienen coraje para enfrentarlas. Un ejemplo es la persona que no se ubica con respecto al movimiento del Kosen-rufu como practicante del Verdadero Budismo.
7 Guike: Ella actúa como la duda, penetrando en el corazón de las personas por medio del pensamiento como: “Actualmente estoy encontrando las orientaciones de la Soka Gakkai muy extrañas…”, generando sospechas en relación al camino correcto.
8 Shinni: Está representada por la ira o por la rebelión. Por ejemplo: todos sabemos que debemos seguir la Ley y no a las personas. Mas, tomadas por esas fuerzas, algunas acaban apartándose de la organización debido a la discordancia con los compañeros líderes. Esa fuerza también puede manifestarse en forma de envidia. Surgen en la mente de las personas como: “tengo más tiempo de práctica que fulano, mas el fue nombrado para un cargo por encima del mío. Eso es injusto. No voy a practicar mas esa religión!”
9 Riyou Koshou: Ella actúa sobre las personas mas veteranas. Son personas que terminan presas de las glorias del pasado y se olvidan de luchar en el presente.
“En el pasado realicé cien Shakubukus!”, hoy, las cosas están “muy raras” por eso no practico más”. ¡Ah, antes todo era maravilloso, por eso yo luché!”
Así se vanaglorian del pasado y critican el modo en que las actividades son conducidas en el presente. De las diez fuerzas, esta puede ser considerada una de las más peligrosas.
16.4.07
Quien es un Buda
en http://www.sgi.org/spanish/inicio/quarterly/13/VidaDiaria.html
Para muchas personas, la palabra buda evoca un ser de otro mundo, tranquilamente apartado de los asuntos mundanos; un ser que, a través de la meditación, ha alcanzado el estado de "nirvana" y puede escapar de este mundo y sus constantes sufrimientos, los mismos que son fruto de los deseos y las falsas ilusiones humanas.
Sin embargo, esta imagen no refleja la verdad acerca de la vida de Shakyamuni, el fundador del budismo que vivió en la India alrededor de 2.500 años atrás. Él fue un hombre profundamente compasivo que rechazó los extremos tanto del ascetismo como de los apegos, quien constantemente interactuaba con los demás y deseaba compartir con toda la gente la verdad que había descubierto.
El significado literal de buda es "el iluminado". La iluminación es un estado de pleno despertar e inmensa sabiduría, por medio del cual la realidad, en toda su complejidad, puede ser comprendida y disfrutada cabalmente. Cualquier ser humano que haya despertado a la verdad fundamental acerca de la vida, puede ser llamado un buda.
No obstante, muchas escuelas de budismo han enseñado que la iluminación sólo es accesible después de un arduo proceso emprendido por períodos inimaginablemente largos; de hecho, durante muchas vidas. En drástico contraste, el Sutra del Loto, considerado como la última y más alta enseñanza de Shakyamuni, explica que la budeidad ya está presente en toda vida. Este sutra enseña la absoluta igualdad y enfatiza que aun dentro de la vida de una persona aparentemente dominada por la maldad, existe la joya sin pulir de la naturaleza de buda: nadie más nos la da o juzga si la "merecemos".
Como el oro escondido en una bolsa sucia, o la flor de loto que emerge de un estanque lodoso, nosotros tenemos que creer primero que nuestra naturaleza búdica está ahí, para luego, despertarla y revelarla o "pulirla". En el budismo de Nichiren, esto puede hacerse a través de la devoción a la ley contenida en el Sutra del Loto entonando la frase "Nam miojo rengue kio".
Pero, la budeidad no es una condición estática o un estado en el cual uno puede descansar complacientemente. Más bien, es una experiencia dinámica y una jornada de continuo desarrollo y descubrimiento.
Cuando reforzamos continuamente la budeidad en nuestras vidas, llegamos a ser cada vez menos controlados por el egoísmo (o la codicia), la ira y la estupidez: lo que el budismo llama los tres venenos. Al fusionar nuestras vidas con la vida iluminada del buda podemos abrir el potencial dentro de nosotros y transformarnos de manera sustancial.
Mientras el estado interior de budeidad se consolida, también desarrollamos una fortaleza de ánimo que nos capacita para manejar hasta las peores tormentas. Si estamos iluminados a la verdadera e inalterable naturaleza de la vida, podemos sortear con alegría las olas de las dificultades que se levantan contra nosotros en la vida y crear algo de valor en cada situación. En esta forma, florece nuestro "verdadero yo" y encontramos enormes reservas de valentía, compasión, sabiduría y energía de la fuerza vital dentro de nosotros mismos. Nos volvemos más activos y podemos llegar a sentir una profunda libertad interior. Al experimentar un creciente sentido de unidad con el universo, la soledad y la obnubilación que tanto sufrimiento causan, se desvanecen. Disminuimos el apego a las diferencias de nuestro ego inferior y egoísta, y nos hacemos conscientes de la interconexión que existe en toda forma de vida. Poco a poco nos damos cuenta de que nuestras vidas están abiertas para los demás y que deseamos su felicidad tanto como la nuestra.
A pesar de que nos es fácil creer que todos poseemos los más bajos estados de vida delineados en las enseñanzas budistas (infierno, hambre, animalidad, ira, etc.), nos resulta mucho más difícil creer que poseemos la budeidad. Pero el empeño por desarrollar y fortalecer constantemente este estado dentro de nuestras vidas, bien vale la pena.
Citando las palabras del presidente Daisaku Ikeda: "(La budeidad) es la más grande de las alegrías. El nacimiento, la vejez, la enfermedad y la muerte, ya no son un sufrimiento, sino parte de la alegría de vivir. La luz de la sabiduría ilumina al universo entero y la oscuridad innata de la vida. El espacio de vida del buda se hace uno y se funde con el universo. El yo se convierte en el cosmos, y en un solo instante del flujo de la vida, se expande hasta abarcar todo lo pasado y todo lo futuro. En cada momento del presente, la fuerza vital eterna del cosmos se derrama como una fuente gigante de energía".
4.4.07
Video 6th SUA Students Festival - Salsa Dance
Sube el volumen de tu Pc o Movil y disfruta este Video de un rico y maravilloso baile de Salsa de los estudiantes de Soka University de America en su Festival. La musica es de Buena Vista Social Club
Chanting for Love Video
Maravilloso video de las Divisiones Juveniles de SGI USA en Knoxville Tennessee (en ingles)
1.4.07
Emergiendo de las sombras del armamento nuclear
Bajo convenio de entendimiento entre la Soka Gakkai de México y el periódico EL INFORMADOR.
(C) Todos los derechos reservados.
Estas célebres palabras son del doctor Joseph Rotblat, quien por muchos años dirigió las Conferencias Pugwash sobre Ciencia y Asuntos Mundiales, una organización global que labora por la paz y por la abolición de las armas nucleares.
Rotblat falleció en agosto el año pasado, mes que marcó el 60o. aniversario de los bombardeos atómicos a Hiroshima y Nagasaki. Tenía 96 años de edad. En la fase final de su vida, expresó una y otra vez su fuerte preocupación ante la crónica ausencia de progreso hacia el desarme nuclear, y ante la creciente amenaza de la proliferación nuclear.
El sorprendente desarrollo de la tecnología militar ha separado totalmente los actos de guerra de las realidades y los sentimientos humanos. En sólo un instante, se pierden vidas irreemplazables, y quedan reducidas a escombros las amadas tierras que nos han visto crecer. Se silencian y se ignoran los gritos desesperados de las víctimas y sus familias. Y dentro de este enorme sistema de violencia –en cuya cima se encuentran suspendidas las armas nucleares– los seres humanos dejan de ser vistos como manifestaciones de la vida. No son más que objetos.
Frente a tan severos retos, la comunidad internacional se encuentra inmersa en una creciente sensación de impotencia y desesperación, inclinada a considerar que la posibilidad de la abolición de armamento nuclear no pasa de ser un sueño imposible.
La paz es una competencia entre la desesperación y la esperanza, entre la carencia de los instrumentos para lograrla y la persistencia en el compromiso. Mientras más impotencia se inserta en las raíces de la conciencia de las personas, mayor será su tendencia a recurrir a la fuerza. La impotencia alimenta la violencia.
Pero han sido los seres humanos quienes le han dado vida a estos instrumentos de infernal destrucción. No puede ser que la capacidad para eliminarlos esté más allá de la sabiduría humana.
Las Conferencias Pugwash fueron la base de las acciones de Rotblat. Éstas se llevaron a cabo por primera vez en 1957, año que fue testigo de una rápida aceleración en la carrera armamentista nuclear que llegó a engullir al planeta entero. El 8 de septiembre de ese mismo año, mi mentor, Josei Toda, emitió un llamado para la abolición de las armas nucleares. Toda presentó esta declaración ante unos 50 mil jóvenes que se habían reunido en Yokohama, en un día bendecido por el tipo de cielo hermoso y claro que se observa después de los tifones. Entonces dijo lo siguiente:
"Actualmente se está desarrollando un movimiento global que clama por un veto a las pruebas con armas atómicas o nucleares. Mi deseo es llegar incluso más lejos en cuanto a esto; quiero dejar al descubierto y eliminar las garras que yacen escondidas en lo profundo de este tipo de armamento. (...) Incluso si un país llegara a conquistar el mundo mediante el uso de las armas nucleares, quienes las hayan utilizado deben ser condenados como demonios y fuerzas negativas".
Toda escogió denunciar las armas nucleares en términos tan duros, y hasta estridentes, porque estaba determinado a dejar claro que, en su naturaleza esencial, las armas nucleares son un "mal absoluto", es decir, el mal que niega y socava el derecho colectivo que la raza humana tiene a vivir.
El apasionado llamado de Toda, fue expuesto a partir de una comprensión filosófica del funcionamiento interno de la vida. Fue una advertencia acerca del egoísmo demoníaco que busca que los demás se rindan ante nuestra voluntad. Toda captó que todo esto se encontraba condensado en el deseo de los estados de poseer armas de destrucción total.
La idea de que las armas nucleares funcionan para evitar las guerras y que, por lo tanto, son un "mal necesario" forma parte medular de lo que impide su abolición. Es una idea que debe ser atacada y vuelta pedazos.
Debido a que Toda veía las armas nucleares como un mal absoluto, logró trascender la ideología y los intereses nacionales; jamás fue confundido por los argumentos de la política de poder. Hoy, medio siglo después, el discurso sobre la detención del avance nuclear y sobre los ataques nucleares "limitados" se encuentra de nuevo en el tapete. Estoy convencido de que ese grito que provino del alma de Toda, enraizado en las más profundas dimensiones de la vida, refulge ahora con un brillo universal incluso mayor.
Si queremos eliminar las armas nucleares, es esencial una transformación fundamental del espíritu humano. Desde los bombardeos que se perpetraron contra Hiroshima y Nagasaki, hace más de 60 años, los sobrevivientes han transformado la desesperación en un sentido de misión a medida que han hecho llamados por la abolición de las armas nucleares. Siendo nosotros las personas que habitamos el mundo de hoy, es nuestra responsabilidad compartida –nuestro deber y nuestro derecho– actuar como herederos de este elevado trabajo de transformación interior, expandirlo y enaltecerlo hasta convertirlo en una lucha dedicada a eliminar la guerra misma.
En 1982, cuando se agudizaban las tensiones de la Guerra Fría, la Soka Gakkai Internacional (SGI) organizó, en la sede central de las Naciones Unidas en Nueva York, la exhibición "Armas nucleares: Una amenaza para el mundo". Esta muestra recorrió 16 países, entre ellos la Unión Soviética y China y otros países relacionados con las armas nucleares, y fue visitada por aproximadamente un millón 200 mil personas. Los miembros de la SGI también participaron activamente en la campaña Abolición Global 2000. El objetivo de estos y otros esfuerzos ha sido despertar los corazones de las personas que buscan la paz.
Para profundizar aún más este tipo de solidaridad entre las personas comunes, me gustaría hacer un llamado para la creación de una "Década de la acción de los pueblos del mundo en pro de la abolición nuclear", y la pronta celebración de una Cumbre Mundial para la Abolición Nuclear. Tales pasos no sólo reflejarán sino que también respaldarán un creciente consenso internacional orientado al desarme.
No hace falta decir que son los jóvenes quienes tienen sobre sus hombros los retos y las posibilidades del futuro. Sería, entonces, de gran valor que, previo a la Asamblea General de la ONU, se realice una reunión de jóvenes representantes del mundo entero en la que los líderes tengan una oportunidad para conocer los puntos de vista de la siguiente generación.
DAISAKU IKEDA es presidente de la Soka Gakkai Internacional. También es fundador de la Universidad Soka y del Instituto Toda de Investigación sobre la Paz Global
29.1.07
El Presidente de SGI pide el desarme nuclear, nuevos esfuerzos por la paz en Asia
El Presidente de SGI pide el desarme nuclear, nuevos esfuerzos por la paz en Asia
A EDITORES DE NOTICIAS INTERNACIONALES, POLÍTICA Y ASUNTOS NACIONALES:
TOKIO, 29 de enero /PRNewswire-USNewswire/ --
En respuesta a la acelerada amenaza de la proliferación de armas nucleares, el líder budista Daisaku Ikeda ha hecho un llamado para que se hagan nuevos esfuerzos para el desarme. En su anual Propuesta por la Paz, dada a conocer el 26 de enero, el presidente de Soka Gakkai International (SGI) insta por un nuevo movimiento global para el desarme y la abolición de armas nucleares; además, se hace eco del llamado de la Weapons of Mass Destruction Commission (Comisión de Armas de Destrucción Masiva -- la Comisión Blix) por una cumbre global sobre desarme.
Lograr la abolición de armas nucleares, dice Ikeda, requerirá una reorientación fundamental en nuestros valores, un despertar dentro de los individuos para convertirse en lo que el autor estadounidense Norman Cousins llamó 'conciencia en la especie'. Sin dicho cambio, dice Ikeda, 'será difícil en extremo salirnos del atolladero de la lógica de la intimidación, basada en la desconfianza, la sospecha y el miedo'.
Ikeda cita la declaración hecha por Josei Toda, segundo presidente de Soka Gakkai, hace 50 años -- en 1957 --, donde pedía la prohibición de todas las armas nucleares. La declaración de Toda se basaba en la perspectiva budista que considera a las armas nucleares como la encarnación máxima del potencial
agresivo y destructivo inherente a la vida humana. "La aguda opinión de Toda expuso la esencia de estas armas apocalípticascuya extrema capacidad destructora y poder letal podrían acabar con lacivilización humana y con la supervivencia de la humanidad como especie". Como la amenaza de las armas nucleares tiene impacto sobre todas laspersonas, los esfuerzos para resolver el problema no se pueden dejar a losgobernantes: es vital que se hagan esfuerzos desde las bases para aumentar laconciencia pública. A tal fin, Ikeda renueva su llamado para la adopción deuna década de acción de ONU por los pueblos del mundo para la abolición de lasarmas nucleares. Recordando el enorme sufrimiento que causó Japón a los pueblos de Asia enla II Guerra Mundial, Ikeda ha sido un constante defensor de mejoresrelaciones entre Japón y sus vecinos, en especial, de China. Propone un programa de diez años para mejorar la amistad entre China y Japón a partir de2008, con los Juegos Olímpicos de Pekín. La idea es presentar, cada año, temasindividuales, por ejemplo, un año de cooperación por la energía, un año decooperación por la protección medioambiental, etc. Ikeda continúa instando a una mayor integración en Asia, y a la eventualcreación de una Unión Asiática.
A tal fin, propone el establecimiento de una organización de Asia del este sobre medio ambiente y desarrollo. Dicha entidad se ocuparía de la presión en cuestiones de la región relacionadas con el logro del desarrollo sostenible y, a la vez, se ocuparía de dar un modelo para la cooperación en otras áreas, fortaleciendo el impulso hacia la integración.
Soka Gakkai International es un movimiento budista laico con 12 millones de miembros en 190 países y territorios alrededor del mundo. Sus actividades en cuanto a promover la paz, la cultura y la educación son parte de las antiguas tradiciones del humanismo budista. Daisaku Ikeda es presidente de SGI desde su fundación en Guam el 26 de enero de 1975; en esa misma fecha, todos los años desde 1983, hace propuestas por la paz.
24.1.07
Reunion de Daisaku Ikeda y ElBaradei
El 30 de noviembre, el ganador del Premio Nobel de la Paz Mohamed ElBaradei, director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), una organización intergubernamental que cuenta con el auspicio de las Naciones Unidas, se reunió con el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, en Tokio. El doctor ElBaradei y su esposa, Aida Elkachef, recibieron una cálida bienvenida por parte del líder de la SGI y de su esposa, Kaneko Ikeda, junto a representantes de la Soka Gakkai, en el edificio del periódico Seikyo Shimbun, situado en Shinanomachi, distrito de Shinjuku. Durante su encuentro, el doctor ElBaradei y el presidente Ikeda dialogaron sobre las medidas hacia la aseguración de una sociedad global libre de armas nucleares. Como jefe de la OIEA, el doctor ElBaradei se ha dedicado sinceramente a promover el desarme y la no proliferación nuclear, y el uso de la energía atómica para fines exclusivamente pacíficos. En 2005, fue reconocido por su excepcional liderazgo y compartió el Premio Nobel de la Paz con la OIEA por sus esfuerzos para prevenir la proliferación de las armas nucleares.
El presidente Ikeda elogió al director general de la OIEA por iniciar diálogos hacia la concreción del desarme y la no proliferación de las armas nucleares. También puso énfasis en la amenaza nuclear que proyecta una sombra en todas las formas de vida, y que constituye una de las mayores preocupaciones de la humanidad; y expresó su admiración hacia el doctor ElBaradei por sus tenaces esfuerzos para avanzar a pesar de las arduas cuestiones del desarme y la no proliferación.
El doctor ElBaradei respondió que él es una persona corriente que siempre se guió por su conciencia y por el sentido común. Expresó su convicción de que la paz del mundo sólo será posible cuando todas las personas coincidan con este mismo respeto; lograr una sociedad global equitativa es el único camino hacia la supervivencia de la humanidad.
Durante la reunión, el director general ElBaradei recibió un doctorado honorario de la Universidad Soka. El doctor ElBaradei dijo que coincide sinceramente con la afirmación del fundador de la entidad académica de que la religión existe para ayudar a los seres humanos. Además, recalcó que cada uno de nosotros debe ser consciente de nuestra interconexión: todos somos parte de la humanidad. Unidos en solidaridad, los seres humanos pueden aprovechar y manifestar su poder y fortaleza. Sin embargo, antes de que eso suceda, debemos crear un entorno en el cual todos sean tratados con respeto y se fortalezcan. El doctor ElBaradei señaló que hay 85 millones de personas en el mundo que mueren de hambre, y el 25 por ciento de la población vive con menos de dos dólares por día. Si vamos a crear una paz y una seguridad genuinas, somos responsables de ayudar a lograr una sociedad global en la cual todas las personas puedan vivir como verdaderos seres humanos, y de crear un medio ambiente de respeto, libertad y armonía. Con este denominador común de valores humanos y entendimiento, los conflictos y la guerra ya no serán necesarios. Lo importante es que cada uno de nosotros actúe con la conciencia de que todos somos parte de la misma raza humana.
También estuvieron presentes Tomihiro Taniguchi, director general adjunto de la OIEA y jefe del Departamento de Seguridad Nuclear; Geoffrey Shaw, asesor de políticas especiales del director general; Laban La Mar Coblentz, jefe de la División de Información Pública; Yasuyoshi Komizo, director de la División de Cooperación Internacional de Energía Nuclear, Departamento de Desarme, No Proliferación y Ciencias, del Ministerio de Asuntos Exteriores del Japón; el presidente de la Soka Gakkai, Minoru Harada; el presidente de la Universidad Soka, Masami Wakae; y el presidente del Instituto Superior Soka para Señoritas, Katsuhiko Fukushima.
Tomado del sitio web de SGI España